Para Carlos Sainz como para sus demás compañeros de oficio fue una jornada interesante para probar el circuito Hermanos Rodríguez, que volvía al calendario 23 años después en el que su último ganador fue Nigel Mansell y terminaba conquistando su primer y único título mundial. A pesar de la presencia de la lluvia durante algunos minutos, los pilotos salieron a rodar ya que algunos equipos creen que la presencia del agua podría ser durante las sesiones del sábado y la carrera del domingo.

El piloto de Toro Rosso apuntaba que al comienzo del día la pista se mostró deslizante y que un problema de los frenos le impidió mejorar la octava posición conseguida: "Ha sido un poco complicado el primer día en México, el trazado estaba resbaladizo. Por la mañana sufrimos un poco con las temperaturas de los frenos, que no me permitieron empujar tanto como quería en los primeros entrenamientos".

Fuente: zimbio
Fuente: zimbio

En la segunda sesión, cuando la pista tenía más goma y tras el accidente de su compañero Max Verstappen despúes de dos vueltas, el piloto español pudo rodar más y aprender más del veloz trazado mexicano de cara a la carrera del domingo, aunque la estrategia de todos los equipos será de una parada: "Las buenas noticias son que la pista mejoró durante la tarde y pude aprenderme el trazado paso a piso".

Para finalizar, Sainz comentaba que hay mucho que progresar el coche de cara a la clasificación del sábado y no se encontraba muy a gusto con el STR10. Además, la carencia de potencia del motor Renault hacen que sea un fin de semana complicado: "Podemos mejorar mucho en términos de equilibrio del coche ya que no estaba cómodo hoy en comparación con el resto de la temporada. Tenemos deberes esta noche, va a ser un reto este fin de semana pero tengo ganas".