El derbi de la Cuenca del Rin se saldó con un empate tras un partido en el que los dos equipos tenían más miedo a perder, que a ganar. Durante la primera parte el partido fue un constante ir y venir de un área a otra, sin que se llegara a provocar una ocasión clara de gol. La única ocasión peligrosa fue un penalti para los visitantes. La segunda mitad del encuentro fue totalmente diferente con un Colonia que salió desde el inicio con la intención de llevarse el partido, pero este tuvo un desarrollo diferente.

El miedo a perder

Los primeros minutos del encuentro fueron para el conjunto local, realizando transiciones rápidas para sorprender a la adelantada defensa del Leverkusen. Pero el control del juego del Colonia se convirtió en un espejismo ya que con el paso de los minutos la iniciativa pasó a ser del Leverkusen. El juego de los visitantes no era vertical, pese a que trataban de llegar a la portería rival con desplazamientos en largo a Kiessling, y que este buscara una segunda jugada, aprovechando la velocidad de Bellarabi y Son.

Mediada la primera parte los locales volvían a plantar cara al partido y llegaban a la portería de Leno, pero sus ofensivas no finalizaban con disparos a puerta. Los dos conjuntos parecía que se jugasen mucho y que no llegaban a arriesgar. Se sentían muy cómodos con el buen planteamiento defensivo, y parecía que trataban de buscar el fallo de los rivales para ellos para ellos aprovecharse.

Cuando el partido estaba llegando a los últimos minutos y ninguno de los equipos parecía tener la intención de querer adelantarse en el marcador, Kiessling se inventó un penalti en una jugada dentro del área. Calhanoglu se encargó de la pena máxima, pero no realizó un gran lanzamiento, e hizo que Horn pudiera detener la única oportunidad hasta el momento de los dos equipos de adelantarse.

En los últimos instantes del encuentro, el Bayer Leverkusen trató de sobreponerse al penalti fallado e irse al descanso con el marcador a favor, pero el entramado defensivo que el Colonia propuso, hizo que se finalizara con un marcador sin goles. Una primera parte en la que el único disparo a puerta entre los dos equipos fue el penalti lanzado por Calhanoglu.

Colonia aprieta pero no ahoga

El inicio de la segunda mitad fue muy semejante al de la primera con los locales volcados al ataque, llegando a tener varias ocasiones de adelantarse en el partido. El Leverkusen parecía verse superado por los locales, y Schmidt comenzó a realizar cambios, tratando de dar a su equipo mayor presencia en el ataque.

Cuando el conjunto de la ‘aspirina’ se encontraba en sus peor momento, llegó el gol que les adelantaba en el marcador. Un gran gol del recién salido al campo, Julian Brandt, que sentaba como un jarro de agua fría a los locales.

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Tras los cambios realizados por el Leverkusen, estos perdieron efectivos en el centro del campo, lo que hizo que el Colonia siguiera controlando el juego, a falta de un gol que les hiciera igualar el encuentro. El Leverkusen intentaba aprovecharse de la adelantaba defensa rival para sorprender con desplazamientos a la espalda de los mismos. Pero los extremos como Bellarabi y Brandt no estaban muy acertados, no conseguían sobrepasar la línea defensiva.

En el minuto 83 llegó la recompensa a los buenos minutos que estaba realizando el Colonia con un gol. Un centro desde el medio del campo, fue bajado al punto de penalti por Ullah y Finne consiguió deshacerse de su marcador para marcar un gol a escasos metros de la portería. Tras el gol, el Colonia siguió presionando a su rival para tratarse de llevar la victoria, teniendo varios acercamientos ante la portería de Leno.

El derbi del Rin finalizó con el resultado de 1-1 en el que la primera parte ninguno de los dos equipos fue superior al otro, aunque el Leverkusen pudo adelantarse, sino fuera por el penalti fallado por Calhanoglu. Y la segunda parte fue para un Colonia que pese a verse por detrás en el marcador a los pocos minutos, no le perdió la cara al partido, logró empatar, incluso tuvo la oportunidad de llevárselo.

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Sobre el autor
Manuel Vaquero Rodríguez
Apasionado del deporte rey. Disfruto con todo lo que tenga que ver con el fútbol, ver, escuchar, jugar, escribir. Entrenador de fútbol base, disfruto enseñando, pero más aprendiendo. Un buen entrenador es aquel que se hace así mismo, de campos de tierra a grandes estadios. Amante del fútbol internacional y poder descubrir jugadores desconocidos.