Duro golpe psicológico para un Fernando Alonso que ve cómo vuelve a ser parte de un déjà vú. El asturiano ha revivido idéntica experiencia que el pasado año, cuando fue declarado no apto para competir en el Gran Premio de Australia tras el accidente que tuvo en pretemporada. En esta ocasión la noticia ha saltado después del fuerte accidente que tuvo en Albert Park. Este jueves el equipo médico le ha dicho que no es apto para conducir.

Los hechos se remontan al pasado 20 de marzo, cuando el asturiano, al intentar adelantar a Esteban Gutiérrez, colisionó con la parte trasera del Haas del méxicano y chocó bruscamente contra las protecciones, llegando a dar tres vueltas de campana en la fátidica curva 3 del trazado australiano. Durante el impacto, el asiento del MP4-31 se partió por la mitad, el monoplaza quedó destrozado: no se pudo salvar ningún elemento del Mclaren-Honda.

Así las cosas, durante la mañana de este jueves, el equipo médico de la FIA, tras realizarle un chequeo preventivo (escáner de pecho incluído), ha considerado que Fernando Alonso no es apto para participar en la cita del fin de semana. El encargado de anunciar la noticia ha sido Matteo Bonciani, jefe de comunicación de la Fórmula 1: "Se han efectuado dos chequeos en el pecho a través de escáner,  se han comparado entre ellos y se ha decidido que no había suficiente resolución, lo cual es un requisito para permitirle competir de forma segura".

Stoffel Vandoorne será el hombre encargado de sustituir al español en el monoplaza. El equipo ya se ha puesto en contacto con el belga para, junto a los mecáncos de la escudería, configurar los cambios oportunos y así preparar el Gran Premio.

Fernando Alonso pasará otra prueba médica de cara al Gran Premio de China para, de esa forma, analizar su disponibilidad física.