Carlos Sainz y Max Verstappen. Cuando Toro Rosso anunció su alineación de pilotos para la temporada de Fórmula 1 2015 muchos se llevaron las manos a la cabeza. Y es que fueron muchas las voces sobre lo contraproducente que era juntar en un mismo equipo a dos pilotos rookies tan jovenes.

Falta de experiencia, mala gestión del monoplaza a la hora de evolucionarlo con los ingenieros … Estas fueron algunas de las teorías que los detractores de Sainz y Verstappen formularon a los cuatro vientos por el paddock de la Fórmula 1, intentando salvaguardar quien sabe si el asiento de un Jean-Éric Vergne que ha terminado como probador del equipo Ferrari, o temerosos de que la fórmula saliera bien y dejaran en evidencia a sus representados.

Y la verdad es que las cifras hablan por si solas: con 41 puntos (Verstappen 30 y Sainz 11), el equipo filial de Red Bull está completando una de las mejores temporadas que se les recuerda en la historia de la Fórmula 1, situándose en una cómoda séptima posición en el mundial de constructores de Fórmula 1 2015 y al acecho de equipo con mucho más presupuesto como Force India o Lotus.

Hasta Singapur, si por algo se caracterizaba a ambos debutantes había sido por sus pocos errores en pista, así como el buen compañerismo que se profesaban mutuamente. Sin embargo, en la carrera del domingo en el circuito de Marina Bay esto último puede haber cambiado de cara al futuro.

Póngamonos en situación. Últimas vueltas del Gran Premio de Singapur de Fórmula 1 2015. Tras un problema en la salida para el piloto holándes y otro en la caja de cambios para el español en un relanzamiento de la carrera, ambos pilotos de Faenza ruedan detrás del mexicano Sergio Perez, en una lucha por la séptima posición.

En un momento dado, Sainz propone al equipo ordenar a Verstappen dejarle pasar para intentar adelantar a Perez y en caso de no conseguirlo, devolverle la posición a su compañero, algo que por ejemplo en Mónaco el piloto español ya había hecho sin problema alguno. El equipo lo acepta y ordena a Max Verstappen dejar pasar a Sainz. Y es aquí cuando se produce la clave de este asunto: “No”. Fue la respuesta tajante que en varias ocasiones el piloto holandés dio a las comunicados por radio que Xavi Pujolar le transmitía.

La polémica tras la carrera estaba servida por tanto. Y mientras el piloto madrileño se mordía la lengua en la zona mixta mientras atendía a los medios de comunicación, el joven piloto holandés argumentaba de esta manera su desobediencia: “Mi padre (Jos Verstappen) me dijo que si le hubiera dejado pasar me habría pateado las pelotas”.

Por si fuera poco, las formas en las cuáles el director del equipo Franz Tost daba carpetazo al asunto afirmando “Carlos era demasiado lento, estaba demasiado lejos y Max tenía razón. Vimos que no se acercaba y no hubiera alcanzado a Perez, así que hicimos bien en dejarles seguir” demuestran de qué pie cojean en Toro Rosso.

Vertappen sabe que no es un producto del Red Bull Junior Team como Sainz, así como que fue un fichaje relámpago para evitar que cayera en manos de la competencia. Además, es consciente que no necesita el apoyo de una empresa como Red Bull para mantener su asiento en la Fórmula 1. Todo esto es conocido por Tost, que sabe que debe mostrarse a favor del piloto holandés publicamente si quiere mantenerle dentro de su escuadra la próxima temporada.

Sin embargo, ahora se plantean muchos interrogantes sobre la escudería de Faenza. ¿Cómo reaccionará Carlos Sainz la próxima vez que le pidan que deje pasar a Max Verstappen? ¿Atacará Carlos a Verstappen la próxima vez sin esperar órdenes de equipo? Solamente el tiempo tiene la respuesta.