Existe una frase que reza: "La Fe es la certeza de lo que no se espera, la convicción de lo que no se ve". Bajo esa premisa y apostándole a mostrar toda la categoría que le es posible, el Bayern abrió las puertas del cielo y mostró su versión más sublime en un primer tiempo inolvidable para la afición bávara que se hizo presente al Allianz Arena, y mucho más imborrable de la memoria para Julien Lopetegui y el Porto, quienes fueron aplastados 6-1 por un Bayern de Múnich angelical y con un aura de campeón que no mostraba desde hace ya algunas semanas. Doblete de Lewandowski, partidazo y gol de Thiago, más el aporte de Müller, Xabi Alonso y Boateng fuero la cuota necesaria para encaminar al Bayern a semifinales de Champions League cuando la nube de dudas era tan espesa que hacía dudar de la capacidad del 'RékordMeister' para enmudecer las aspiraciones juveniles del Dragón.

Thiago abre las puertas del Mar Azul

El partido arrancaba con la alineación calcada del Bayern de Múnich ante un Porto que implementaba a Diego Reyes y Marcano en su línea defensiva tras las bajas de Alex Sandro y Danilo. Con el pitazo inicial, Guardiola mostró sus armas ante Lopetegui y el partido rápidamente se inclinó en favor de los locales. Un cabezazo de Lewandowski a manos de Fabiano y un disparo del polaco que se iba cerca del poste izquierdo era lo que mostraba el Bayern en los primeros cinco minutos de partido. Con Thiago como guía, el Bayern obligaba al Porto a replegarse en el fondo y el partido encontraba los matices de control contra posición defensiva que ya se esperaba.

Con Thiago como guía, el Bayern obligaba al Porto a replegarse en el fondo y el partido encontraba los matices de control contra posición defensiva que ya se esperaba

El Bayern volvería a poner un susto en puerta lusitana al 9', tras una gran escapaba de Müller por izquierda y un disparo que tapaba Fabiano, pero Lewandowski pescaba el rebote aunque su intento chocaba en el poste. Pero, al 13', la fiesta por fin estalló. Una gran acción de Thiago en el centro dejó a Götze solo por izquierda. El alemán hizo la diagonal hacia adentro y cedía para Bernat por fuera, quien se acomodaba por izquierda y mandaba un centro medido para que el mismo Thiago fuera el que anticipara a Fabiano y Marcano y colocara el primero en el marcador. Efusivo y glorioso, el Bayern hacía rugir a todo Allianz Arena sabedor que faltaba apenas un gol para la remontada histórica.

Tras el gol, el Porto entró en pánico escénico. Diego Reyes perdía sus duelos con Bernat, Maicon y Marcano no encontraban a Lewandowski o Müller y Oliver Torres se rendía ante la omnipotencia de Xabi Alonso en zona media. Thiago abría las bandas y orquestaba una ópera sublime que recordó y, quizás, superó a la mejor versión Guardiolista de este Bayern de Múnich. Sin embargo, a pesar del toque y la posesión, el segundo gol llegaría de la forma menos pensada: a balón parado. Fue en un tiro de esquina al 21' que se fue pasado y encontró a Badstuber sobre punto penal. El central brasileño prolongaba a segundo poste para que Boateng anticipara a Maicon y colocara de cabeza el 2-0 en el marcador. El milagro se alcanzaba y la goleada se avecinaba.

Con el milagro logrado y la remontada obrada, el Bayern olió sangre y devoró al Porto

Con el milagro logrado y la remontada obrada, el Bayern olió sangre y devoró al Porto. Apenas dos llegadas más necesitó para que, al 26', una hermosa combinación de toques iniciada por Thiago sobre el centro, abriendo a Lahm por derecha quien hace una pared fenomenal con Götze para centrar al área. Müller, como baletista profesional, tomaba de volea el balón y cedía para el pique de Lewandowski sobre Marcano y Maicon y anticipar a los centrales para cabecear al ángulo y colocar el 3-0 en el pizarrón. La obra táctica de Guardiola a flor de piel: abrir la cancha con Lahm y Götze y orquestar con Thiago para la definción de Müller y Lewandowski. Robben y Ribéry eran solo un recuerdo.

Lopetegui vio miedo en su defensa e intentó remediar las cosas quitando a Diego Reyes, reducido a nada por Bernat y Götze, para colocar a Ricardo, un extremo ofensivo que buscaba competir en velocidad con los bávaros sobre sector derecho. Sin embargo, tras un disparo de Lewandowski y otro de Thiago, fue Müller quien tomó una habilitación del mediocentro hispano-brasileño para meter un derechazo seco y rasante que rozó las piernas de Martins Indi y descolocó a Fabiano, quien vio como el balón ingresaba a la red por entremedio de sus piernas para colocar el 4-0 al 35'. La pesadilla era inevitable. El dragón ya no era azul. Ahora era rojo y mucho más voraz que 'O Dragao'.

Habían asustado al Bayern. Le habían exigido a la Bestia Bávara mostrar todo su poder y comenzaban a lamentarlo.

Pero, como comenzaba a ser tradición en el partido, tras un golpe mortal venía otro de mayor envergadura. Es así como, al 39', Martins Indi se desconectaba del juego y regalaba un balón en la salida para Müller. El atacante bávaro se enfilaba hacia el fondo y sacaba un centro a punto penal que era interceptado por Lewandowski. El polaco, dejando atrás sus fantasmas de ineficiencia en el Bayern, se sacaba a Maicon de encima y con Marcano de frente sacaba un disparo rasante que se colocaba en la base del primer poste de Fabianoa para colocar el 5-0 en el marcador y bañar de éxtasis futbolístico a todo Allianz Arena.

La celebración del gol lo dijo todo. El grito de la afición era alucinante. El Porto, un equipo de "chicos maravilla" era consciente que su nivel estaba lejos de esta gran cita. Habían asustado al Bayern. Le habían exigido a la Bestia Bávara mostrar todo su poder y comenzaban a lamentarlo. La Fe de todo un equipo anulaba las esperanzas de un Porto que era, por mucho, la peor versión del club en esta temporada. Thiago hacía las veces de jugador mesiánico, mientras que Lahm y Xabi Alonso complementaban una trinidad que elevaba al máximo la Fe de su afición. Al que cree, todo le es posible. Esa era la sensación de los primeros 45 minutos.

Interlude de bajo ritmo para un gran final

Para la segunda parte, el Bayern mantenía el ritmo acelerado desde el primer minuto y, al 46', era Götze quien tomaba un balón rebotado en el área y metía un derechazo que se iba apenas desviado de la puerta de Fabiano. Götze lo volvía a intentar al 48' y Müller al 50', pero Fabiano por fin tapaba algunas y mantenía su portería con solo cinco en contra. A partir de ahí, el Porto adelantó líneas, dio paso a Neves y repobló el mediocampo para poder competir con el Bayern, quien, a su vez, relajó la marcha consciente de lo corto de su plantilla por las lesiones y de que el partido estaba resuelto.

El Porto adelantó líneas, dio paso a Neves y repobló el mediocampo para poder competir con el Bayern

Brahimi metía un centro venenoso al 53' que Badstuber despejaba y Lewandowski daba la respuesta al 56' con un derechazo seco que se iba cerca del larguero. Bernat rebotaba un disparo en la defensa al 59' y Badstuber cabeceaba desviado al 61' tras un cobro de esquina de Xabi Alonso. Herrera desbordaba a Bernat al 67' y metía un centro peligroso que alcanzaba a rechazar Badstuber y, luego, Jackson Martínez daba su primer aviso a Neuer al 69' con un derechazo flojo que rebotaba en Boateng y llegaba manso a las manos del meta bávaro.

Con el Porto encimando y el Bayern buscando dosificar, los dragones encontraban el descuento al 72', tras una gran acción de Héctor Herrera, quien desbordaba a Bernat y centraba a segundo poste par a la llegada de Jackson Martínez para definir a puerta vacía y de cabeza. Tras el descuento, el propio Martínez encontraba una gran acción individual sobre Boateng y Badstuber pero su disparo se iba apenas rozando la base del poste izquierdo de Neuer. El Porto asustaba con su gol. Pero, rápidamente, el mediocampo bávaro volvía a replegarse y mermó así la efervescencia momentánea de los lusitanos, evitando una debacle mayúscula y manteniendo el control del partido a pesar de los breves minutos de reacción del equipo de Lopetegui.

Lewandowski sacaba una media vuelta increíble al 78' pero, como en el disparo de Jackson, su intento se iba rozando la base del poste izquierdo y no aumentaba el marcador. Rode y Weiser ingresaban en los últimos diez minutos y, con dichos cambios, Guardiola refrescaba la zona media y adelantaba un extremo de gran velocidad, con lo que Marcano, Maicon y Martins Indi frenaron su adelantamiento y buscaron apoyo en Casemiro para evitar una mayor goleada. A pesar de eso, Evandro tuvo un desborde peligroso al 83', pero Xabi Alonso llegaba oportuno al recorte, complementado por Badstuber en el rechazo.

Pero hacía la falta la cereza al pastel y Xabi Alonso la colocaría sobre el final

Pero hacía la falta la cereza al pastel y Xabi Alonso la colocaría sobre el final. Fue en un tiro libre al 87', tras una gran recuperación de Müller por derecha y una jugada individual excepcional de Thiago que era bajado por Maicon. El mediocentro español, cuyos goles con el Bayern han sido todos de tiro libre, tomaba el esférico y colocaba el balón al primer poste con una exquisitez y precisión propias de su categoría para hacer olvidar su error en Portugal en el primer gol del Porto en la ida. Golazo de Xabi Alonso y la celebración se hacían sentir en Múnich. El Bayern caminaba a semifinales. El Porto, por su parte, entendía que hay mucho que aprender antes de desafiar al poderío de un equipo entregado a la Fe en su historia y tradición.

La Fe del 'We Believe in Bayern' inundó todo Allianz Arena y los jugadores lo hicieron real

El partido llegaba así a su final, no sin antes ver como Fabiano rechazaba una serie de rebotes en el área ante los intentos de Rode y Lewandowski y firmar otro 7-1 para el Bayern en esta temporada de Champions League. Con el pitazo final la fiesta estallaba y las lágrimas se hacían sentir en los jugadores del Porto. El Bayern despedazaba a un rival que lo hizo ver débil, flojo y traslúcido apenas siete días antes. Sin embargo, las grandes citas son para las grandes figuras y toda la oncena del Bayern mostró su mejor concierto este día. La Fe del 'We Believe in Bayern' inundó todo Allianz Arena y los jugadores lo hicieron real. La Fe hizo posible lo impensable y concretizó lo inimaginable en un partido que toda la afición bávara recordará. Por ahora, todo es fiesta en un equipo que se prepara para conquistar el título de liga y quiere sumar el de Europa y el de Copa a su vitrina de esta temporada.