Independiente del Valle buscaba la gloria, la victoria. Buscaba hacer historia tratando de vencer a Atlético Nacional en el partido de vuelta de la Copa Libertadores, partido que le daba a uno o a otro el sello de campeón. Mientras que Atlético Nacional buscaría mostrar -una vez más- aquel juego que maravillo a más de alguno y que por eso, sin excusa alguna, llego a la final de la Copa.

El partido tenía solamente un dueño. El balón no se prestaba, mucho menos, regalaba. Atlético Nacional era el amo y señor del partido en los primeros minutos de juego con un fútbol de posesión y muy vertical. Las alarmas saltan cuando en el minuto cinco de juego, Mina (Independiente del Valle) tiene que salir por molestias tras una falta cometida por un jugador de Atlético Nacional, mismo que regresa al campo segundos después.

Las aguas se inclinaban ante los colombianos. Todo parecía (sobre el papel) que Atlético Nacional eran los claros candidatos a levantar el título. Y para validar lo que los externos hacían resonar horas antes del encuentro, aparece Miguel Borja para Nacional para que, tras una jugada de estrategia y un rebote en el travesaño, pusiera el 1-0 en el marcador a los tan solo ocho minutos de juego, sumando así su quinto gol (Siendo el tercer jugador colombiano más joven (23) en marcar en una finl de Copa Libertadores. - Vía: Mister Chip), mismo juugador quien tuvo la oportunidad de abrir el marcador a los 23 segundos de juego.

Minutos de calma dentro del terreno de juego. Un partido inclinado solamente hacia un lado -Atlético Nacional-, pero sin peligro en ambas áreas. Disputado solamente en medio campo, generando los colombianos jugadas de contraataque para crear peligro en portería de Azcona. No fue sino hasta en el minuto 31 cuando tras un gran y potente disparo de Macnelly desde fuera del área, pero una gran atajada de Azcona evito que el marcador aumentara a un 2-0. Segundo aire para los locales con buenas llegadas, ganando las espaldas de los defensores.

Contraataque, el arma principal

Las emociones incrementaron, dignas de una final sudamericana. Digna de una final de Copa Libertadores. Con un gran dominio de balón de los locales, quienes una vez más, tras ganarle las espaldas a los defensas de Independiente, Miguel Borja tuvo nuvamente la oportunidad de anotar el segundo para su equipo pero un gran Azcona evita que los suyos vayan más por debajo en el marcador.

Las salidas de balón por parte de Independiente del Valle formaban dificultades, perdiendo la posesión y sin poder generar una jugada que creara peligro. La única salida, la única esperanza era tomar desprevenida a la defensa local. Y no fue así hasta en el minuto 34 cuando un balón de Independiente sale desviado y se pierde la única y más clara ocasión de gol de los ecuatorianos. 

Segundo tiempo prendido

Con 45 minutos por delante, donde todo se definía. Donde se podía firmar la historia. O borrar fantasmas o hacer historia por primera vez. El segundo tiempo iniciaba con una jugada polémica, donde tras una posible falta de la defensa de Atlético, un penal no marcado a Independiente del Valle crea la polémica en una final cláramente favorita hacia los colombianos -por planteamiento y juego plasmado-. 

El equipo de Pablo Repetto salió con una nueva mentalidad al terreno de juego. Buscando el balón. Siendo más agresivo al momento de generar peligro. Aprovechando los trazos largos para vencer al rival y así firmar el empate (1-1). En cambio, Atlético Nacional, muy diferente a lo que había sido en el primer tiempo, sin encontrar su juego y muchos menos, el balón. 

Mucho mejor dentro del terreno de juego Independiente del Valle pero solamente jugadas individuales le permitían generar peligro. El juego coletivo de Nacional, aunque minimizado, hacía qué, pese a ir por debajo en el juego a nivel técnico, generaban más llegadas al arco de Azcona. (Casos del minuto 61 y 71 del segundo tiempo, donde Atlético Nacional, nuevamente se perdían ocasiones claras de gol).

Caer para volver a levantarse más fuerte. Caer pero sin ser derrotados parecían ser los lemas de Atlético Nacional. La única piedra en el zapato -deportivamente hablando- era el arquero Azcona (Arquero con más atajadas en toda la Copa Libertadores). Aunque con menos revoluciones el partido, Independiente del Valle parecía no encontrar su "mejor" versión en el campo y solo dependía de una individualidad o bien, de otro gran destello de grandeza de Azcona. 

El partido avanzaba y parecía que, por parte de Atlético Nacional, el 1-0 les parecía suficiente y solamente buscaban cerrar espacios para no permitir al rival generar peligro en su área. Mientras que Independiente del Valle, minutos después de presentar un fútbol "medianamente" mejor que lo que presentó en el primer tiempo, se había olvidado de jugar la final y no forzaba el empate, sin buscar el arco rival, pérdidas constantes de balones, desconcentraciones en medio campo generando así, como se mencionó con anteriorirdad, pérdidas de balón.

La fortuna del fútbol cada vez se inclinaba más para los locales. Un segundo tiempo que había bajado sus revoluciones en un casi 90% a lo que había sido la primera mitad. Nacional, un digno finalista. Un equipo que demostró que en el fútbol no solo se puede ganar, sino que se puede ganar jugando a un fútbol hermoso. Atlético, un equipo que estaba a tan solo 4 minutos (tiempo que el árbitro argentino había estipulado previo al pitido final) de levantar nuevamente la Copa Libertadores de América. Fueron 12 años de espera. Fueron 12 años donde los fantamas visitaban, año tras año, a los colombianos y no les permitía levantar nuevamente aquel título que celebraron por primera vez en el año 1989. Se cumplen los 4 minutos y es alí donde Nestor Pitana indica el final del partido... ¡ATLÉTICO NACIONAL, CAMPEÓN DE LA COPA LIBERTADORES DE AMÉRICA! Justo campeón, justo vencedor. ¡BICAMPEONES DE AMÉRICA!.

Atlético Nacional, Bicampeón de América. Foto: Twitter de Atlético Nacional.
Atlético Nacional, Bicampeón de América. Foto: Twitter de Atlético Nacional.