Un nuevo formato donde los monoplazas más lentos se irán eliminando poco a poco dentro de cada sesión y no al término de ellas, como sucedía hasta la temporada 2015. La clasificación seguirá contando con tres sesiones, pero los criterios de eliminación se actualizan en busca de una mayor espectacularidad.
La Q1 durará 16 minutos. El desarrollo de la misma será el que se venía dando hasta el minuto 7. Entonces, caerá el piloto más lento. A partir de entonces, se irá eliminando el piloto más lento cada 90 segundos hasta el final de la sesión. Este proceso será el mismo en la Q2, que durará 15 minutos, salvo que los monoplazas comenzarán a eliminarse en el minuto 6.
La lucha por la pole en la Q3 será el plato estrella de este nuevo formato de clasificación. Con 14 minutos de duración, el piloto más lento de los 10 que pasarán a ella se eliminará transcurridos cinco minutos. Desde entonces, cada 90 segundos, se irá descartando al piloto más lento hasta que solamente la lucha quede entre dos, quienes se jugarán la pole.
La propuesta original surgió el día 22 de febrero en Ginebra, durante la reunión del Grupo de Estrategia y la Comisión de la Fórmula 1. A pesar de que todo parecía indicar que se pondría en marcha en Australia, Bernie Ecclestone se mostró escéptico ante la posibilidad de que el nuevo software no estuviera disponible para entonces. La aprobación del Consejo Mundial de los Deportes del Motor de la FIA disipa cualquier duda en torno a su aplicación.
Con esta novedad, la Fórmula 1 busca renovarse para atraer la atención hacia los sábados, ciertamente descafeinados durante los últimos años tras el dominio aplastante de Red Bull, primero, y de Mercedes, después. No obstante, se antoja difícil que las poles dejen de coparlas los Mercedes a juzgar por las prestaciones mostradas durante la pretemporada. En cualquier caso, el primer reto de Nico Rosberg será continuar con su racha de seis poles consecutivas.
