La llave más atractiva del repechaje rumbo a la Euro tuvo su tan ansiado inicio en la fría noche de sábado en Solna. Los dos países de la región de Escandinavia llegaban tras un paso bastante dubitativo en la ronda eliminatoria rumbo a la gran fiesta del fútbol, principalmente en las últimas jornadas. Sin posibilidades de mirar hacia atrás para corregir las cosas, el presente indicaba que sólamente una de las dos selecciones estaría entre los 24 mejores del continente.

Más allá de los 22 protagonistas que se pudiesen presentar en el terreno de juego, el duelo de pizarras que tendrían los veteranos estrategas Erik Hamrén y Morten Olssen hacía más que llamativa la velada. Los locales se planteaban con dos delanteros con mucha movilidad, uno más que otro, mientras la visita copaba el centro del campo, pero con mucha salida por los costados e inclusive desde las tareas defensivas.

Para el temor de la afición local, eran los daneses quienes tenían la pelota y las intenciones durante los instantes iniciales del compromiso. Bajo la batuta de Christian Eriksen que conducía el balón, varias aproximaciones visitantes terminaron en disparos sin tan alto peligro hacia la portería del guardameta Isaksson, pero que avisaban una idea de juego. Era evidente que el haber poblado el centro del campo le estaba sirviendo a Olssen y sus pupilos.

Con el transcurrir de los minutos de incertidumbre para el equipo local, la falta de contundencia y hasta de firmeza para conducir la pelota hacia jugadas importantes por parte de los daneses, dio pie al repunte de un equipo que mostraba confianza desde los veteranos zagueros Granqvist y Antonsson. Por las bandas empezaron a presionar a la visita, a tal punto de exigir al portero Schmeichel.

Después de los primeros 25 minutos el partido bajó en intensidad, hasta que vino una jugada de Eriksen, quien habilitó con un pase frontal a Bendtner, quien sólo tenía que tocar la pelota con el pie para enviarla al fondo de las redes, pero el delantero del Wolfsburg desaprovechó una oportunidad de oro para que Dinamarca se fuese adelante.

La jugada siguiente terminó en el tanto de la ventaja local. Durmaz desbordaba por la banda derecha hasta que fue cubierto por dos marcadores daneses, pasándole el balón de gran manera a Lustig para que se fuese hasta el fondo, donde envió un centro raso para el disparo de Emil Forsberg, que cruzaba el balón, haciendo imposible de atajar para el hijo de la leyenda. La afición sueca estallaría de emoción y suspiraron justo antes del final de la primera mitad gracias a un tiro libre de Ibrahimovic que fue atajado de manera espectacular por Schmeichel.

El dominio local se extendía durante los primeros minutos de la segunda mitad, cuando el árbitro señalaría un penal tras un contacto de Kahlenberg sobre Forsberg. No podía ser otro que Zlatan Ibrahimovic para convertir la pena máxima a los 50 minutos del compromiso con un disparo potente a la esquina inferior derecha del portero danés, que había acertado la dirección del remate.

Tras ampliar la ventaja, los suecos dieron la iniciativa a los daneses que no lograban cerrar con verdadero peligro en los últimos metros del equipo local. No sería hasta el minuto 80 cuando encontrarían certeza de cara a portería con un gol de Nicolai Jorgensen, quien sólo tuvo que meter el pie tras el centro córner de Eriksen y el cabezaso de Poulsen.

Los últimos diez minutos fueron de mucha tensión para la afición en Solna, porque los de Olssen se habían volcado hacia adelante, aunque no tuvieron éxito en siquiera encontrar otra ocasión de gol. La vuelta de esta llave se disputará en Copenhague el próximo martes 17 de noviembre, en donde todo está aún por definirse.