Con noventa años de historia, el circuito de Spa-Francorchamps ha sido testigo de grandes carreras, de miles de adelantamientos con intrahistoria y de cientos de accidentes de esos vehículos de cuatro ruedas que vuelan sobre su asfalto. En él se vieron las primeras victorias de pilotos de leyenda como Fangio o Michael Schumacher, pero si algún Gran Premio ha quedado grabado en la memoria de pilotos y aficionados es el de 1998. Y no tanto por su contenido deportivo sino por ser una de las carreras más épicas y accidentadas que se recuerdan. Pero antes, ¿qué entendemos como épica en este deporte?

Si definimos la épica como hechos legendarios y hazañas de héroes, para poder disfrutar de una carrera tal en la Fórmula 1 se necesitan varios ingredientes fundamentales: un Mundial en juego, un circuito de alto nivel técnico y lluvia que dificulte el trabajo de los pilotos. Mucha lluvia, o lo que es lo mismo, mucha incertidumbre. Además de ser el número 600 en la historia de la Scuderia Ferrari, el Gran Premio de Bélgica de 1998 lo tuvo todo. Mika Häkkinen llegaba a Spa-Francorchamps como líder del campeonato a tan solo siete puntos (por entonces solo puntuaban los seis primeros y la victoria eran 10 puntos) del segundo clasificado, Michael Schumacher, después de que el alemán le recortara distancia dos semanas antes en el GP de Hungría a falta de cuatro pruebas para finalizar la temporada.

Häkkinen golpeó primero

En la clasificación, el finés le tomaba la delantera al káiser logrando la décima pole position de su carrera mientras el alemán se tuvo que conformar con colocar su Ferrari en el cuarto puesto de la parrilla a un segundo y  medio del tiempo de Häkkinen. En segunda posición, tomaría la salida el otro McLaren Mercedes, el de David Coulthard, que, sin quererlo, jugaría un papel protagonista en esta historia, al igual que Damon Hill, que salía desde la tercera plaza con su Jordan Mugen Honda, y Eddie Irvine con su Ferrari desde la quinta. Una vez confirmado que la carrera se iniciaría a la hora prevista a pesar de la lluvia torrencial que azotaba la provincia de Lieja, el temor de los pilotos pasó a ser cómo afrontar la primera curva del trazado, la famosa curva de ‘La Soucre’, un cerradísimo vértice a derechas.

Sorprendentemente, una vez se apagaron los semáforos, todos los pilotos superaron con éxito el primer escollo. Cuando parecía que lo peor ya había pasado, en la recta anterior a la subida de ‘Eau Rouge’, un Ferrari y un McLaren colisionaban, pero no eran los de los líderes del mundial. Los británicos David Coulthard y Eddie Irvine se tocaron, lo que provocó que el McLaren del escocés rebotara con el muro interior y saliera despedido hacia el centro de la pista. Cegados por la cortina de agua que se había levantado, los perseguidores no pudieron hacer nada por evitar un choque en cadena creando un tapón histórico que acabó con trece monoplazas convertidos en chatarra mientras los neumáticos de los involucrados volaban en todas las direcciones.

Accidente múltiple justo antes de 'Eau Rouge' | Foto: motorpasion.com
Accidente múltiple justo antes de 'Eau Rouge' | Foto: motorpasion.com

Automáticamente, desde dirección de carrera se mostró la bandera roja que detenía y suspendía la prueba. Cuatro escuderías vieron a sus dos pilotos involucrados en el terrible accidente, por lo que, al contar con un solo coche de repuesto, uno de sus pilotos no podría correr. Ricardo Rosset de Tyrrel-Ford, Mika Salo de Arrows, Olivier Panis de Prost-Peugeot y Rubens Barrichello de Stewart-Ford no pudieron tomar la segunda salida.

Otra carrera, misma historia

Media hora más tarde, se reiniciaría la carrera con solo 18 pilotos en la parrilla. Häkkinen y Schumacher volvieron a luchar por la primera posición en la primera curva, pero el piloto finlandés de McLaren perdía el control de su monoplaza y acabó colisionando con Johnny Herbert. Mika decía adiós a la carrera. Al mismo tiempo y en la misma curva, David Coulthard se veía en su segundo accidente del día, esta vez con Alex Wurz, lo que provocó el abandono del austriaco, mientras el escocés, tras pasar por el pit-lane, continuaba la carrera en última posición.

La de Bélgica'98 es la carrera con más abandonos de la F1 junto a Mónaco'96

Michael era líder de la carrera y, con el abandono de Häkkinen, líder del mundial. Tras veinte vueltas, parecía que por fin había llegado la calma al circuito de Spa-Francorchamps. Aunque los accidentes no cesaban, ahora eran causados por el asfalto mojado y no involucraban a más de un piloto. Como con un cuentagotas, Jos Verstappen, Jacques Villeneuve, Esteban Tuero y Eddie Irvine se veían obligados a bajarse de su monoplaza antes de tiempo. Más que nunca, la de Spa-Francorchamps ese 30 de agosto de 1998 fue una prueba de supervivencia. Por entonces, la carrera se volvió, al fin, relativamente tranquila y sin puntos calientes de conflicto, hasta que llegó el momento en el que Schumacher tenía que doblar al último clasificado, que seguía siendo Coulthard.

Una vez más, David Coulthard protagonista

Cuando el káiser alcanzó al fin al escocés, trató varias veces de doblarlo aunque el piloto de McLaren no se dejaba. Tras varios intentos fallidos, Schumacher se empezaba a desesperar, lo que se veía reflejado en los aspavientos de rabia que el alemán mostraba sobre la pista. Bien entrado el segundo sector del trazado, Michael adelantó a David Coulthard colisionando con él, en una acción donde el Ferrari del teutón perdió el alerón delantero así como la rueda delantera derecha. Ambos se desviaron al pit-lane donde acabarían abandonando. En ese momento, Michael se bajó de su monoplaza y fue directo al box de McLaren, donde tuvo algo más que palabras con el piloto británico y, posteriormente, tuvieron que ser separados. El káiser no puntuaría en Spa y Häkkinen recuperaba otra vez el liderato del mundial.

Michael Schumacher después de colisionar con David Coulthard | Foto: motorpasion.com
Michael Schumacher después de colisionar con David Coulthard | Foto: motorpasion.com

Sin Michael Schumacher al frente, y con los abandonos de Häkkinen, Irvine y Coulthard, quien acabaría volviendo a pista, la carrera pasó a ser liderada por Damon Hill, que tenía la victoria al alcance de su mano. Eddie Jordan se mostraba nervioso ante una victoria que parecía inevitable para su escudería, por lo que prohibió a Ralf Schumacher, el otro piloto de los Jordan Mugen-Honda y que iba en segunda posición, adelantar a Hill y así asegurar, no solo la primera victoria de la historia de la escudería, sino además el doblete.

Primera victoria en la historia de Jordan; última de Damon Hill

Finalmente, los dos modestos Jordan cruzaron la línea de meta primero y segundo, seguidos del Sauber de Jean Alesi que completó el podio. Fueron los tres pilotos más rápidos de los solo ocho que lograron dar 44 giros al circuito belga. Así, la carrera con más abandonos de la historia (16 abandonos, junto con el GP de Mónaco 1996) se convirtió también en la primera y única victoria de un monoplaza con motor Repsol, así como la última vez que Damon Hill subió a lo más alto del podio.

Damon Hill liderando la carrera | Foto: diariomotor.com
Damon Hill liderando la carrera | Foto: diariomotor.com

Respecto a la clasificación del mundial, no fue una carrera brillante, pues con los abandonos de los favoritos se convirtió en intrascendente. Pero a lo que emoción y épica se refiere, pocos Grandes Premios de los últimos años pueden presumir de una carrera tan loca e impredecible como fue el GP de Bélgica en 1998.

Clasificación final del GP de Bélgica 1998:

1. Damon Hill (Jordan Mugen-Honda).
2. Ralf Schumacher (Jordan Mugen-Honda).
3. Jean Alesi (Sauber Petronas).
4. Heinz H. Frentzen (Williams Mecachrome).
5. Pedro Diniz (Arrows Yamaha).
6. Jarno Trulli (Prost Peugeot).
7. David Coulthard (McLaren Mercedes).                                                                          
8. Shinji Najano (Minardi-Ford).