Decepcionante partido el planteado por Irlanda en una jornada en la que todo el mundo pensaba que la opción de clasificarse para octavos, aunque fuera como tercera, podía encauzarse si se hacía una buena actuación ante los belgas, sobre todo tras la victoria de Italia ayer ante el combinado sueco.

Pero nada más lejos de la realidad. Ya en los primeros minutos se vio la intención de esta cara B irlandesa. Balón para el rival, a defenderse con todo y a plantear un juego directo hacia Shane Long que pese a desmarcarse, pedirla, bajarla y hacer controles imposibles, estaba demasiado aislado en punta y no recibía el apoyo necesario de jugadores de segunda línea como Hoolahan, Whelan o Hendrick.

El equipo de O'Neill aguantó hasta el descanso. Pero nada más empezar la segunda parte, y cuando parecía que los irlandeses irían a por el partido, una mala gestión de la posesión en ataque dio pie a un contraataque trepidante de los diablos rojos que supuso el primer gol de Lukaku.

Un tanto que hizo mucho daño al conjunto de Martin O'Neill y que se tradujo en nervios, dudas, y desajustes defensivos claves que propiciaron los goles de Witsel primero y Lukaku de nuevo otra vez que sentenciaron el encuentro y casi casi las opciones de seguir en el torneo continental para los gaélicos.

A continuación las puntuaciones del combinado gaélico:

(0-3: Muy mal / 4: Mal / 5: Regular / 6: Bien / 7: Bastante bien / 8: Muy bien / 9: Fantástico / 10: Excelente / S.C.: Sin Clasificar).

O´Neill
4 |
 El seleccionador irlandés se equivocó en el planteamiento. Al menos en el primer tiempo, en el que el equipo no pareció ni la sombra de aquella selección que soprprendió hace tan solo unos días en el primer partido ante Suecia. No se puede ganar un partido sin que tu equipo dispare ni una sola vez entre los tres palos, pero es que tampoco se puede ganar si tu equipo se descompone ante la primera adversidad, en este caso un gol en contra con toda la segunda parte aún por delante.
Sus cambios no mejoraron ni el juego ni la imagen de una selección que ha pasado de la ilusión de soñar con los octavos a la decepción de ver como pueden marcharse como últimas de grupo.

Randolph
6,5 |
 Su actuación no influyó en el resultado. De hecho podrían haber sido muchos más los goles que se hubiera llevado Irlanda de Burdeos de no haber sido por la solvencia del meta del West Ham ante los misiles de De Bruyne, Carrasco, Hazard y compañía. En los goles su zaga le dejó completamente vendido y nada pudo hacer por evitarlos. Si se le puede poner algún pero sería el de la comunicación. Un guardameta a ese nivel debería ser capaz de gritar, mandar y recolocar a una defensa completamente despistada.

Coleman
5 | 
Empezó bien una tarde que se le presentaba complicada. Durante la primera parte fue capaz de mantener a raya a De Bryne, e incluso pudo permitirse algunas galopadas por la banda para poner algunos centros, que sin embargo no encontraron rematador. Con el paso de los minutos,  el cansancio le impidió sumarse al ataque como su equipo necesitaba. Atenazado por los nervios, continuos lapsus defensivos permitieron que el belga del City empezara a brillar.

Clark
3 |
 Si la de Irlanda fue una tarde para olvidar, a Clark le costará bastante tiempo olvidarse de su actuación en Burdeos. Desacertado completamente durante el segundo tiempo, tiró por la borda el buen hacer del primero en el que mantuvo a Lukaku bajo control. Horrible sobre todo su salida a destiempo sobre la galopada de Hazard. Perdió la posición, comprometió a su compañero O'Shea y provocó que nada funcionara en la linea de atrás en el 3-0 que Lukaku hizo a placer. Sumado al autogol ante Suecia, la de Francia está siendo una pesadilla para el bueno de Ciaran.

O'Shea
5 |
Como líder de la zaga irlandesa, llama la atención el contagio con el resto de compañeros. No fue capaz de capitanear en el caos y pese a que no estuvo envuelto en ninguno de los tres goles, tampoco fue una tarde agraciada para el central de Waterford.

Ward
3 |
La ausencia del delantero Walters la decidió suplir O'Neill con la entrada en el once de Stephen Ward. Brady adelantó su posición al extremo izquierdo y dejó el lateral para el jugador del Burnley. Flojo, desacertado y poco concentrado durante todo el partido, fue la banda que decidieron explotar los belgas para hacer tanto el segundo como el tercer gol. No pudo contener en ningún momento a ninguno de sus oponentes, ni Carrasco, ni Hazard ni De Bruyne que decidió cambiar de banda algunos de sus ataques en el segundo tiempo.

Brady
5 |
 Pese a que avanzó al medio para este partido, resultó menos peligroso e incisivo que en el encuentro anterior, donde sorprendía desde atrás. La falta de apoyos le desesperó en numerosas ocasiones provocando pérdidas de balón e imprecisiones en los pases. No aportó lo que se esperaba de él en ataque.

Whelan
5 |
 Discreto partido del mediocentro del Stoke. Tras el gran despliegue mostrado en el partido ante Suecia, lució cansado y fuera de sitio en Burdeos. Pese a que en el primer tiempo se compenetró con la defensa para desactivar a Lukaku, en el segundo tiempo desapareció y estuvo perdido en las marcas. Se echó en falta el equilibrio, la confianza y el temple que dio a sus compañeros el lunes.

McCarthy
2 | 
Horripilante actuación del mediocentro del Everton, que pareció cansado y fuera de forma desde los primeros minutos. Erró en el primer gol y se equivocó en la marca sobre Witsel en el segundo, al que dejó rematar solo y a bocajarro sobre la meta de Randolph. Le faltó inteligencia y físico. Sin energía ni frescura en las piernas, en Irlanda se preguntan si mereció haber sido de la partida.

Hoolahan
6 |
 Intentó volver a ser importante, pero tampoco hoy era su día. No sé cansó de ofrecerse y pedir la pelota. Bajaba hasta más abajo del medio campo para recibir el balón e intentar sacarlo jugado, pero sus compañeros no estaban inspirados. Pese a su corta estatura, salvó al equipo bajo palos en uno de los córners sacados por Bélgica. Una pena que no acertara en su asociación con Long.

Hendrick
6 |
 Estuvo participativo y lo intentó desde lejos en varias ocasiones. Por sus botas y las de Hoolahan pasaron las pocas buenas jugadas de posesión y control de Irlanda. En la segunda parte se apagó y fue más corazón que cabeza.

Long
6,5 |
 Fue el rey en país de los ciegos. Activo, participativo y queriendo ser protagonista, se peleó con Vermaelen y Alderweireld en una lucha en la que siempre estuvo demasiado solo y aislado. Echó de menos una versión recuperada de John Walters a su lado, y Martin O'Neill no supo aprovecharlo en el segundo tiempo para crear el peligro que hubiera podido suponer el empate. Justo antes del primer gol belga, Shane recibe una patada en la cabeza del ex atlético Alderweireld que el árbitro no consideró ni juego peligroso ni penalti. El ariete irlandés se quedaba tendido en el suelo y en un error clarísimo, su equipo no echa el esférico fuera (bien es cierto que estaban volcados en ataque intentando sorprender tras el descanso). Consecuentemente tampoco Bélgica lo lanzó fuera, y de ese contragolpe nació el 1-0 que cambió el rumbo del partido.

McClean
5 |
 Volvió a ser el primer cambio para O'Neill. Saltó al campo en el minuto 16 del segundo tiempo por McCarthy cuando Witsel acababa de marcar su gol. Intentó llevar el peligro por la banda izquierda. En una de sus primeras internadas llegó hasta la línea de fondo donde tuvo el infortunio de no acertar con el centro y perder el balón que supuso el contragolpe belga que ponía el definitivo 3-0 en el luminoso de Burdeos. No fue culpable directo, pero no pudo ayudar a su equipo a rebajar el golaverage negativo que probablemente les deje fuera del torneo. Ni siquiera con una falta directa lanzada por él en el 84 de manera garrafal.

McGeady
5 |
 Poco pudo hacer en los apenas 20 minutos que le dio su técnico. Como ante los suecos, su presencia en el terreno de juego no afectó ni a la imagen de su equipo ni movió el marcador.

Robbie Keane
5 |
Fue el tercer cambio irlandés, entrando en el minuto 33. El mítico delantero gaélico volvió a tener minutos para intentar batir la portería contraria y convertirse en el cuarto máximo goleador de las Eurocopas, pero desgraciadamente estuvo bastante lejos de conseguirlo. Apenas tuvo tiempo de entrar en contacto directo con el balón y por lo tanto no supuso ningún peligro para Courtois. Si hubiera acompañado a Long desde el principio o se le hubieran concedido más minutos, igual otro gallo hubiera cantado.