Desde la coronación europea de 2008, España comenzó a centrar un precedente futbolístico histórico. Su mejor época, comandada por jugadores divinos en el toque de balón y capaces de mercer a sus rivales mediante una serie interminables de pases secuenciados y con coordinaciones asociativas perfectamente diagramadas dentro del campo, le cosechó dos eurocopas y su primera Copa del Mundo. Sin embargo, también, el mejor momento de la historia ibérica marcó el establecimiento de una idea táctica renovada, propia de la Naranja Mecánica de los 70's y renovada en los últimos años por el Barcelona de Guardiola y la España que inició Aragonés y culminó Del Bosque.

Luego, seis años más tarde, Joachim Löw y su joven Alemania alcanzaban el cetro mundial en el mítico Maracaná cortesía de una idea propia de los españoles, pero dosificada por la naturaleza teutona y una serie de variantes tácticas que le regalaron una destacada evolución al modelo. Hoy, con una nueva camada de jugadores más intensos, con entrenadores más verticales y con la obsesión de muchos por romper las conexiones de pases de los amantes de la posesión, alemanes y españoles se enfrentan a una cacería sin tregüa. Siendo los últimos exponentes del fútbol de posesión, ambos equipos enfrentan su presente con la ambición por evolucionar sin tocar su modelo, por sobrevivir adaptándose al entorno sin cambiar la escencia de su naturaleza. Hoy en día las últimas dos monarcas mundiales son las últimas joyas en la corona futbolística del pase.

La raíz de todos los éxitos es el amor al balón

Con la gloria máxima alcanzada por ambos equipos surge la pregunta: ¿Por qué cambiar el modelo que tanto éxito ha proporcionado? La respuesta es simple: no todos pueden adaptarse a una mentalidad tan compleja. Con esta afirmación no se desmerita a quienes optan por ganar sin importar el cómo o por emplear sistemas ultradefensivos para conseguir la victoria. Más bien, se deja en claro que, para entender la filosofía hispano-alemana se requieren años de entrenamiento y la transformación total del fútbol de una nación desde sus bases. Sin esos elementos, es imposible acoplarse al estilo de posesión.

Para entender la filosofía hispano-alemana se requieren años de entrenamiento y la transformación total del fútbol de una nación desde sus bases

Desde la España de 2008 hasta la Alemania 2014, el bastión del éxito ha sido uno solo: ama al balón como a ti mismo. La sensibilidad, riqueza técnica, precisión en el pase y plusvalía del posicionamiento para una mayor agilidad en el toque han sido las vertientes que emanan desde la zona clave para el sistema de posesión: el mediocampo. Para España y Alemania, el éxito ha estado en su zona media, ese corazón que todo equipo busca dominar dentro del ajedrez de cada partido. No en su ataque, ni en su defensa, sino en la forma y exquisitez de sus volantes, los cuales se convierten en el alma propia del preciosismo del toque corto.

Es ahí donde las máximas figuras de ambos equipos no se encarnan en un solo jugador capaz de romper a todos los rivales con una gambeta. La figura de cada equipo es un conjunto de jugadores, una asociación de individuos que mueven el balón con tal criterio que realizan el trabajo que un solo crack puede hacer pero con el doble de peligrosidad. En España lo fueron Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Xabi Alonso y Sergio Busquets. En Alemania fue el turno para Bastian Schweinsteinger, Sami Khedira, Toni Kroos, Mesut Özil y hasta Philipp Lahm en su faceta como volante. Ya sea con el toque ibérico o con el sazón teutón, el mediocampo era el sector clave para la coronación de sus victorias.

Alineación España Final Sudáfrica 2010.
Alineación Alemania Final Brasil 2014

El mediapunta: figura clave

Pero, tras la vital importancia del mediocampo, ambos equipos elevaron a un nivel evolutivo la figura del "10" dentro del campo, haciéndola desaparecer en su demarcación natural, pero rediseñándola con el ya conocido "perfil cambiado" y redistribuyendo sus funciones dentro del césped. Para Del Bosque, Silva tomó un rol clave para acompañar al mediapunta ideal de su equipo: Andrés Iniesta. Con el manchego ubicado sobre izquierda, España dejó que Busquets y Alonso acorazaran a Xavi y dejarán libre a Iniesta para romper en diagonal hacia adentro y dejar que Silva (o Pedro, Mata o Navas) hiciera lo mismo por el otro sector. La creatividad fluía entonces en una victoria territorial sobre la defensa rival. Con el desdoble de sus mediapuntas hacia adentro, los laterales tenían mayor espacio para trepar por las bandas y se agrupaba un pelotón de pequeños tocones en tres cuartos de cancha que rompían a base de pases a cualquier defensa que se les interponía.

La creatividad fluía entonces en una victoria territorial sobre la defensa rival.

Löw no se quedó atrás. Özil dejó el centro y se volcó sobre derecha y Mario Götze tomó su lugar en el once titular. La amplitud de ideas del estratega alemán fue mayor, llegando incluso a ubicar a Müller como mediapunta y teniendo a Marco Reus y André Schürrle como el "plan B" dentro de su departamento ofensivo. Alemania intensificó la idea y la rediseño. Con sus mediapuntas entrenado en diagonal, Löw creó un sistema de rotaciones dentro del área, donde cualquiera de los tres hombres en punta podía ocupar el puesto de centrodelantero, permitiendo un factor sorpresa en la línea de centrales rivales y dejando que los carrileros se incorporasen con total libertad y que los mediocentros recogieran cualquier rebota para iniciar el ataque y monopolizar las acciones desde el terreno rival.

Espana Ofensiva 2010 - Football tactics and formations
Disposición Ofensiva de España en 2010
Alemania Ofensiva 2014 - Football tactics and formations
Disposición Ofensiva de Alemania en 2014

La línea defensiva: el último cerrojo

Sin embargo, todo buen ataque debe poseer una buena defensa y, cuando la posesión o monopolización del esférico no bastaban, tanto españoles como alemanes tenían un as bajo la manga. Si los volantes no lograban frenar el contragolpe, aparecía el relevo sensacional de Carles Puyol o los cortes magistrales de Gerard Piqué en su mejor momento para España en 2010. En el caso de Alemania en 2014, Hummels se engrandecía en la zona baja y Boateng mostraba el porqué su evolución defensiva es un caso para almacenar en las mejores bibliotecas de la disciplina y la perseverancia. Pero la capacidad defensiva de ambos equipos iba más allá de sus mejores centrales.

Curiosamente, España en 2010 y Alemania en 2014 cuentan con los dos mejores arqueros del momento: Íker Casillas y Manuel Neuer.

Curiosamente, España en 2010 y Alemania en 2014 cuentan con los dos mejores arqueros del momento: Íker Casillas y Manuel Neuer. Diferentes en estilos y movimientos, ambos guardametas son la garantía de seguridad bajo los tres palos y proporcionan una solvencia increíble para ser dos porteros a los que pocas veces se les ataca. En 2010, Casillas, ayudado por la ausencia de nervios de acero de Robben, evitó la debacle finalista de la Roja ante su mejor oportunidad por alcanzar una gloria mundial. En 2014, Manuel Neuer, apoyado por la inefectividad albiceleste, salvó la meta teutona no solo en la final, sino también en toda la Copa del Mundo cuando la defensa alemana mostraba fisuras propias de un equipo amante del fútbol ofensivo y totalmente volcado hacia puerta rival.

Para el mundial en Sudáfrica y la Eurocopa de 2012, Casillas puso de moda la reacción en corto y la capacidad de achique en el mano a mano con el delantero rival. Pero, en estos momentos, Manuel Neuer abre la brecha para una nueva mentalidad dentro de la demarcación del guardameta y se transforma en un auténtico líbero para su equipo. Parado casi sobre tres cuartos de cancha, Neuer corta el contragolpe rival en base a cierres perfectos propios de un "Káiser" en la zona baja. La evolución sigue vigente. Alemania encontró un punto de plusvalía en su portero y se aferra a su figura cuando sus defensas se ven rotos en velocidad.

La nueva generación quiere abrirse paso

Los años han pasado y los héroes de la viejas glorias no pueden ser eternos. España ya no ve a Xabi Alonso, David Villa o Carles Puyol en sus alineaciones. Xavi Hernández tampoco es parte de cada once titular y se sabe que a Andrés Iniesta le queda poco combustible que dar para los próximos años. Por su parte, Lahm, Klose y Mertesacker dijeron adiós a la Mannschaft tras el éxito de Brasil 2014 y Schweinsteiger, Özil y Hummels reportan bajas en los últimos meses. La hora de la renovación se hace evidente, sobre todo para los teutones, quienes querrán evitar vivir una caída estrepitosa como la que vivió España en este pasado mundial, tras haber tenido la mejor época de su historia futbolística.

Los años han pasado y los héroes de la viejas glorias no pueden ser eternos

La estafeta la toman hombres como Ramos, Silva, Busquets, Kroos, Götze, Neuer o Müller, quienes fueron parte de los mejores momentos de sus equipos, pero que ahora son los hombres de experiencia dentro de sus planteles. Los nombres de la renovación estan en la lista. Alcácer y Morata quieren un espacio como el "9" de la Roja, Koke pide a gritos ser el nuevo conductor, mientras que Cazorla hace lo propio para ser el mediapunta ideal y Thiago e Isco quieren aportar la magia del pase. De igual forma, Kramer quiere un lugar en el mediocampo germano, mientras que Reus y Schürrle ya no quieren ser un "plan B" para Löw y Herrmann busca apoderarse de un lugar. Müller marca goles como Klose y Rüdiger, Rudy, Volland, Hahn y Knoche levantan la mano para ser tomados en cuenta.

Todo parece indicar que nos encaminamos a la permanencia de una escuela futbolística claramente definida y perpetuada en sus dos mayores exponentes. El panorama muestra que resulta imposible creer que ambas selecciones cambien la idea que los devolvió al éxito o les permitió saborearlo por primera vez. Lo que sí puede garantizarse es que la renovación viene en camino y habrá que estar pendientes para ver qué variantes pueden aportar los jóvenes valores que irán reemplazando a los héroes de mil batallas que poco a poco cuelgan sus botines internacionales. La evolución es solo el comienzo. La eternidad de la idea es el objetivo.

Isco y Volland son parte de las nuevas generaciones de España y Alemania. // (Foto de peru.com)