Tras un arranque algo diferente, donde el piloto no podía tomar la salida en Australia por problemas de fiabilidad. Daniil Kvyat retomaba la confianza con el Red Bull después de lograr 6 puntos hace dos semanas en Baréin. La tercera cita del mundial se da en otro circuito diseñado por Herman Tilke, donde las largas rectas pasan a largas curvas a través de fuertes frenadas. El ruso no vaticina ningún resultado, pero destacaba la técnica necesaria para lograr buenos tiempos.

Kvyat coincide con su compañero de equipo y coincide en que la primera curva es un reto para todos los pilotos, pasando de 320 kilómetros por hora a una fuerte frenada y una curva cerrada. El ruso destacaba su primer año de China, en 2014, donde la clasificación fue con lluvia: “Creo que el circuito de Shanghái es un trazado interesante y técnico. La curva uno es única y los cambios de dirección en la mitad de la vuelta son un reto. Mi primera carrera aquí fue en 2014 y tuvimos clasificación en mojado, lo que lo hizo difícil porque tuvimos diferentes condiciones en carrera”.

Con respecto a la ciudad, el joven ruso se quedó sorprendido del enorme tamaño de Shanghái. El piloto destacaba la gastronomía que pueden disfrutar durante el Gran Premio, y también coincide con la mayoría de sus compañeros en que los aficionados chinos están muy presentes a lo largo del fin de semana: “Shanghái es única y una gran ciudad. Solía vivir en Moscú, que es una gran ciudad, pero nada comparado con el tamaño de Shanghái. Creo que es una ciudad internacional, suceden muchas cosas y tienen una comida muy buena. El río que cruza la ciudad  es muy grande, parece un océano. Los seguidores en china con muy apasionados, tenemos un gran grupo aquí. He visto a algunos en Australia y me dieron algunos regalos. Es muy bueno tener ese apoyo”, concluye Kvyat.