Campeonatos decididos, Mercedes dominando con autoridad… La última carrera de la temporada 2015 de Fórmula 1 se presentaba con el mismo guión que las 18 anteriores. El anochecer de Abu Dhabi iba a ser testigo del último gran premio de una de las temporadas más aburridas para el espectador de los últimos 15 años, donde un equipo ha gobernado con puño de hierro y el resto esperaban cualquier error para intentar acercarse a ellos. Pero además, la emoción del campeonato se terminó a falta de tres carreras, pues un Lewis Hamilton intratable durante la mayor parte del año no permitió a su compañero Nico Rosberg llegar con opciones a la última carrera, un factor que sí dio emoción al Gran Premio de Abu Dhabi 2014.

El ocaso dominical en los Emiratos Árabes Unidos fue demasiado predecible, con Nico Rosberg subiendo al cajón más alto del podio, seguido de su compañero y con un Ferrari en el tercer lugar, si bien en esta ocasión los honores recayeron en la figura de Kimi Räikkönen, que se permitió una alegría al final de una temporada para olvidar. En definitiva, la misma historia de siempre (o de casi siempre) en este año 2015 en la máxima categoría del automovilismo.

Sin embargo, este último gran premio de la temporada también fue el de la esperanza. Una esperanza futura, o en algunos casos un sueño, que comparten todas las escuderías que conformarán la parrilla de Fórmula 1 la próxima temporada. Porque a falta de certezas, de pruebas y de realidades, sólo se puede acudir a la esperanza para que 2016 sea un año distinto deportivamente hablando en este ‘gran circo’ que se ha convertido en monótono y que quiere volver a arrancar sonrisas y aplausos en todos sus componentes y seguidores.

Sí, porque los aficionados a la Fórmula 1 también apelan a esta esperanza para la próxima temporada. No se trata sólo de que los monoplazas hagan más ruido o de que corran más. Es un tema más de sensaciones, de sentimientos, de que la emoción regrese a este deporte, de que haya lucha por cada posición, de que haya igualdad. Esperanza de que los títulos se decidan en la última curva de la última carrera, de que no se monopolicen las victorias o de que diez escuderías tengan que asistir impotentes, una vez más, al dominio de unas flechas plateadas que se han ganado el derecho a ser los actuales reyes de este deporte.

Pero la esperanza también afecta a todos los equipos y a todos los pilotos. Mercedes confía en prolongar su dominio en la Fórmula 1. La escudería alemana hizo el mejor trabajo en 2014 configurando un monoplaza inalcanzable, y este año repitieron la fórmula ganadora. Conscientes de que Ferrari puede igualarles el próximo año, los germanos tienen la esperanza de dar un paso adelante y mantener su reinado. Este sentimiento coincide con el de Lewis Hamilton, que acumula dos títulos consecutivos y pretende convertirse en tetracampeón del mundo en 2016. Y el principal rival del británico será, una vez más, un Nico Rosberg que deberá aprovechar la inyección de moral adquirida en las últimas carreras para derrotar de una vez por todas a su compañero de equipo.

Ferrari también se aferra a la esperanza para poder pelear por los dos campeonatos. Tras acariciarlo en 2010 y 2012, la escudería italiana ha protagonizado un espectacular 2015, pero debe dar un paso adelante durante el invierno para plantar cara a Mercedes. Sebastian Vettel tiene la esperanza de poder ser pentacampeón del mundo, logrando además el quinto campeonato en la escudería más mítica de este deporte, mientras que Kimi Räikkönen confía en poder batir a un compañero de equipo, algo que no ha logrado desde su regreso a Maranello pues tanto Fernando Alonso como el alemán han galopado con mejor ritmo a lomos del ‘Cavallino’, y que de repetirse la historia en 2016, podría suponer el adiós definitivo del finlandés a la Fórmula 1.

Esperanza es también la palabra clave para Williams. La escudería de Grove fue la gran revelación de 2014, pero el espectacular rendimiento a una vuelta y la competitividad del monoplaza del equipo fundado por Frank Williams se esfumaron para esta temporada, quedando relegados Felipe Massa y Valtteri Bottas al quinto puesto en la mayoría de ocasiones. Ahora, y con la lección bien aprendida, la escudería británica confía en aprovechar el mejor propulsor de la parrilla para volver con frecuencia al podio.

En situación parecida se encuentra Red Bull. Los monoplazas de la bebida energética fueron la gran sorpresa de 2014, consiguiendo 12 podios y tres victorias gracias a la fantástica actuación de Daniel Ricciardo. Sin embargo, las deficiencias del motor Renault y su falta de competitividad con respecto a los propulsores de los equipos más punteros desembocaron en un 2015 para olvidar, más aún cuando las diferencias con la marca francesa con respecto a la unidad de potencia estuvo cerca de provocar su adiós a la máxima categoría del automovilismo. Con uno de los mejores chasis de la parilla, la escudería austríaca busca una mejora de motor para volver a pisar un podio que sólo han visitado en tres ocasiones esta temporada, y para ello cuentan con los siempre competitivos Daniil Kvyat y su compañero australiano.

También necesitan un motor en Toro Rosso. La escudería de Faenza cuenta en sus filas con los dos mejores pilotos jóvenes de este deporte, que han demostrado tener manos para ser futuros campeones del mundo de Fórmula 1. Max Verstappen, la gran revelación, espera que el motor Ferrari les dé ese plus de rendimiento que les permita estar cada fin de semana en la zona de puntos. La esperanza de Carlos Sainz se centra en primer término en la fiabilidad, pero al igual que su compañero, confían en que la nueva unidad de potencia les permita pelear por objetivos más ambiciosos tras un año en el que han maximizado el rendimiento del monoplaza italiano.

La esperanza de Force India mantiene una línea continuista con respecto a la recta final de la temporada. Los monoplazas del equipo dirigido por Vijay Mallya han cuajando un espectacular final de 2015 y sólo tienen que mejorar en aspectos aerodinámicos para acercarse al podio con mayor frecuencia. El podio de Sergio Pérez en Rusia y la siempre competitividad de Nico Hülkenberg son avales suficientes para soñar con un 2016 de mayores éxitos.

Lotus espera revertir la situación de un 2015 complicado. Los problemas económicos, acuciados hasta el punto de retrasar pagos y entrar en concurso de acreedores, se sumaron a la mala fortuna en la pista de un coche muy rápido en lo referente a velocidad punta pero muy lejos aerodinámicamente de los mejores. Con la más que probable compra de Renault, el equipo de Enstone confía en mejorar la situación económica y, a partir de ahí, crecer sobre la pista, acercándose a los resultados de los años 2012 y 2013. Pastor Maldonado repetirá en la parrilla para volver a luchar por los puntos o, al menos, poder terminar carreras con buenas sensaciones, mientras que la savia nueva de Jolyon Palmer será un buen acicate para hacer progresar al monoplaza.

Sauber y Manor tienen la esperanza de seguir mejorando y, si bien ambos equipos son conscientes de la importancia del dinero en este deporte, tras la experiencia adquirida en 2015 confían en acercarse a la zona media de la parrilla, sabedores de que cualquier cosa puede pasar si logran un coche competitivo en lo que a puntos se refiere. La esperanza de ilusionar en su estreno es la de Haas F1 Team, el único equipo nuevo para 2016 y que apuesta por dos pilotos con experiencia como Esteban Gutiérrez y, sobre todo, Romain Grosjean, para no ser el último equipo de la parrilla y convertirse en la revelación.

Por último, McLaren-Honda. El sueño del binomio anglo-japonés se convirtió en pesadilla desde el mes de marzo, haciéndose cada vez más dolorosa para los amantes de la Fórmula 1, que vieron deambular sin rumbo por los circuitos a los monoplazas de la segunda escudería más laureada de la historia de este deporte. Eso cuando lograban salir a la pista, porque muchos fines de semana las aventuras de los coches de Woking no lograban terminar con buen pie, y los problemas de fiabilidad y posteriores sanciones se convirtieron en rutina a partir de la mitad de la temporada. Quizá el equipo británico sea el que más esperanza tiene para 2016, pues tras un año de bagaje con este nuevo motorista y con un buen chasis como el que tienen actualmente, parece que si logran una buena unidad de potencia volverán a ser competitivos. Nadie desea más que esto suceda que Jenson Button y Fernando Alonso, dos campeones del mundo que han vivido la peor temporada de su historia en lo que a resultados se refiere, y que se aferran con firmeza a esta esperanza para poder luchar por los puntos en 2016.

La noche de Abu Dhabi puso fin a la temporada 2015, que desde ese momento se convirtió en pasado. En el futuro, asoma ya la próxima temporada, pero hasta que el ‘gran circo’ llegue a Australia, todos se aferran a la esperanza, pues como dice el refrán, “la esperanza es lo último que se pierde”.

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