La victoria de Mercedes en Australia había supuesto un duro revés para la Fórmula 1. Tras una temporada 2014 dominada de forma apabullante por las 'flechas plateadas', los monoplazas de la escudería alemana confirmaron en Albert Park las sensaciones dejadas durante la pretemporada, que no eran otras que las de contar con una ventaja casi insultante con respecto al resto de escuderías que conformaban la parrilla. Todo hacía presagiar un nuevo 'paseo' de los germanos en 2015, y lo que es peor, la sensación de que ningún equipo podía hacerle frente en ningún momento del año.

Sin embargo, en Malasia, apareció un protagonista inesperado. Un piloto vestido de rojo volvió a descorchar el champán desde el punto más alto del podio. Dos años después, Ferrari regresó al número uno con Sebastian Vettel al volante y deslumbró a las estrellas de plata, cuya hegemonía se remontaba a ocho carreras consecutivas. La victoria del equipo italiano no sólo permitió un resquicio de esperanza de ver una temporada más igualada que la anterior, sino que también suponía el regreso de los hombres de Maranello al primer cajón del podio, una situación que no se producía desde hacía 686 días y 40 carreras después, concretamente desde la victoria de Fernando Alonso en el Gran Premio de España 2013.

Sebastian Vettel rueda en solitario | Foto: zimbio.com
Sebastian Vettel rueda en solitario | Foto: zimbio.com

Tras un decepcionante 2014, nadie confiaba en Ferrari. El adiós de Fernando Alonso dejaba huérfano al equipo italiano y a merced de un monoplaza y una unidad de potencia que estaban muy lejos de la competitividad exigida. Sin embargo, el trabajo comenzado a mediados de 2015 comenzó a dar sus frutos en Australia, y fue en el circuito de Sepang donde la escudería de Maranello consiguió la máxima recompensa. Aquél fin de semana, todos los aficionados a la Fórmula 1 disfrutaron de un despliegue total de conducción y estrategia. Si bien es cierto que Ferrari demostró tener un monoplaza a la altura de su historia, la realidad es que el trabajo de estrategia del equipo fue perfecto.  

Pero la realidad es que el fin de semana comenzó de manera inmejorable para Mercedes. Nico Rosberg y Lewis Hamilton se alternaron la primera posición en las tres sesiones de entrenamientos libres, y el británico se hizo el sábado con la 'pole position'. Sin embargo, la alegría en la escudería de Brackley era muy comedida, pues las tandas largas de los entrenamientos habían mostrado un ritmo altamente competitivo de Ferrari, que además había colocado a Sebastian Vettel en la primera línea de la parrilla. La sensación en el 'paddock' era de que, por primera vez en muchos meses, un equipo podía privar a Mercedes de la victoria.

Lewis Hamilton rueda en cabeza al inicio de la carrera | Foto: zimbio.com
Lewis Hamilton rueda en cabeza al inicio de la carrera | Foto: zimbio.com

Los dos primeros clasificados conservaron su posición inicial, por lo que la escudería germana había cumplido el objetivo. Sin embargo, un 'safety-car' en la vuelta cuatro, tras un accidente de Marcus Ericsson en la primera curva, cambió el guión de la carrera. Hamilton, que defendía la pole, y Rosberg, tercero, aprovechaban el coche de seguridad para entrar en boxes y cambiar neumáticos, siendo imitados por casi todos los pilotos de la parrilla. Todos menos Sebastian Vettel. Confiando en la baja degradación de sus neumáticos, el muro de Ferrari optó por dejar al alemán en pista, quien se ponía líder y se encontraba, de improviso, con la estrategia ganadora a dos paradas, una menos que el resto. Esta excelente decisión, unida al gran ritmo del SF15-T, terminaron de dar la victoria a Ferrari, un triunfo al que también contribuyeron el exceso de calor en el circuito y  un mejorable 'set-up' de las 'flechas plateadas'.  

El Gran Premio de Malasia se convirtió en el primer y prácticamente único respiro para una Fórmula 1 que ha visto en las dos últimas temporadas cómo Mercedes ha dominado con autoridad la categoría. Al menos, en Sepang, los elogios fueron para Sebastian Vettel y Ferrari, que firmaron un fin de semana casi perfecto y devolvieron a la escudería más laureada de este deporte al lugar más codiciado.