El comienzo del reinado. La edición de 2006 será recordada por el inicio de la hegemonía egipcia, pues fue el primero de los tres campeonatos consecutivos que venció. También fue uno de los primeros pasos en falso de Costa de Marfil, que cayó derrotada en la gran final, en los penaltis, como igual le sucedería años después. Samuel Eto’o, en su relación incansable con el gol, fue el máximo anotador. Un verdadero león indomable.

Sin que sirva de precedente, esta edición no tuvo ningún altercado reseñable, no como anteriores repasadas. La clasificación se realizó por medio de la propia clasificación para el Mundial de Alemania 2006. Mención especial para Libia, que quedó cuarta en su grupo, pero al ser Egipto tercera (participó en la clasificación para el Mundial), cedió su plaza. Destacable que Egipto no clasificara ni para las eliminatorias africanas para acceder al Mundial, pero se coronara como campeón meses antes de la cita mundialista. Seis estadios dieron cobijo a la Copa África del 2006, desde Alejandría hasta Puerto Saíd, pasando por Ismailía y El Cairo. Estadios grandes, amplios y que se llenaron de aficionados de todo el continente. Una edición, sin duda, que fue perfectamente organizada y no tuvo ningún tipo de problemas.

Egipto y Costa de Marfil se encuentran antes de tiempo

El sorteo de grupos dio como casualidad, que se produciría una vez finalizado el torneo, el encuentro entre los dos finalistas en el A. Egipto y Costa de Marfil quedaron encuadrado juntos, más tarde se les vería batallar por el campeonato. Junto a ellos, Marruecos y Libia. Duelo magrebí para aderezar la primera fase, que dio como resultado un empate a cero que no saldó cuentas entre ellos, pero si fue definitivo para eliminar a los visitantes.

Aboutrika, con su gol ante Costa de Marfil, encaminó la primera plaza

Previamente, en la primera jornada Egipto venció con comodidad a Libia; un contundente 3-0 con goles de Mido, Aboutrika y Hassan. Por su parte, Drogba anotó el tanto vencedor de los Elefantes ante Marruecos. Esto hacía que los Leones del Atlas tuvieran que vencer en la segunda jornada, ya que en esta misma, Costa de Marfil había vuelto a vencer por la mínima, esta vez ante Libia con gol de Yaya Touré. Para terminar la fase previa, Egipto y Costa de Marfil se enfrentaron por el liderato del grupo, venciendo los Faraones. Motaeb abrió el marcador, pero Koné igualó antes del descanso. La locura en las gradas se desató cuando El Saher Aboutrika volvió a poner a los anfitriones por delante, para que después Motaeb sentenciara.

Egipto, con dos grandes victorias y un tímido empate, se hizo con la primera plaza, y comenzó a edificar su gran éxito en la Copa África. Además, Aboutrika ya mostraba las perlas de su leyenda. Los Elefantes, que habían planteado un buen partido, se volvieron al hotel sin saber cómo los locales les habían superado en todos los aspectos.

El gran Samuel Eto’o

En el Grupo B, Camerún, aspirante a todo, se enfrentaría a Angola, Togo y la RD Congo. Un grupo asequible para los Leones Indomables, pero en el que tenían, a la vez, que demostrar su clara su superioridad. Dicho y hecho. El primer encuentro se saldó con un 3-1 inapelable sobre Angola, con un hattrick de Eto’o, que empezó de la mejor manera la competición continental. Mputu y LuaLua, en el otro encuentro de la primera jornada, dieron tres importantes puntos a los congoleños. No cesó el empeño camerunés, pues Togo volvió a caer, con goles de Meyong Ze y Eto’o, como no. Mientras, RD Congo firmaba su clasificación, al empatar a cero ante Angola.

Eto'o anotó cinco goles en la fase de grupos

Solo quedaba, en la jornada final, dictaminar el primero del grupo. Y fue Camerún, que repitió marcador ante RD Congo, con los tantos de Njitap y Eto’o. El delantero camerunés finalizaba la primera fase con cinco goles en tres partidos, números que disparaban la euforia en su selección, pues se presentaban como principales candidatos en los cuartos de final. Angola y Togo, en un choque sin trascendencia, cerraron el grupo. Las Palancas Negras se llevaron al menos una victoria por 3-2 y el sabor de haber podido llevarse el pase.

Foto: Suhaib Salem / Reuters

Guinea y Nigeria, con paso firme

El Grupo C se presentó como el más igualado, y en el que más opciones tenían los cuatro equipos. Guinea, Túnez, Zambia y Sudáfrica. Cuatro para dos plazas. Túnez, desde el comienzo, presentó candidatura. Repitiendo la gesta de Eto’o, Francileudo Santos, un brasileño que portaba los colores de las Águilas de Cartago, anotó un hattrick ante Zambia, en la victoria por 4-1. A su vez, Guinea superó por 0-2 a Sudáfrica, merced a los tantos de dos Bangoura no hermanos.

Siguientes jornada, y mismos vencedores. Guinea, in extremis, derrotó a una Zambia que se puso por delante con el tanto de Tana. Feindouno, primero desde el punto de penalti, y después en el tiempo de añadido, dio el pase a la Syli Nationale. De igual forma, Francileudo y Benachour hicieron lo propio con Túnez, en su 2-0 ante Sudáfrica. Recordado, quizá, el segundo para la afición del Málaga, por su paso por el conjunto de La Rosaleda. En el duelo final, por la primera plaza, Guinea goleó a Túnez y se hizo con el pase como vencedor de grupo. Al igual que en grupos anteriores, los dos ya eliminados se enfrentaron entre sí al final, siendo Zambia la que se llevó el gato al agua, y al menos regresó a casa con tres puntos en el zurrón, tras el gol de Chris Katongo.

Nigeria venció sus tres encuentros y presentó su candidatura

Para terminar, el grupo de la muerte. En el que se juntaron Senegal, Ghana y Nigeria. Tres vencedores potenciales, o al menos aspirantes a serlo. De regalo, Zimbabue, la selección más débil del torneo, pero que obtuvo su premio al acceder hasta la fase final por segunda vez consecutiva en su historia. Nigeria no dio lugar a dudas, pues venció sus tres encuentros. Forma más fácil de llevarse el pase. Ante Ghana, por la mínima con gol de Taiwo; más sencillo, pero no sin trabajarlo, frente a Zimbabue, merced a los goles seguidos de Obodo y Obi Mikel; y por último, remontando el gol senegalés de Cámara, gracias a Obafemi Martins, que anotó un doblete.

Teniendo en cuenta esta perspectiva, el resto de encuentros entre los tres combinados restantes fueron de vital importancia. Cada uno de ellos, ganó uno y todo se decidió por la diferencia de goles. Senegal resultó vencedora, pues anotó tres tantos y encajó los mismos, frente a los dos metidos por Ghana (tres recibidos) y Zimbabue (cinco en contra). Mirando las victorias, Senegal le ganó a Zimbabue, Ghana a Senegal y Zimbabue a Ghana. Una maraña de resultados en los que los goles de los Leones de Teranga fueron los vencedores.

Arrollador Egipto en cuartos

Los cuartos de final dieron lugar a bonitos cruces. Egipto se las vería con RD Congo; Senegal y Guinea disputarían un puesto en semifinales; Camerún y Costa de Marfil enfrentarían a dos de los mejores delanteros, sino los mejores, de la competición y Túnez y Nigeria lo darían todo por seguir en liza. El primero de los encuentros no pudo tener más emoción. Diawara adelantó a Guinea, que se las prometió muy felices hasta que Papa Diop y Niang remontaron para Senegal. Con el resultado de 1-2 se llegó a los trepidantes minutos finales. Con Guinea volcada a por el empate, los Leones de Teranga parecieron fulminar el encuentro con el tanto de Cámara. Sin embargo, quedaba aún el postrero gol de Feindouno en el cinco de añadido. La épica no llegó, y fue Senegal el primer semifinalista de esta edición.

Acto seguido, el combinado anfitrión entró en escena. Ahmed Hassan y Hossam Hassan pusieron por delante a los Faraones, que vieron como El Saka se metía un gol en propia antes del descanso para poner emoción al choque. No obstante, Egipto terminó arrasando en el segundo periodo, con Ahmed Hassan y Motaeb como protagonistas. En su CAN, el equipo de las pirámides llegaba a semifinales con un caminar muy seguro, y con sensaciones muy positivas tras vencer con solvencia a la RD Congo en cuartos.

Aún quedaban dos eliminatorias más. Dos que se resolverían en los penaltis. Primero, Nigeria y Túnez se iban hasta los ocho lanzamientos desde los once metros, tras empatar a un tanto en el tiempo reglamentario y la prórroga. Enyeama fue el protagonista sin duda de la tanda, pues no solo detuvo el decisivo a Bouazizi, sino que también se atrevió a lanzar uno y anotarlo. El mejor guardameta de la historia de las Super Águilas empezó a edificar una leyenda que le ha acompañado en momentos siempre de tensión.

Pero, para tensión, la que tuvo el Camerún – Costa de Marfil. El marcador no se movió en 90 minutos reglamentarios, y se tuvo que esperar a la prórroga. Bakary Koné a los dos minutos del tiempo extra, y Meyong Zé cuatro después, desataron la locura en El Cairo. Tanda de penaltis, y momento para los valientes. Empezó lanzando Eto’o, y marcando. Respondió Drogba, que acertó también. Hasta once lanzamientos desde la pena máxima, todos ellos marcados. Geremi, Kome, Song, Makoun, y el arquero Hamidou, entre todos, por los Leones Indomables. Kolo Touré, Arouna Koné, Zokora, Arthur Boka, y el portero Tizié, entre otros, por los Elefantes. Uno tras otro iban marcando y parecía que no habría final. Sin embargo, el destino tenía guardada una espina a uno de los 22 protagonistas. Tras los once lanzamientos de cada equipo, volvieron a lanzar los dos primeros. Primero, Samuel Eto’o, quien entre el silencio lo mandó por encima del larguero, No perdonó Drogba, y Costa de Marfil se llevó el pase a cuartos en lo que bien pudo ser una final.

El preludio de la gran final

Las semifinales enfrentaron a dos selecciones muy reforzadas en los cuartos, como fueron Egipto y Costa de Marfil, ante Senegal y Nigeria, respectivamente, otras dos que llegaban con todas las opciones. Al ser unos cuartos de final muy peleados por tres de ellas, el vencer dio es plus de más para competir por un puesto en la final. Egipto, como buen anfitrión, había hecho un magnifico papel en la ronda anterior. Drogba, prosiguiendo con la buena línea que había mostrado, anotó el tanto de la victoria de los Elefantes, quienes se llevaron el duelo frente a Nigeria.

En el segundo duelo, Egipto completó el camino perfecto. Ahmed Hassan abrió el marcador, pero se encontró el posterior empate de Niang. Hubo opciones para los dos, pero finalmente los Faraones se lo llevaron, al anotar Zaki el tanto de la victoria, en los últimos diez minutos del choque. El combinado local había logrado llegar hasta la final, pero enfrente tendría a un duro rival, una Costa de Marfil que fue ganando consistencia según avanzó la competición.

Los penaltis coronan a Egipto

La polémica rodeó esta final, ya que Mido, una de las estrellas de Egipto, fue sancionado por la federación de su país, y tuvo que ver el encuentro vestido de calle. El motivo fue la fuerte discusión que tuvo con su seleccionador en el encuentro anterior, en la que es la única nota negativa de los Faraones en esta competición. El choque fue bastante peleado, pero siempre dominado por los anfitriones. Mucho respeto y pocas ocasiones durante el tiempo reglamentario. Hubo que esperar a la prórroga para ver la emoción.

Pudo terminar antes de tiempo la final, pero el penalti disparado por Egipto en la prórroga se fue contra el palo. Por su parte, Costa de Marfil tan solo creó peligro al final, buscando a Drogba en punta y explotando su velocidad. Sin goles tampoco, los lanzamientos de penalti decidirían. Entonces, el arquero El Hadaty se arrodilló, rezando por una victoria de su selección, en una imagen que nunca se le olvidará a los egipcios. Si en los cuartos Drogba había sido el vencedor, esta vez fue el derrotado. Erró el primer penalti, como así lo hizo después Koné. Tras dos fallos de los Elefantes y uno de los Faraones, el penalti final y decisivo fue de Aboutrika. La leyenda egipcia no erró y anotó el disparo definitivo, el que le dio la victoria a Egipto en su propio país, ante 75.000 gargantas en El Cairo.

Foto: nytimes.com

Desde 1998 que Egipto no conseguía vencer en la Copa África. Esta victoria fue el inicio de un triplete que, en estos momentos de la historia, no se podía esperar nadie. No disputarían el Mundial, pero el éxito ya estaba logrado. Fue la edición de Eto’o, por sus goles en la fase de grupos; la edición de Drogba, como artífice y triste protagonista de su selección. Pero, sin duda, fue la edición de un combinado que empezó a hacer historia. Los Aboutrika, Zaki o Mido, cada cual a su manera, cimentaron la leyenda que después rubricaron.

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