Se pensaba que con la derrota de Rumanía ante Albania se vería a un Iordănescu enfadado con sus jugadores y consigo mismo, ya que conociendo el genio que se gasta el entrenador uno pensaba que iba a ser una rueda de prensa explosiva, sin embargo parece que el tiempo ha vuelto más tolerable y moderado al seleccionador que se notó más resignado que con ganas de buscar culpables del papel de sus dirigidos en Lyon.

La noche no es oscura

Iordănescu no tuvo reparos en alabar a sus dirigidos y en reconocer el buen momento de Albania en la Euro: "Realmente no reprocho nada. Lamentamos el resultado, pero no una noche negra. Una derrota es una derrota, además procede de Albania que tiene 21 jugadores que juegan en el extranjero. Me gustaría decir que hubo muchos momentos en los que el equipo controló el partido, hemos estado con la iniciativa del juego. Sin embargo hay que analizar al rival y se puede observar que Albania es un equipo con un trabajo y un proceso que está dando sus frutos".

Al ser cuestionado por rendimientos puntuales de sus dirigidos como el caso del portero Ciprian Tătăruşanu, el seleccionador no dudó en defenderlo de los errores que cometió en el torneo: "Cuando llegó el gol de Albania, siendo objetivos, el juego estaba a nuestro favor. Si tuviéramos que reprochar algo sería hacia alguna decisión mía, pero no puedo seguir enfadado con los jugadores. Ellos querían, corrían, pero no podían y esto es el fútbol ".

¿Vacaciones y jubilación?

Al ser cuestionado si podría continuar al mando de la selección rumana el veterano entrenador declaró: "Vamos a pensar con cabeza fría pero en esto momento me gustaría irme de vacaciones. Fue una proeza que aceptara llegar de nuevo a dirigir esta selección después de que estuviese mucho tiempo alejado del fútbol".

También quiso dejar una crítica constructiva de cara al futuro de la selección rumana, debido a que según él, la mayoría de jugadores de Albania juegan por fuera de su país mientras que ocho jugadores rumanos están sin contrato para seguir ejerciendo su profesión: "Tenemos que tratar de solucionar los problemas de los clubes rumanos y nuestros jugadores, hay ocho jugadores sin firmar, que tienen un futuro inseguro. Mirando a Albania ellos tienen 23 jugadores de los cuales 21 están en el extranjero y juegan bien".

Parece que será la despedida definitiva de este legendario seleccionador que estuvo durante la época de oro de la selección rumana, pero que se ha dado cuenta que los buenos tiempos han pasado y quizá es hora de que lleguen nuevos entrenadores u hombres de fútbol con nueva energía para poder volver a la era dorada.