El piloto inglés Lewis Hamilton no empezó con buen pie la temporada. El campeón del mundo vio cómo su compañero de equipo y máximo rival Nico Rosberg se llevaba la victoria en las cuatro primeras carreras de la temporada. Hamilton no gozó de la suerte del campeón en las primeras citas del mundial ya que, por problemas de fiabilidad y diferentes lances de carrera, parecía que el mundial ya se lo había adjudicado su compañero. Pero en la Fórmula 1, como en la vida, todo puede cambiar en un simple segundo.

La primera victoria de la temporada para el inglés llegó en el siempre espectacular Gran Premio de Mónaco, donde, gracias a un error de Red Bull, consiguió arrebatarle la victoria a Daniel Riccardo. El Gran Premio celebrado en el principado monegasco fue el primer punto de inflexión en esta primera mitad de mundial ya que Hamilton veía desde el primer cajón del podio cómo su compañero finalizaba la carrera en séptimo lugar. Desde ese fin de semana Hamilton ha ganado cinco carreras más; su compañero solo una.

La carrera celebrada en el Hungaroring hace dos semanas fue probablemente el momento clave del campeonato. Hamilton ganó el Gran Premio y le arrebató la primera posición en el mundial a Nico Rosberg. Después de la carrera, en declaraciones para Autosport, el campeón del mundo confesaba: “Me siento diferente al estar seis puntos en cabeza. Estoy muy, muy feliz con eso, pero soy consciente de que al menos una carrera estaré más atrás y no sé cuánto seré capaz de limitar el daño”. Este fin de semana el inglés consiguió afianzar la primera plaza en la clasificación y se ha ido de vacaciones con 19 puntos de ventaja respecto al alemán.

El tres veces campeón del mundo ha demostrado que poco queda de aquel alocado piloto que ganó su primer mundial en 2008. Hamilton se ha convertido en un piloto calculador e inteligente, capaz de administrar una carrera de manera magistral. En el último Gran Premio dio fe de ello. El piloto lo explicó: “Bajé de revoluciones mi motor más o menos a partir de la segunda o tercera vuelta. Intentaba hacer que el motor llegara tan lejos como fuera posible. Al girar el motor más lento es más fácil para él en lugar de usar toda la potencia. Tenía la esperanza de prolongar su vida útil porque no sabes en qué momento se va a ir. Ninguno de nosotros lo hacemos”.

Hamilton en un yate antes de un GP// Fuente: Lewis Hamilton
Hamilton relajandose en un barco antes de un GP// Fuente: Lewis Hamilton

El piloto es consciente de que si quiere lograr su cuarto mundial debe ser cauto con sus unidades de potencia,ya que se enfrenta a más de una penalización debido a los problemas que sufrió al inicio de temporada y sabe que su compañero de equipo ya no es su único rival: “Ahora los Red Bull han alcanzado su ritmo y podría ser difícil deshacerse de ellos, incluso entrar entre los cinco primeros. Soy consciente de ello".

Además, Hamilton no solo se enfrenta a la presión dentro de la pista, sino también a la presión mediática que siempre se centra en él y su ajetreado ritmo de vida. Su vida privada volvió a ser el centro de atención al inicio de temporada cuando algunos relacionaban sus discretos resultados en pista con su vida fuera de ésta. El inglés indicaba: "Para mí simplemente vivo la vida de la forma en que me gustaría vivirla y no hay un día en el que no me arrepienta de vivirla. Realmente creo que nunca sabes cuándo es tu último día, así que lo más importante es disfrutar y tomar cualquier oportunidad que tengas delante de ti y si tienes alguna meta darlo todo por conseguirla".

A pesar de las críticas, cuando Lewis Hamilton se sube al coche solo piensa en un único objetivo, lograr su cuarto mundial. El inglés disfrutará como solo él sabe de este necesario parón veraniego, pero cuando el 28 de agosto se apague el semáforo en Spa, Hamilton solo tendrá un objetivo en mente: volver a alcanzar la gloria