Luego de un día extra de espera por la suspensión del juego el jueves en la noche debido a una torrencial lluvia, las selecciones de Argentina y Brasil midieron fuerzas en el Estadio Monumental, donde un empate a un gol terminó siendo el resultado de uno de los encuentros más esperados de toda la jornada de compromisos internacionales. El partido que nadie quiere perder no tuvo ganador en la fría noche de Buenos Aires.

Con muchas expectativas llegaban ambos equipos a medir fuerzas en otra edición de uno de los Clásicos más importantes del fútbol mundial. Por una parte se encontraba el conjunto local, que tras dos compromisos y una sola unidad en el arranque de estas eliminatorias mundialistas ha sentado una infinidad de dudas, sobre todo por la ausencia de Lionel Messi, quien sigue recuperándose de una lesión.

La Verdeamarelha a pesar de ya haber sumado de a tres en la jornada anterior, es cuestionado incansablemente, esencialmente por el conservador estilo de juego que el seleccionador Dunga presenta de cara a una selección acostumbrada a otro tipo de ideas. Más allá de todo lo negativo que se pudiese recopilar de estas selecciones, su condición de partido diferente hacía la velada muy especial.

Desde el arranque del partido Argentina fue imponiendo sus condiciones, logrando crear avances por los costados y el medio gracias al tridente de mediocampistas que el Tata Martino alineó compuesto por Biglia, Banega y Mascherano. La facultad para hacer transiciones defensa-ataque con rapidez permitía a la Albiceleste encontrar espacios cuando se abría el juego por los costados.

La primera oportunidad de verdadero peligro local llegó tras un centro de Roncaglia por derecha que terminó siendo un remate de peligro, el cual no terminó en gol gracias a la oportuna intervención del joven guardameta Alisson.

El '10', de diez

Sin Messi, Aguero y Tévez no quedaba duda que la figura a seguir dentro de la selección argentina era Ángel Di María, a quien se le asignó el dorsal más relevante de los locales de cara a este compromiso. El Fideo no decepcionó.

A partir de la primera jugada de peligro local, todas las jugadas ofensivas buscaban la banda derecha, donde el jugador del PSG se convirtió en una verdadera pesadilla para Filipe Luis por los incesantes desbordes, regates, centros y evidentemente disparos del nacido en Rosario. Múltiples jugadas ocasionó en la primera mitad para los disparos frontales que Banega e Higuaín realizaron en la primera media hora de juego.

Argentina celebraba el primer gol del encuentro.
Argentina celebrando el 1-0. (Foto: AFP)

Luego de muchas aproximaciones por los costados y el medio, llegó el tan ansiado gol para el equipo local. En el centro del campo Banega recuperaba el balón y se lo daba a un superlativo Di María, que retuvo la pelota unos segundos y posteriormente lanzó un balón al hueco para Higuaín, quien agarró la pelota en el borde del área y lanzó un centro raso para Ezequiel Lavezzi que sólo tuvo que empujar la pelota entre los dos centrales brasileños. Estallaba la afición de Buenos Aires a los 34 minutos del compromiso.

Los últimos 15 minutos de la primera mitad sirvieron un poco para que la visita tomara un aire e intentase causar peligro sobre la portería de Romero que hasta el momento había sido un espectador más, pero un remate desviado de David Luiz de cabeza tras un tiro libre fue lo más cercano para los pupilos de Dunga en la primera mitad.

Trabajo en ausencia de Jogo

Brasil se dedicó a esperar al rival durante toda la primera mitad, entendiendo la mentalidad del entrenador y el hecho de que jugar en territorio enemigo es bastante complicado. A estas situaciones sin lugar a dudas se les debía agregar el deficiente trabajo de los cuatro defensores titulares, así como la nula participación de sus figuras en ataque, principalmente Neymar, que pasó desapercibido.

Dunga buscó revertir la situación enviando a sus jugadores a salir con mucha más profundidad de cara al segundo tiempo. Con esa tarea por cumplir, quien fuese Capitán de la Canarinha en el Mundial de 1994 hizo ingresar a Douglas Costa en detrimento del veterano Ricardo Oliveira. Inexplicablemente dejado en el banquillo de inicio, el jugador del Bayern Múnich le daría resultados de forma bastante rápida a los visitantes.

Lucas Lima hizo gol ante Argentina.
Lucas Lima, autor del empate. (Foto: AFP)

El reloj del estadio indicaba que habían transcurrido 58 minutos cuando los brasileños conseguían el empate. Un cambio de juego de Neymar encontraba a Dani Alves solo en el borde del área chica, enviando un pase de tres dedos al palo contrario al recién ingresado Costa que de cabeza remataba y hacía estremecer la barra superior de la portería. En el rebote inmediato, Lucas Lima de media tijera remataba un disparo que no pudo detener Romero a pesar de haber hecho contacto con el balón.

Se equipararía el desarrollo del partido como lógica reacción al marcador, pero entrando en cierta incertidumbre por parte de ambos equipos, lo que posteriormente daría como resultado más lentitud y pasividad en el compromiso.

Ambos equipos volverían a despertar durante los últimos 20 minutos del juego, cuando los argentinos volvían a explotar el costado derecho para buscar más ocasiones de gol, pero sin éxito. Por su parte Brasil empezó a encontrar espacios muy sensibles en el centro del campo y hacía llegar la pelota con más facilidad a Neymar y Willian, quienes empezaron a empujar hacia atrás a la defensa rival y, a pesar de no tener ocasiones tan claras de gol, sentaron los minutos de mayor tensión para la afición local.

Otamendi y Luiz Gustavo en el Argentina 1-1 Brasil.
Otamendi y Luiz Gustavo protagonizando uno de los tantos roces del partido. (Foto: AFP)

Como era de esperarse en un partido de esta magnitud los ánimos estuvieron bastante caldeados, teniendo patadas, manotazos, gritos y tantas circunstancias más que hicieron posible, entre otras cosas, la expulsión de David Luiz al 88' por una falta sobre Biglia tras haber recibido una amarilla 40 segundos antes.

Con una Brasil conforme con el empate y una Argentina que demoró notablemente con los cambios el árbitro Antonio Arias decretaba el cierre del complemento. Finalizó el partido y la sensación de que pudieron haber dado más era indiscutible.

Los dos grandes de Sudamérica evidenciaron sus notables falencias en todos los rubros de cara a una eliminatoria en la que los albicelestes se ubican penúltimos con dos puntos y un difícil compromiso venidero en Colombia, mientras que la verdeamarelha es cuarta en la clasificación con misma cantidad de unidades, teniendo como próxima cita un atractivo duelo en casa ante Perú.