Gales ha caído derrotado en la primera semifinal de la Eurocopa de Francia 2016 ante Portugal. Durante los primeros minutos dominaron el partido los galeses, que llegaron en multitud de ocasiones con un Gareth Bale que salió muy enchufado y dispuesto a dejar claro que el duelo que mantenía ante su compañero de equipo, Cristiano Ronaldo, lo iba a ganar él. Sin embargo en los primeros minutos del segundo tiempo, Cristiano adelantó a su equipo a la salida de un saque de esquina y puso el uno a cero en el marcador. Poco después llegaría el segundo gol de Portugal, y dejaría a los “Dragones” prácticamente tocados y hundidos.

El planteamiento de ambos equipos benefició a los de Chris Coleman en la primera mitad, que se plantaron bien en el terreno de juego. Replegándose y jugando rápido al contragolpe, comenzaron a asediar la meta defendida por Rui Patricio. En esa estrategia, Bale jugaba un papel esencial, tenía libertad por toda la zona de ataque de su equipo.

Bale empezó el partido mostrando un gran nivel

El delantero del Real Madrid comenzó en los primeros minutos a dar síntomas de que estaba jugando la semifinal con su equipo por una razón. La ausencia de Ramsey lo obligó a asumir más galones y a llevar prácticamente todo el peso de Gales por ambas bandas. A los 19 minutos realizó el primer disparo a puerta desde el costado izquierdo. Pero se le marchó desviado. Pocos minutos después pondría un gran centro para Robson-Kanu que atrapó Rui Patricio sin problemas.

Bale lo intentó por activa y por pasiva.

Seguiría intentándolo Bale y en el minuto 23 realizaría otro disparo a puerta que atajó Patricio sin complicaciones. Además de intentarlo con el balón en movimiento, también lo hacía con el balón parado. Era el encargado de sacar las faltas hasta en campo propio. Siempre buscando la portería rival. En la segunda mitad realizaría dos grandes disparos desde fuera del área que atajó el guardameta portugués. Gareth lo tenía claro, pero no le salían las cosas como quería

A pesar del resultado, su calidad y su empuje lo hacen el jugador más determinante del conjunto galés. A lo largo de la Eurocopa ha dejado claro su gran nivel. Ha tenido momentos en los que ha jugado mejor y otros peor. Ante Portugal no le acompañó el acierto, pero fue capaz de echarse a su equipo a la espalda para intentar lograr un puesto en la final.