Si bien para la gran mayoría del resto del mundo es desconocida, Australia también tiene su propia liga. Obviamente, la calidad no es suprema ni los nombres tan conocidos como los del fútbol europeo, pero la pasión de un país que jamás se había interesado por el fútbol está experimentando un crecimiento constante temporada tras temporada. Los estadios, aunque son instalaciones que nada tienen que envidiar a las de los equipos de las máximas divisiones de las principales ligas europeas, no se llenan prácticamente en ningún partido a menos que se trate de un derbi. Pero hace una década nadie tenía interés en la Hyundai A-League (así se denomina la primera división), y ahora los aficionados incluso viajan por todo el país siguiendo a su equipo.

La selección australiana, aunque ha conseguido la clasificación a varios mundiales, apenas da alegrías a sus seguidores. Los socceroos quedaron el último lugar en el grupo B del pasado Mundial de Brasil, con cero puntos, pero cuajaron una buena actuación y merecieron algo más ante Chile y Holanda. El éxito de clasificarse a los torneos internacionales reside en que los rivales que tiene en la Copa de Asia son países donde el fútbol está aún mucho más subdesarrollado, por lo que es difícil plantar cara al combinado oceánico. La etapa de los Tim Cahill, Mark Schwarzer y compañía ya pasó, y ahora el técnico Ange Postecoglou está apostando por jóvenes que están irrumpiendo con fuerza a base de calidad e inteligencia futbolística.

El máximo éxito del fútbol australiano llegó hace apenas un mes, cuando el Western Sydney Wanderers consiguió llevarse a sus vitrinas la Champions League asiática, siendo la primera entidad de allí en llevarse el trofeo más importante a nivel de clubes asiáticos. A poco que sepamos de Geografía caeremos en la cuenta de que Australia no se encuentra en el continente asiático, pero la falta de rivales de entidad en Oceanía (Vanuatu, Fiyi, Micronesia, Samoa, etcétera) les llevó a solicitar la entrada en la Confederación de Asia, la cual les fue inmediatamente aceptada, y desde entonces a nivel institucionalmente deportivo, juegan los torneos de dicho continente. El éxito del Wanderers tiene aún más mérito si tenemos en cuenta que hace dos años y medio, el club no existía. Se fundó en abril de 2012 merced a las peticiones que un grupo de habitantes del oeste de Sydney trasladaron a la Federación de Fútbol de Australia (FFA) por no sentirse identificados con la entidad de la otra parte de la ciudad, el Sydney FC. La FFA había rechazado esta propuesta años atrás, pero la falta de viabilidad de equipos en otras ciudades menos pobladas les hizo ceder y aceptar que las ciudades más importantes del país tuviesen dos equipos cada una.

Western Sydney Wanderers celebra su victoria en la Champions de Asia. (Foto: ABC)

El primer año del Wanderers, con jugadores de la talla de Shinji Ojo y Michael Beauchamp, fue espectacular. Terminaron la liga regular como líderes, pero no pudieron reafirmar su supremacía en los play-offs, donde cayeron en la final a manos del Central Coast Mariners. El año siguiente se repitió la historia, aunque el Brisbane Roar -que había sido tremendamente superior al resto de equipos a lo largo de toda la temporada- les volvió a frustrar. Se clasificaron, pues, para la Champions League, que han terminado ganando tras batir en la final al Al-Hilal saudí por un marcador global de 1-0.

La liga austral es uniforme, no hay ascensos ni descensos. La componen diez equipos ampliables a voluntad de la FFA. De los diez equipos que la disputan actualmente, siete ya existían cuando se fundó la competición. Sydney FC ganó el primer título, y entre ellos y el otro equipo más importante del país, Melbourne Victory, se repartieron cuatro de los cinco primeros trofeos -dos para cada uno y uno para Newcastle Jets-. Desde entonces, el dominio de Brisbane Roar ha sido prácticamente aplastante, ganando tres de los últimos cuatro y siendo así el equipo más laureado de Australia actualmente. El Roar cuenta también con el estadio más grande de la liga, el Suncorp Stadium, con capacidad para casi 53.000 espectadores.

La capital del país, Canberra, no cuenta con equipo en la A-League, por lo que el peso recae en las otras dos ciudades más importantes del territorio aussie: Melbourne y Sydney. Como se ha comentado anteriormente, ambas poseen dos equipos en la máxima categoría: Victory y Sydney FC desde el inicio, y la creación de Melbourne Heart (actualmente Melbourne City) y Western Sydney Wanderers después. La reconversión del Melbourne Heart en City ocurrió a principios de 2014, cuando el grupo inversor del jeque propietario del Manchester City se hizo con el club y con los derechos de crear una franquicia nueva en la ciudad de Nueva York. El jeque optó por unificar términos y, al llevar ya un lustro siendo propietario del Manchester City, nombrar a sus otros dos equipos Melbourne City y New York City.

El máximo acercamiento de la A-League a Europa fue en 2012, cuando la estrella de la Juventus y delantero de fama mundial Alessandro Del Piero fichó por el Sydney FC para disputar en la liga australiana los últimos años de su extensa y victoriosa trayectoria deportiva -aunque ahora continúa jugando en La India-. Así se logró que un nuevo mercado se interesase por el seguimiento de la competición, si bien no es Pinturicchio el único ilustre que ha pisado tierras aborígenas para practicar el balompié. Otros como John Aloisi, Besart Berisha, Damien Duff o Reinaldo también han dejado su calidad en Australia.

Del Piero en su etapa en Sydney. (Foto: ItalianFootball)

En esta temporada, de la cual sólo se llevan siete jornadas disputadas, se ha marcado una diferencia inmediata entre los cuatro primeros clasificados y el resto. Muy sorprendentemente, el campeón Brisbane sólo ha conseguido ganar un encuentro y perdido el resto, y el subcampeón y actual campeón de la Champions, el Wanderers, ocupa el farolillo rojo con dos míseros empates y ninguna victoria. Las dos grandes sorpresas en lo que va de campaña ocupan los dos primeros puestos. En primer lugar, Perth Glory, ha hecho del NIB Stadium un fortín donde cuenta sus partidos por victorias y donde tanto Roar como Wanderers han caído derrotados. No han demostrado una defensa férrea ni una capacidad goleadora especialmente alta, pero juegan como un verdadero equipo en todas las facetas del juego. El sacrificio que Kenny Lowe ha inculcado a sus futbolistas está dando resultado, y los goles del irlandés Keogh -cinco, máximo goleador de la competición- les mantienen en lo más alto con seis victorias y una única derrota.

Precisamente esa única derrota del Glory fue a manos de la otra revelación de la temporada, Adelaide United. El español Sergio Cirio es la referencia más importante del equipo y sobre el cual recae todo el peso ofensivo, y él responde con goles y creando muchos problemas a las zagas rivales gracias a su velocidad. Los de Adelaida llevan pleno de victorias en sus partidos como visitantes, y además son el equipo menos goleado de toda la categoría, con sólo cuatro tantos encajados en siete encuentros. No conocen aún la derrota los hombres del tarraconense Josep Gombau.

Los dos grandes están detrás. El primer puesto de play-offs lo ocupa Melbourne Victory con quince puntos y se encuentra igualmente invicto. Los cinco goles del albanés Berisha le mantienen en la pugna, y además todas las apuestas les dan como favoritos al título final. El lateral izquierdo, Georgievski, está cuajando un inicio de campeonato brillante en las facetas tanto defensivas como en sus subidas al ataque. Compartiendo puntuación con sus máximos rivales está el Sydney FC de Graham Arnold, que de la mano de un inconmensurable Brosque lucha por recuperar el éxito que hace más de un lustro que no cosechan. El joven Corey Gameiro está despuntando como una de las revelaciones de la temporada, y el delantero austriaco Janko pone los goles. Janjetovic en portería ha salvado a su equipo en más de una ocasión, y en buena parte gracias a él son, junto con Perth, los menos goleados de toda la liga. Precisamente los enfrentamientos entre Melbourne Victory y Sydney FC, denominados 'Big Blue', son los que más expectación levantan en el país oceánico y los de mayor rivalidad. Se ha disputado ya uno de los tres que se disputarán en temporada regular, y terminó con empate sin goles en el Allianz Stadium de Sydney. Fue un partido descafeinado porque pilló en plena fecha de partidos de selecciones, por lo que los mejores jugadores estaban con su país y no en dicho partido.

Entre Sydney y su inmediato perseguidor, Wellington Phoenix, ya hay seis puntos de diferencia, y nueve con el siguiente -Melbourne City-. Wellington, que es el único representante de Nueva Zelanda en la liga australiana, no es uno de los fundadores de la liga, ya que entró en 2007 sustituyendo a New Zealand Knights. Aunque en su estadio sólo han concedido una derrota, ante el líder Glory, el Phoenix baja mucho su nivel cuando juega de visitante. Detrás encontramos al ya mencionado Melbourne City, del que se esperaba mucho más, pero que no cuenta más que con una victoria y tres empates en su casillero. David Villa jugó cuatro partidos con ellos antes de marcharse a Nueva York, en los que marcó dos goles que ayudaron a sumar dos valiosos puntos. Williams, que en teoría debería tirar el carro del equipo sobre el césped, ha bajado mucho su nivel con respecto a la pasada campaña, y aún no ha conseguido ser el referente que sus compañeros necesitan.

Fuera de play-offs y aparte de los decepcionantes Roar y Wanderers, encontramos a los dos últimos equipos de la primera división australiana: Newcastle Jets, que desde que se proclamó campeón en 2008, no ha vuelto llegar tan lejos y sus temporadas, una tras otra, son de mera transición sin cosechar grandes alardes. La campaña pasada tuvieron en su equipo al máximo goleador de la competición, el joven de 21 años Adam Taggart, cuyos 16 goles no pasaron desapercibidos y le valieron para que el Fulham inglés le fichase el pasado verano. Este curso, los Jets aún han sido incapaces de ganar un solo partido. Junto a ellos está el rival al que batieron en aquella final de 2008: Central Coast Mariners. Los de Nueva Gales del Sur sólo han sido capaces de vencer en una ocasión ante sus aficionados, perdiendo los otros tres encuentros, y cosechando dos empates a domicilio, así como una derrota más. Son el equipo que menos goles marca de todos -cuatro en siete jornadas-, lo cual no habla nada bien del estado de forma de sus delanteros.

Los dos mejores partidos en los que va de temporada han sido, curiosamente, los dos derbis. Sydney FC batió en la jornada dos a sus vecinos Western Sydney Wanderers tras ir 0-2 perdiendo. Alex Brosque y Corey Gameiro guiaron a los sky blue a la remontada para acabar dando la victoria al equipo por antonomasia de la ciudad ante sus aficionados. En el otro derbi, el de Melbourne, el Victory goleó por 5-2 al City en un partido que fue mucho más igualado de lo que el marcador refleja. Se llegó al descanso con empate, pero los locales salieron de vestuarios en tromba y pasaron por encima de su rival en los siguientes 45 minutos.

De momento, el mal arranque de campaña de los equipos de abajo ya se ha cobrado la primera víctima. El pasado domingo, Brisbane anunciaba la destitución de su entrenador Mike Mulvey y nombraba como su sucesor al interino Frans Thijssen. La temporada es larga y aún no se lleva siquiera un tercio de campeonato, pero ningún equipo tiene tiempo que perder si quiere conseguir un billete al play-off para llevarse a sus vitrinas el título de una liga en clara expansión.

'The Cove', un sector de los aficionados del Sydney, en el pasado derbi ante el Wanderers. (Foto: Sydney)
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