Se acabó la espera. El único circuito debutante de 2016 se ha estrenado con la primera sesión de entrenamientos del Gran Premio de Europa. Y, como casi siempre, los dominadores han sido los monoplazas plateados de Brackley. Lewis Hamilton sigue mostrándose amenazante para el líder del campeonato, su compañero, Nico Rosberg, que ha sido segundo. Valtteri Bottas, con la velocidad punta más alta, ha sido tercero. La nota de color la ha puesto Fernando Alonso, que se ha encaramado hasta el cuarto lugar.
La cautela ha sido la nota dominante. Aunque los Mercedes han sido los más fuertes, poco tienen que ver los tiempos que se han marcado en esta primera sesión con los que se podrán ver en la clasificación de mañana. Poco a poco, los pilotos han ido haciéndose con el circuito y han probado sus límites. Las salidas de pista han sido muy comunes, llegando a probar los muros Lewis Hamilton, pero sin ninguna consecuencia.
Los tiempos no se han buscado, aunque hacia el final de la sesión sí que algunos pilotos han montado neumáticos nuevos para mejorar. Es el caso de Carlos Sainz y de Sebastian Vettel, que han logrado su crono en el último suspiro. El madrileño se ha visto lastrado en los últimos minutos por un pequeño contacto en las protecciones de la curva 15 que le ha dañado el alerón delantero.
Sin duda, los monoplazas más sorprendentes han sido los McLaren. Fernando Alonso ha sido cuarto, seguido de cerca por su compañero, Jenson Button, en la séptima posición. Una pista nueva y una más que presumible configuración aerodinámica centrada en la gran recta de 2,2 km les pueden haber ayudado a estar tan arriba. No obstante, lo más probable es que no puedan mantener ese nivel de competitividad a lo largo del fin de semana de gran premio.
Mucho se venía hablando durante la semana sobre el circuito de Bakú. Principalmente, de su seguridad, puesta en entredicho por pilotos como Jenson Button, que centraba su crítica en la escasez de escapatorias, siendo además algunas de ellas demasiado estrechas. También, de las curvas 8, 9, 10 y 11, la parte más estrecha del circuito. La anchura en la parte más estrecha de esta zona, comprendida entre la muralla medieval y los edificios de viviendas, apenas supera los 6 m. Mejor no pensar qué puede suceder si algún monoplaza se accidenta en esa zona.
La primera sesión no ha puesto en grandes apuros a la organización, ya que los pilotos han ido de menos a más, centrándose en conocer los secretos de Bakú y asegurándose de no golpear las barreras. Sólo Daniel Ricciardo ha probado el sabor de los muros azeríes y ha sacado a relucir la bandera roja. El australiano ha sido demasiado optimista en la frenada de la curva 15 y ha destrozado la parte trasera derecha de su monoplaza.
El problema de besar los muros en un circuito encajonado entre los edificios de una gran ciudad es que no hay espacio para colocar grúas en todo su trazado. Ante la ausencia de grúas en la zona del accidente, se ha tenido que acercar una motorizada para evacuar el destrozado Red Bull.
Si se repiten estos incidentes en carrera, se presumen muchas vueltas con el coche de seguridad desplegado.
