Desde su aterrizaje en Múnich, Guardiola no ha cesado de buscar una seña de identidad que empiece a caracterizar a este nuevo Bayern. Para ello, el técnico de Sampedor ha recurrido ya a numerosas variantes, entre los que quizá destaca el cambio de sistema a 4-3-3, con Lahm actuando como volante de contención. Analizando lentamente el encuentro disputado hace unos días frente al Schalke, en el que el equipo bávaro derrotó a los de Keller por un apabullante 0-4, pudimos denotar ciertas variantes en el ataque estático del Bayern que a continuación se pasará a diseccionar.

Nueva disposición en la fase ofensiva

Sin ninguna duda, el aspecto táctico de mayor riqueza de ese partido, que se sucedió prácticamente durante la totalidad del encuentro, fue que durante la fase ofensiva bávara, los laterales, en este caso Alaba y Rafinha, ocuparon la posición de teóricos centrocampistas, actuando casi como falsos interiores. Con esta nueva situación, el dibujo del Bayern cambió drásticamente, pasando más bien a ser un 3-4-3 o incluso un 3-3-3-1, donde Alaba y Rafinha se situaron  justo por delante de la pareja de centrales, con Schweinsteiger completando esa línea de tres y Lahm instalado entre los dos centrales, guardando la posición y dando salida al juego. Tras estas dos líneas de tres, los extremos, Ribery y Robben se colocaron siempre muy abiertos, quedando así acotada su área de intervención.

Este nuevo escenario, con Alaba, Rafinha, Lahm, Schweinsteiger y Kroos poblando el centro del campo, dotó al equipo de un dominio del juego y el partido mayúsculos, donde los pases en mediocampo y los cambios de posición se sucedían continuamente, generando así un gran torrente de fútbol de toque. Además, con este genial recurso táctico, el técnico español logró asemejar el juego de los suyos a ese fútbol que tantas alegrías ha dado al Barça, con un control del tiempo y los espacios de juego sublime.

Con este nuevo sistema, el juego se iniciaba y se desarrollaba todo en el medio

Esta idea no es nueva, sin ir más lejos, en el encuentro de la supercopa de Europa pudimos ver a un Bayern jugando ataques de posesiones muy largas. Sin embargo, aquel día los bávaros basaron todo su juego creativo en la zona de tres cuartos, restando mucha importancia al centro del campo. Con este nuevo dibujo, el juego se iniciaba y se desarrollaba todo en el medio, donde la presión defensiva es mucho menor, permitiendo así cocinar la jugada a fuego lento, poco a poco, hasta encontrar el pase y el momento preciso.

Falta de ajuste defensivo

A pesar de los innegables beneficios ofensivos de este nuevo planteamiento, y como todo proyecto que está comenzando a dar sus primeros pasos, este nuevo dibujo de Guardiola mostró ciertas imperfecciones. Con toda seguridad, la mayor de estas flaquezas, la cual solo se dio cuando el choque permaneció igualado, fue el descubierto que Alaba dejó en su carril izquierdo, permitiendo una y otra vez penetrar por ese lado a un hombre tan veloz en la conducción como el peruano Farfán. Cuando el Schalke robaba la bola en zona de medios, Farfán se encontraba una y otra vez con una auténtica autopista en la banda derecha, y Dante, encargado de ir a tapar ese hueco, no era capaz de aguantar ningún asalto a "la foquita", lo que propició demasiadas ocasiones.

La temporada acaba de comenzar y, a pesar de las dudas que a día de hoy siguen generándose, el Bayern parece ir encontrando poco a poco ese estilo que tanto ansía desarrollar Guardiola y que tendrá que seguir trabajando, si  es que quiere hacer de su Bayern el equipo temido que era con Heynckes.