Histórica. Así fue la edición del 2010, en la que los Faraones se hicieron con su tercer entorchado consecutivo, marcando el final de una generación de leyenda que reinó en el continente africano durante seis años. Un duro y largo camino que terminó en Luanda, con Egipto levantando el trofeo una vez más. Sin embargo, el éxito es efímero, y de reinar en África se pasa al fracaso en poco tiempo, como así lo demostró después el futuro.

Para esta edición, la Confederación Africana anunció que sería la clasificación para el Mundial 2010 de Sudáfrica la que dictaminaría los equipos clasificados para esta CAN, por lo que tanto Angola, anfitriona del torneo, como Sudáfrica, del Mundial, tuvieron que acudir a esta fase previa para optar a ganar un billete en Mundial y Copa África, respectivamente. En la ronda final de grupos, los tres primeros ganaban el derecho a participar en Angola, quedándose fuera algunas potencias como Marruecos. Tampoco se clasificaron Senegal y Sudáfrica, siendo estas las grandes ausencias.

Un ataque para el olvido

África es un continente convulso, en el que a diario es noticia un hecho desagradable, desde enfermedades o hambrunas, hasta sangrientos ataques de sus múltiples guerrillas. Esta edición de la Copa África no estuvo ausente de ello, desgraciadamente. Ocurrió el 8 de enero de 2010, a dos días del primer encuentro del torneo. La Selección de Togo viajaba en autobús desde la RD Congo hasta Angola, para la disputa de sus encuentros. Todo correcto hasta que se produjeron los altercados. El bus togolés fue atacado a golpe de ametralladora, poco después de entrar en el enclave angoleño de Cabinda. Durante cerca de media hora, un grupo armado de hombres acribillaron a la expedición de Togo, falleciendo en el acto el conductor Mário Adjoua. Acorralados, sin medio de evasión, los togoleses sobrevivieron como pudieron.

El Frente para la Liberación del enclave de Cabinda se proclamó autor de estos hechos, aunque también existen reportes en los que negaron ser los asesinos del conductor. Otros miembros de la expedición fueron heridos: Serge Akakpo y Kodjovi Obilalé, jugadores del combinado; el vicepresidente de la Federación Togolesa de fútbol, Gabriel Ameyi, un periodista, dos médicos y otras cuatro personas. "Fue un verdadero infierno. Veinte minutos de tiros, de sangre y miedo", dijo Thomas Dossevi, jugador del equipo que vivió lo sucedido. "Una de las peores cosas que me han sucedido en la vida", afirmó Adebayor, estandarte de Togo. Más tarde se confirmaron las muertes de de Amelete Abalo, asistente del cuerpo técnico, y de Stan Ocloo, jefe de prensa.

Foto: RTVE.

Togo se retiró del torneo, algo que pensaron también las selecciones del Grupo B (Burkina Faso, Ghana y Costa de Marfil), aquellas que se iban a enfrentar a los togoleses. El retiro fue confirmado por la CAF, que en una decisión muy controvertida sancionó a la federación de Togo con la prohibición de participar en las siguientes dos ediciones, y una cuantía económica a pagar. Por otro lado, el Comité Organizador de la Copa Africana en Angola (COCAN) criticó duramente a Togo, al desplazarse en autobús hasta su sede en el torneo, ya que estaba taxativamente prohibido hacerlo. El ataque estuvo en la memoria de todos durante el torneo, sin embargo no se produjeron más altercados, gracias en parte al refuerzo de seguridad que se produjo.

Angola logra la machada

Cuatro grupos nivelados, sin grandes contrastes, sin un ‘grupo de la muerte’ definido. Quizá, lo más interesante era ver el duelo entre Nigeria y Egipto, en un combate entre favoritas. Por otro lado, las Palancas Negras, anfitriones del torneo, aspiraban a pasar de ronda al quedar emparejadas con Argelia, Benín y Burkina Faso, en un grupo asequible para su objetivo, que no era otro que llegar, al menos, a cuartos.

En el Grupo A, Angola logró el pase, y como primera de grupo, después de terminar invicta. Una victoria ante la débil Malaui, y dos empates frente a Mali y Argelia bastaron para que las Palancas accedieran a cuartos y cumplieran las expectativas. Especialmente reseñable es el primer empate de ellos, en el encuentro inicial del campeonato. El marcador reflejó un apasionante 4-4, con una escandalosa remontada de Mali. Empezaron las cosas de forma espléndida para los locales, que sumaron cuatro goles antes del minuto 75. Dos de ellos, desde el punto de penalti, con Manucho como protagonista, pues anotó uno de ellos. Flávio Amado fue la figura del encuentro con dos tantos, pero solo hasta el último cuarto de hora. Todo estaba perdido para Mali, pero en África pocas cosas se pueden dar por supuestas. Seydou Keita recortó distancias, y prendió la mecha de la remontada. Otro tanto del actual jugador de la Roma, junto con uno de Kanouté, encendieron las alamras de Angola que vio como Mali empataba en el 95, tras tres goles en los últimos siete minutos. Empezaba a lo grande el torneo.

El grupo fue muy abierto para las cuatro selecciones, pues Malaui derrotó a Argelia en la primera jornada, para después caer ante Angola; mientras los Zorros del Desierto vencían a Mali. Al final, el empate a cero de la última jornada entre Angola y Argelia clasificó a las dos para cuartos, haciendo inservible la victoria de Mali ante Malaui, con goles otra vez de Kanouté y Keita. Manucho, con dos tantos en esta fase de grupos, empezaba a brillar con su selección.

Las favoritas cumplen

El Grupo B había quedado configurado con Costa de Marfil, Ghana, Togo y Burkina Faso; pero a raíz del ataque producido días antes a la expedición togolesa, quedó viudo de un equipo y tuvo que resolverse solo con tres participantes. Con esta situación, las dos claras favoritas eran Ghana y Costa de Marfil, que pelearían entre ellas para obtener la primera plaza. Pudo haber sorpresa, después del empate a cero inicial entre los Elefantes y Burkina Faso; pero André Ayew acabó con las esperanzas de los Potros, dando la victoria y el pase a las Estrellas Negras. En el duelo entre las dos potencias, Costa de Marfil venció con comodidad por 3-1, presentando su enésima candidatura con una generación de oro, pero sin éxito. Una Costa de Marfil que tenía en sus filas jugadores como Drogba o Gervinho.

El Grupo C, el que tenía a Egipto, principal a candidata al título, no daba lugar a sorpresas. Junto con Nigeria, los Faraones quedaron encuadrados con Benín y Mozambique, dos selecciones de bajo nivel que apenas pondrían problemas. Así, el principal duelo tuvo lugar en la primera jornada, cuando Egipto remontó el tanto inicial de las Super Águilas para vencer 3-1 y demostrar, por tercer año consecutivo, que el cetro africano tenía dueño. El doble 2-0 ante Benín y Mozambique lo refrendó. Nigeria tampoco tuvo especiales problemas para superar a estos dos combinados, al hacerlo por 1-0 y 3-0, respectivamente. Ninguna de ellas pudo llevarse una victoria, y completaron su campeonato con un empate a dos.

Por último, el Grupo D, otro que se resolvió con mucha igualdad. Zambia y Camerún fueron las ganadoras, dejando atrás a Gabón y Túnez. Ninguna pudo ser mucho más superior que sus rivales, pues la clasificación se resolvió tras un empate a cuatro puntos entre Zambia, Camerún y Gabón, resuelto por los goles marcados, ya que la diferencia de goles de las tres fue de cero. Gabón le ganó a Camerún, Camerún a Zambia y Zambia a Gabón. Todas ellas por la mínima. Igualdad extrema. Túnez fue el único combinado del grupo que se fue sin su casillero de victorias estrenado, pues empató todos los encuentros. Al final, el buen hacer de los Leones Indomables en la última jornada ante las Águilas de Cartago, fue definitivo. Zambia derrotó a las Panteras gabonesas y también obtuvo su pase. Fue una última jornada dramática.

Egipto demuestra su poderío; Costa de Marfil fracasa

Empezaba ya lo bueno. Lo verdaderamente definitivo, las eliminatorias finales. Un cara o cruz en cada uno de los encuentros, que daría lugar a la ansiada final. Cruces igualados y abiertos, en los que cualquiera podía llevarse el gato al agua. El primero de ellos enfrentó a Angola, anfitriona, y Ghana, una de las aspirantes a llegar al último partido. Las Estrellas Negras borraron el sueño local, gracias a quien sino, Asamoah Gyan, el goleador de Ghana que parece llevar años anotando con el combinado de su país. Fueron 50.000 espectadores los que vieron a sus Palancas Negras luchar hasta el final, pero sucumbir ante la visible superioridad ghanesa,

La emoción tampoco faltó en el Zambia – Nigeria, que finalizó con empate a cero tras el tiempo reglamentario y la prórroga. Los penaltis fueron los que decidieron. Apenas hubo fallos, tan solo el de Nyrienda, que se convirtió en el triste protagonista de los Chipolopolo. Años después, Zambia festejaría unos penaltis, por lo que la historia les terminó recompensando. Cabe destacar el último tiro desde la pena máxima, obra de Enyeama, guardameta de Nigeria que no dudó en tomar la responsabilidad. El héroe del pase de los nigerianos.

Foto: telegraph.co.uk

Para no ser menos, costa de Marfil y Argelia también ofrecieron un auténtico espectáculo. Kalou, antes de los primeros cinco minutos, ya había adelantado a los Elefantes, que se las prometieron muy felices. Matmour, sin embargo, empató el choque justo antes del descanso. Hubo que esperar para el siguiente tanto, que llegó a tan solo un minuto del final. Abdul Kader Keïta, exjugador del Olympique de Lyon, parecía certificar el pase de los costamarfileños, pero en África no hay nada seguro. Bougherra, el hombre de los goles importantes en Argelia, empató el choque en el descuento; y Bouazza apuntilló a los Elefantes, tan solo dos minutos después. En apenas un abrir y cerrar de ojos, Costa de Marfil pasó de estar clasificada, a regresar a casa antes de lo esperado. Una decepción más para una generación huérfana de éxitos.

Por último, y no por ello menos importante, está el duelo entre Egipto y Camerún. Un choque por todo lo alto, que no decepcionó a nadie. Empate a uno al final del tiempo reglamentario, tras los goles de Emaná primero, y Hassan después. Los Faraones supieron rehacerse y completaron la remontada en la prórroga, con un nuevo gol de Hassan y la puntilla de Nagy. Egipto daba un golpe encima de la mesa, demostrando que había viajado a Angola para hacer historia con su tercer entorchado consecutivo.

La apisonadora egipcia

Egipto pasó por encima de Argelia, mientras Ghana superaba gracias a Gyan a Nigeria

Eso fue Egipto en semifinales. En un duelo magrebí, entre Faraones y Zorros del Desierto, por el cetro del fútbol norafricano y un pase a la gran final. Uno de los últimos grandes partidos del combinado de las pirámides. Un 4-0 incontestable, con goles de Abd Rabo, Mohammed Zidan, Abdel-Shafy y Nagy que no dio opciones a Argelia. De nuevo, el combinado egipcio volvía a demostrar el porqué era el principal candidato para llevarse el triunfo final. Eran el mejor equipo de África, y lo demostraban partido a partido con hechos. Un resultado a la altura del triunfo de España en la final de la última Eurocopa, apabullando al rival y engrandeciendo su leyenda.

En el otro lado del cuadro se veían Ghana y Nigeria. Dos equipos muy parecidos, muy físicos y con extraordinaria calidad en algunos de sus hombres. La victoria fue de las Estrellas Negras, gracias a un nuevo tanto de Asamoah Gyan, uno de los tantos que ha anotado el delantero con el 3 a la espalda con su selección nacional. Nunca falla a las grandes citas, y esta no iba a ser menos. Ya había final. Ghana se las vería con Egipto.

El gran triplete

Llegó el partido deseado. Aquel en el que quieren estar todas las selecciones que comienzan el largo camino desde la clasificación previa. Como no, Egipto tenía que estar. Ghana, tras un enorme campeonato, se ganó el derecho a discutirle la egemonía a los Faraones. El Estadio 11 de Noviembre de Luanda hasta arriba, no cabía ni un solo alma. Ghana supo leer el encuentro, y maniató a los hombres egipciones de ataque, especialmente a Zidan y Hassan, que apenas aprecieron. Las defensas se impusieron a los ataques, apenas hubo ocasiones. Con el paso de los minutos, Ghana se lo fue creyendo, viendo que su rival no generaba excesivo peligro y tuvo algún que otro acercamiento para poner el primero en los pies de Gyan. Sin embargo, el que cambió el encuentro fue la entrada de Nagy en el campo, autor de los goles importantes de Egipto, todos ellos saliendo desde el banquillo, pues no fue titular en ni un solo encuentro de esta CAN.

Con él, las ocasiones faraonas fueron llegando, hasta que a cinco minutos del final, Zidan puso la magia con una gran pared y Nagy, ante Kingston, logró el gol definitivo. Su quinto gol personal en esta edición, el más importante de todos, que le confirmó como el pichichi. Ghana lo intentó al final, con balones en largo ya a la desesperada, pero Egipto aguantó hasta levantar los brazos una vez más y hacerse con su tercer entorchado de forma consecutiva. Una histórica marca, pues fue también la decimonovena victoria consecutiva en fase final de Copa África, algo que aún no ha roto, pues desde esta victoria no ha vuelto a clasificarse, cosas del destino. Una Copa África para el recuerdo, que dejó a Egipto como el mejor equipo de la primera década del siglo XXI en África. Pero es tan solo eso, una imagen evocada del pasado, que dejó mucha alegría en la mejor generación egipcia de fútbol. Fue su coronación, pero también su final. En África, todo puede cambiar.