El Gran Circo de la Fórmula 1 efectuaba este fin de semana su tercera parada en suelo americano, y lo hacía en un Gran Premio de México que regresaba al calendario del Mundial de la Fórmula 1 tras 22 años de ausencia. Nico Rosberg ha sido el encargado de tomar el testigo de un Nigel Mansell que había conseguido subir al primer cajón del podio en la edición más reciente de la prueba mexicana hasta la celebrada el pasado domingo. Databa esta victoria de un 22 de marzo de 1992.

Con las lides del campeonato mundial decididas a todos los efectos, Lewis Hamilton aterrizaba en el país azteca para hacer valer su reciente campeonato, pero esta vez, Nico Rosberg fue capaz de tomarle la medida al inglés para regresar al primer lugar de la clasificación. Doblete por tanto de Mercedes que sin presión alguna ha vuelto a consolidar su dominio.

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El doblete de la escudería teutona, comandada por su compatriota, quedaría cerrado en el podio por un Valtteri Bottas que le ganó a Kimi Räikkönen la partida por el cuarto y quinto lugar de la tabla, tras una víspera de domingo para olvidar en el seno de la escudería transalpina. También pudo ser un fin de semana de gloria para el piloto de Red Bull, Daniil Kvyat, pero sería Sebastian Vettel, el que, tras una salida que fue la guinda del envenenado pastel de sus infortunios, provocaría la salida de un Safety Car que cambiaría el rumbo final de la carrera, tramo que aprovechó el piloto de Williams para granjearse un lugar entre los de cabeza.

Poca historia contó también el héroe nacional, Sergio Pérez, que alentado por unas tribunas enfervorizadas consiguió escalar apenas una posición desde su posición de salida. Octavo lugar para el piloto de Force India, que no pudo satisfacer con un mejor resultado los apoyos de su grada. Son estas las notas positivas y negativas de un fin de semana que, de nuevo, McLaren-Honda volvió a tintar del rojo de la derrota cuando apenas Fernando Alonso pudo rodar una sola vuelta. Algo que, aseguran, ya conocían antes de comenzar la carrera.

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Semáforo verde

Esta vez sí, luz verde para Nico Rosberg. Quizá favorecido por un Hamilton menos agresivo con el título mundial bajo el brazo, el piloto germano consiguió de cualquier manera mantener su posición de partida hasta cruzar la meta y ver la bandera a cuadros del final.

Y eso que presiones no le faltaron para poner un punto de picante a la pole-position conseguida en la jornada de sábado. Ya desde la salida, sería Hamilton el que apretara las tuercas al bólido de su 'co-équiper' sin poder evitar una salida limpia en la que Nico Rosberg consiguió incluso abrir la brecha a dos segundos respecto del segundo lugar ocupado por el reciente tricampeón mundial.

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El accidente de Sebastian Vettel en el último tramo de la carrera forzaba la salida del Safety Car para establecer de nuevo el orden de las primeras vueltas, donde el piloto alemán de Mercedes consiguió mantener a raya a su compañero, aguantando las embestidas de un Hamilton ahora sí, mucho más nervioso, a la par que combativo, y que había puesto, vueltas antes, en tela de juicio las decisiones de su equipo. Nada ni nadie apartó a Nico Rosberg de la victoria, y vuelve a sonreír un piloto que, con el campeonato en manos de su compañero, al menos tiene el consuelo del segundo lugar en el bolsillo. Y es que un Sebastian Vettel muy desafortunado se ha apartado prácticamente de esta lucha, con dos carreras mediante para el final de la gira.

La luz verde también pinta la fábrica de Grove. Brillante actuación también la protagonizada por un equipo Williams que, en manos de Valtteri Bottas, consiguió escalar al podio favorecido por la estrategia y la suerte del Safety Car en la fase final de la prueba. Corría cuarto el finés cuando la organización, en respuesta al accidente del alemán Vettel, decidía habilitar la salida del coche de seguridad, momento que fue aprovechado por el finlandés para adelantar a Kvyat, que tenía serias opciones de opositar al podio antes del incidente.

Cartas sobre la mesa en la disputa por el cuarto y quinto lugar, después de que Ferrari, máximo intérprete de la nota negativa del fin de semana, dejara a sus dos coches en el garaje antes del final, lo que incluye a un Kimi Räikkönen que se quedó sin armas para poder disputar la posición en el campeonato con su paisano.

Semáforo naranja

Luz naranja para el héroe nativo. Coincidiendo con los tonos de su monoplaza, Sergio Pérez ha dado la nota media del fin de semana, con una carrera en la que lucieron sus virtudes, pero en la que se vio perjudicado al final por las cartas y la suerte de la estrategia. El aclamado piloto de Force India ha satisfecho a medias tintas las exigencias de la tribuna, que ha visto como su piloto, llevando a lomos el peso de su monoplaza y el de todo un país, solo ha conseguido, a fin de cuentas, escalar una posición partiendo desde el noveno hasta el octavo lugar. Asimismo, se ha visto superado por su compañero Nico Hülkenberg, que consiguiese finalizar séptimo justo por delante del azteca.

Final trágico para un piloto mejicano que consiguió aguantar contra viento y marea, con unos compuestos duros con los que rodó 53 vueltas hasta cruzada la línea de meta. El desgaste estratégico de las últimas vueltas lastró el Gran Premio de un piloto que fue el sinónimo del "quiero y no puedo". Intensidad e intención no faltaron en un piloto que, en los prolegómenos de la salida, prometía finalizar quinto para, al menos, satisfacer con un premio dulce a sus fans. Lástima que la miel se quedó en los labios de la afición mejicana.

Semáforo rojo

La Scuderia Ferrari ha cuajado en las alturas del Hermanos Rodríguez la participación más gris de toda su temporada. Sobre todo a manos de Sebastian Vettel, que se aleja de la lucha por el segundo lugar tras una carrera donde la mala suerte se alió toda en contra de su figura. Ya en las primeras vueltas el alemán sufría un 'pinchazo' que le relegaba a la remontada desde el tren trasero de la parrilla. Vueltas más tarde, y tras protagonizar salidas de pista impropias de un campeón mundial, un accidente del teutón de Ferrari provocaba la salida del Safety Car y su abandono de una prueba en la que le había tocado remar desde su inicio a contracorriente. Final indigno que espera revertir en las pruebas siguientes.

Ferrari protagoniza la mitad de los abandonos de la carrera

Tampoco fue el fin de semana de Kimi Räikkönen. La Scuderia Ferrari protagonizó la mitad de los abandonos del fin de semana -que apenas fueron cuatro sumando el del español Fernando Alonso y el de Felipe Nasr-, y fue el único equipo que finalizó con sus dos coches bajo las mantas y dentro del garaje. El piloto finés también ha dado tregua a Valtteri Bottas en la lucha por el cuarto y quinto lugar, viendo, ya por televisión, la celebración en el podio de su compatriota y su avanzadilla en la llamada a ser la lucha de los nórdicos.

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"Retira el coche Fernando". El caso de la Scuderia no es el único gran sinsabor de esta decimoséptima campaña. La primera comunicación de radio que escuchaba el piloto asturiano le obligaba a conducir su coche directamente al garaje, a causa de una pérdida de potencia de su motor eléctrico que incluso, aseguraban, ya conocían antes de comenzar la carrera. Salir por respeto a la afición fue la única manera que tuvo McLaren-Honda de cumplir, a su manera, con las exigencias de la organización. Así y todo, ya en los previos de la cita el equipo de Woking ya había sufrido los rigores de las penalizaciones por cambiar el motor, pero nada parece funcionar con una unidad japonesa fabricada de cristal.

Tirar los guantes, quitarse el casco y callarse la rabia volvió a ser la única solución para un Fernando Alonso que espera -al tiempo que desespera-, esta sea la recta final de su travesía por el desierto de la impotencia. Dentro de dos semanas, la Fórmula 1 y las páginas de VAVEL.com tienen una cita con el Gran Premio de Brasil, allá también en el otro lado del Atlántico, en el histórico Interlagos.