Un punto que vale a Francia y Suiza para pasar a octavos de final de la Eurocopa como primera y segunda de grupo respectivamente. Las dos selecciones salieron a buscar la victoria y no firmaron un pacto de "no agresión" como se podría haber intuido en la previa del encuentro. Las ganas pudieron más que el acierto. Francia volvió a jugar por debajo del nivel esperado y Suiza dio una buena imagen para próximos compromisos.

Rotaciones en los blues; Suiza con todo

Deschamps decidió incluir rotaciones en el último partido de la fase de grupos. Con la clasificación en el bolsillo, el seleccionador francés dejó a varios de sus titulares en el banquillo para que pudieran descansar de cara a una intensa fase final que se presenta, aunque fue un arma de doble filo puesto que Francia no tenía asegurado el primer puesto y Suiza podía arrebatárselo con una victoria. Griezmann y Pogba, muy discutidos en lo que llevamos de torneo, sí que empezaron de inicio. Por el lado helvético, Pétkovic, al contrario que la anfitriona, no quiso reservar a nadie y afrontó el último partido del grupo con todo su arsenal, incluyendo a Embolo, que está siendo una de las sensaciones de este torneo cada vez que sale desde el banquillo. 

[foto uefa.com]

Pogba fue el jugador más activo de los 'blues' en la primera mitad y uno de sus disparos pegó en el travesañoSerían los anfitriones los que comenzarían con la posesión del partido, controlando en los primeros compases del mismo. Pogba, que volvía al equipo titular, sacó a relucir su calidad a base de potencia y fue de lo mejor de su equipo en la primera mitad. Suyas fueron las acciones más peligrosas con varios disparos que pusieron en serios apuros al meta del Borussia Mönchengladbach, Sommer, que tuvo que intervenir en un par de ocasiones y en otras, el travesaño fue el culpable de que los blues no se adelantaran en el marcador

Los helvéticos fueron de menos a más, y acabaron dominando la primera parte, fruto del cansancio en los hombres de Deschamps que bajaron el ritmo. Xhaka, el pilar de esta selección, era el jugador por el que pasaban todos los balones suizos. Movilidad, equilibrio al sistema ofensivo, presión y robo de balón. Todo un portento a sus 23 años el mediocentro del Arsenal que dió una lección de fútbol ante los galos. Con el empate a cero se llegó al descanso. 

Francia salió desconectada en la segunda parte

En la segunda mitad, no cambió la dinámica con la que acabó el primer tiempo. Suiza salió más metida en el terreno de juego y sería la que tendría la pelota y la posesión durante el primer tramo del segundo acto, aunque Hugo Lloris no tuvo que intervenir para salvar a su selección, que parecía totalmente desconectada, y por eso Deschamps puso a calentar a Dimitri Payet enloqueciendo a los hinchas franceses. Antes de que se produjera este cambio, los galos despertaron a base de contragolpes, su mejor arma. Gignac y Griezmann a punto estuvieron de adelantar a los suyos tras varios disparos pero Sommer atajó bien el esférico.

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Con la salida de Payet, Francia mejoró porque aumentó la velocidad de balón y evitaba que Suiza contralara tanto el partido. Sin embargo, con el paso de los minutos se observaba como ambas selecciones no querían arriesgar, puesto que este empate clasificaba a las dos, y, además, si los helvéticos terminaban perdiendo sabían que iban a pasar como segundos de grupo porque en el otro partido, Albania ganaba por la mínima a Rumanía. 

En la recta final, fue Sissoko tras una gran jugada en carrera por la banda derecha quien pondría un centro para que Payet empalmara de volea el balón y lo estrellara en el larguero. Deschamps evitó riesgos e introdujo a Matuidi para terminar de controlar el partido y sellar el pase a octavos de final como primeros de grupo tras obtener siete puntos. Suiza pasa como segunda tras sumar cinco puntos.