Fin de semana para olvidar para Sebastian Vettel. El piloto alemán ayer tuvo problemas en la calificación y no pudo mejorar su crono, partiendo desde la novena plaza. Tras una salida perfecta donde fue remontando plazas hasta situarse en tercera posición, junto a una estrategia más que arriesgada al ir a una parada, parecía que todo iba bien para el piloto de Ferrari.

Pero no fue realmente así, después de estar la mayor parte de la carrera en las primera plazas, el piloto germano no llegó a cruzar la meta. En la vuelta 42, a falta de un giro para finalizar la carrera, neumático trasero derecho dijo basta. No fue una pequeña caída de rendimiento lo que le produjo la baja, fue bien un pinchazo en la recta Kemmel, justo después de Eau Rouge, sorprendiendo  la  forma de estallar la rueda, con una gran semejanza con el de Rosberg en los libres del viernes en Blachimont.

El campeón del mundo no podía ser más claro, los problemas con las gomas siguen estando presente y podía haber sido muy  grave: "Si el pinchazo ocurre 200 metros antes, yo no estoy aquí. Cosas como ésta no pueden suceder. Punto y final. No sé qué más tiene que ocurrir. Es algo que está pasando y que nadie menciona, pero es inaceptable. Nuestra predicción era que los neumáticos durarían, pero una cosa es la predicción y otra el resultado. No tenía ningún problema para mantener la posición, así que no teníamos ninguna advertencia”, dijo el de Ferrari.

Sobre la forma de aceptar las criticas desde Pirelli, destacaba la forma de actuar de la marca milanesa, donde siempre echan balones fuera según el piloto de 'Il Cavallino': "¿Qué responden? Siempre lo mismo. 'Debris, piezas del chasis, que el piloto se salió de pista'. Tonterías. Rosberg dijo que no se salió de pista, yo tampoco me he salido y de repente el neumático explota”.