Los penaltis volvieron a cruzarse en el camino de Polonia en esta Eurocopa, pero esta vez la fortuna cayó para el otro lado. Portugal, que convirtió todos sus lanzamientos, se hizo con el pase a semifinales tras un insípido partido que desde muy temprano pareció destinado a decidirse desde los once metros. Lewandowski y Renato Sanches llevaron los goles al electrónico en la primera mitad, pero tras ellos ambos conjuntos se limitaron a esperar la llegada de los lanzamientos desde los 11 metros. Allí, fueron mejores los lusos, que, sin haber ganado un solo partido en los 90 minutos reglamentarios, son ya el primer semifinalista de esta Eurocopa.

Lewandowski el precoz

Apenas había transcurrido un minuto cuando los polacos llevaron la sorpresa a la grada con el segundo gol más tempranero de la historia de las Eurocopas. Poco más de un minuto había transcurrido cuando Piszczek, desde su campo, buscó a Grosicki con un cambio de orientación que midió fatal Cedric y que dio al del Rennais la opción de entrar al área con el balón conducido. Allí, solo tuvo que levantar la cabeza y servir el balón a Lewandowski para que el del Bayern inaugurase su cuenta goleadora en esta Eurocopa. Pocos momentos mejores podría haber encontrado para romper la sequía.

El gol de Lewandowski es el segundo más tempranero de la historia de la Eurocopa

Polonia, de la que ya se esperaba un planteamiento centrado en la contra, se encontró con la excusa perfecta para replegar y fiarlo todo a la velocidad de sus hombres de banda. Portugal comenzó a llegar con cierta comodidad a tres cuartos, y, aunque sin mucho peligro, a base de centros hizo retroceder a los de Nawalka. Las ocasiones, no obstante, fueron para los polacos, que con dos disparos de Milik y Lewandowski, ninguno de ellos con excesivo peligro, demostró su intención de finalizar todas sus jugadas.

Foto: UEFA
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El duelo nunca llegó a estar totalmente dominado por los lusos. A Polonia no le quemaba el balón, y con una presión adelantada obligó a los centrales portugueses a quitarse el balón de encima y a tomar cierto protagonismo en ataque. En el minuto 22, una excelente combinación entre Milik, Blaszczykowski y Grosicki dejó a este último con opción de disparar ante Rui Patricio, pero optó por dar un pase de la muerte que no encontró rematador.

Renato hace de líder

Fue entonces cuando Renato Sanches comenzó a tomar las riendas de Portugal. Con sus apariciones desde la banda izquierda canalizó todo el juego de ataque de los de Santos, y con su inteligencia para encarar y combinar se alzó como el mejor de la primera mitad. En el minuto 33, una buena pared con Nani le permitió encontrar espacio para disparar desde la frontal, y su disparo, que se envenenó tras tocar en la rodilla de Krychowiak, se hizo imparable para Fabianski. Ambas selecciones, sin haber necesitado una exhibición de recursos ofensivos, contaban ya con un gol en su casillero.

Ambos conjuntos parecieron contentarse con el resultado, pues ninguno de ellos buscó con demasiada ambición el segundo tanto y los minutos que restaban hasta el descanso transcurrieron sin demasiada emoción. Portugal se dio por satisfecha con haber igualado el marcador tras el mal inicio, mientras que Polonia les agradeció no tratar de hacer más grande la herida y se limitó a ver pasar los minutos. Tras la primera parte, la igualdad y el conformismo regalaron un justo 1-1.

Foto: UEFA
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El triunfo del conformismo

La segunda mitad dio continuidad al bajo ritmo de los últimos minutos de la primera. El miedo a perder se impuso a las ganas de ganar, y el duelo entró en una fase de cierto aburrimiento que recordó al choque de octavos de Portugal ante Croacia. Se vio a los jugadores con miedo a equivocarse, y, puestos a hacerlo, preferían hacerlo por defecto que por exceso. Nadie arriesgaba con un pase, con un intento desborde, o con una presión adelantada. Poco o nada pasó en estos minutos.

Tras el empate, ambos equipos tuvieron demasiado miedo a equivocarse

No obstante, aunque fue solo en acciones aisladas, ambos equipos comenzaron poco a poco a llegar. El cuadro portugués fue el primero en avisar con dos disparos, uno de Cristiano y otro de Cedric, que se marcharon desviados. La respuesta de los polacos llegó con dos entradas de Grosicki por banda izquierda: en la primera, su pase atrás no encontró rematador, y en la segunda el remate de Milik fue atrapado por Rui Patricio. Llegados al minuto 70, parecía más cercana la prórroga que un gol de cualquiera de los dos conjuntos.

Cristiano pudo evitarla en el minuto 85, pero, aunque un pase picado de Moutinho le dejó solo ante Fabianski, no acertó a golpear el balón y sus botas no encontraron más que aire a su paso. El guardameta del Swansea se quedó con el balón en sus manos y con el susto en el cuerpo. Presas de su conformismo, ambos seleccionadores reunieron a sus jugadores tras el pitido final para preparar treinta minutos más de partido.

Foto: UEFA
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Insípido preludio a los penaltis

La prórroga arrancó con un nuevo susto para los de Nawalka, de nuevo en las botas de Cristiano Ronaldo. Renato Sanches centró desde la izquierda, Pazdan midió mal, y el balón cayó a los pies del 7, que, cuando le bastaba con golpear el balón hacia adelante, pisó el esférico con el exterior y dejó escapar una nueva oportunidad. Fue, sin duda, un gris partido para el del Real Madrid.

El cansancio fue dejando haciendo aparecer espacios, pero el partido estuvo muy lejos de convertirse en el correcalles en el que suelen derivar muchas prórrogas. Algún disparo lejano demostró que ninguno de los dos equipos había olvidado que el objetivo era hacer gol, pero, aunque Portugal fue algo mejor a los puntos, nada parecía poder evitar los penaltis. En octavos, Polonia había vencido desde los once metros y Portugal se había impuesto en una prórroga similar. El guion no preocupaba a ninguna de las dos.

Foto: UEFA
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El paso de los minutos no cambió en absoluto el partido. Ambos conjuntos siguieron esperando un fallo rival que nunca llegó, y así se llegó al minuto 120. El primer semifinalista de la Eurocopa se decidiría desde el punto de penalti.

Quaresma, héroe de nuevo

La tanda transcurrió sin fallos hasta que, con 4-3 en  el marcador, Blaszczykowski caminó hacia el punto fatídico. El de la Fiorentina disparó raso a su derecha, pero Rui Patricio adivinó sus intenciones y con una excelente estirada repelió su tiro. Si Portugal marcaba, estaría en semifinales.

Quaresma, autor del tanto que dio el pase a los lusos ante Croacia, asumió el lanzamiento. Sin dejarse llevar por la presión, batió a Fabianski, que no estuvo cerca de detener ninguno de los lanzamientos, y volvió a convertirse en el hombre que acaparará las portadas de los periódicos portugueses de mañana. Por su parte, Polonia pone fin de manera cruel a una brillante Eurocopa, en la que no ha perdido ni un solo partido, pero no ha podido con la demoledora estadística que refleja que ninguna selección ha superado dos tandas de penaltis en un mismo torneo continenteal. El golpe es duro, pero, por difícil que sea ahora pensar en ellos, tienen motivos de sobra para sentirse orgullosos de su participación.

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Sobre el autor
Aitor Darias Oruezabala
Proyecto de periodista. Amante del fútbol desde pequeño y enamorado más tarde del baloncesto. De qué sirve vivirlo si no puedes contarlo.