Hay pesadillas que llegan a transofrmarse en maldiciones. Acontecimeintos tan traumáticos que no se dignan a vivir en una sola ocasión, sino que parecen repetirse una y otra vez como círculos infernales en los que un alma esperanzada puede consumirse. Justamente ese tipo de 'maldiciones' (término no muy aceptado en la jerga futbolística) es la que precisamente volvió a vivir el Bayern de Múnich al caer 0-2 en la tanda de penales ante el Borussia Dortmund, luego de un 1-1 en los 120 minutos firmado por Lewandowski y Aubameyang. Los bávaros erraron sus cuatro cobros y vieron como Gündogan y Kehl acertaban los suyos y, a pesar de que Neuer tapó el disparo de Hummels, el propio guardameta lanzó su posterior intento al travesaño, con lo que el Bayern queda fuera de la final de la DFB Pokal y pierde así el sueño de repetir el triplete histórico. Nueva caída en penales. Nueva caída en Allianz Arena. Nueva caída de la forma más dolorosa posible.

La sinfonía del fútbol alemán en su "Ópera-Rock"

El partido arrancaba con los equipos lanzando sus mejores piezas al campo. Benatia ocupaba el lugar de Dante y Weiser recibía la confianza de Guardiola para arrancar de titular. Por su parte, Aubameyang era el enviado al frente con Reus y Kawaga como escuderos y encomendándole a Bender y Gündogan la lucha en la zona media contra Xabi Alonso, Thiago y Lahm. La única novedad era la de Langerak en el arco borusser, tras conocerse la lesión de Weindenfeller.

El partido arrancaba su sinfonía a tambor batiende y con el tempo sumamente alto por parte de ambas orquestas

El partido, con un ambiente digno de un 'Der Klassiker', arrancaba su sinfonía a tambor batiende y con el tempo sumamente alto por parte de ambas orquestas. Müller se escapaba ya de Hummels al primer minuto y Reus disparaba a puerta de Neuer al 2', pero la batalla comenzaba a librarse en ambas áreas, con dos equipos saltando líneas y buscando la verticalidad para sorprender al rival. Weiser intentaba profundizar al 8' y Müller sorprendía a todos con un cabezazo que se iba apenas desviado al 12', llevando peligro a la puerta de Langerak y desplazando el control del balón sobre territorio rival.

Müller y Lewandowski generaban una pared en el área que Hummels llegaba oportuno a cortar al 17' y, al 19', nueavemente Hummels cerraba una gran acción individual de Weiser, que dejaba a Schmelzer y Sokratis en el camino. Benatia cabeceaba desviado al 22' y Aubameyang scaba un disparo peligroso al 22' tras un mal rechazo de Xabi Alonso. El Bayern empujaba y generaba fútbol con autoridad hasta que, al 29', un trazo largo de Benatia encontraba mal parada a la defensa dorada tras el cobro del córner. El balón llegaba solo a Lewandowski quien se escapaba y disparaba por encima de Langerak. El balón se estrellaba en el poste izquierdo, pero el polaco seguía la jugada, capturaba el rebote y definía a puerta vacía para abrir el marcador.

El Bayern dominaba y el Dortmund intentaba reaccionar

Con el gol, el control del Bayern se incrementó a pesar del adelantamiento de líneas del Borussia Dortmund en un intento de nivelar rápidamente el marcador. Reus se movía entre líneas y buscaba a Kawaga al 32', pero Benatia y Boateng cerraban de gran forma la jugada. Luego, al 35', Schmelzer trepaba por izquierda y conectaba un centro largo que ni Reus ni Aubameyang alcanzaban a rematar. La respuesta bávara la colocaba Lewandowski al 43' al pescar de primera intensión y de volea un envío largo de Benatia y tomar salido a Langerak, pero el balón pasaba rozando el poste izquierdo para fortuna del meta borusser.

El primer tiempo cerraba con un partido perfecto del Bayern. Benatia y Boateng controlaban las contras rivales, mientras que Thiago le daba la fluidez al equipo para que Weiser y Bernat profundizaran por las bandas, mientras que Müller y Lewandowski generaban peligro sobre el área. El Bayern dominaba y el Dortmund intentaba reaccionar. El camino parecía trazado para la ilusión del triplete. Pero, en la Bundesliga, cuando tienes la oportunidad de matar y no lo haces, siempre terminas pagándolo muy caro.

Quince minutos rojos por treinta dorados

El segundo tiempo no mostraba mayor diferencia al primero. El Dortmun adelantaba líneas, presionaba la salida, pero el Bayern encontraba la forma de salir jugando con balón dominado o adelantando líneas con Lewandowski o Müller como postes receptores. En una de esas acciones, Thiago logró sacaras a Gündogan y orquestar el ataque para que Lahm cediera sobre la banda a Weiser y este, a su vez, mandara un balón a segundo poste que Müller controlaba y remataba de zurda a manos de Langerak. Sin embargo, al 51', un error en la salida bávara dejaba solo a Reus ante Neuer, pero su disparo era bien recortado por el regreso oportuno de Rafinha.

El lateral zurdo del Dortmund tocó claramente el balón con su mano derecha para interrumpir la jugada

El partido se mantenía en su exquisitez táctica y en el dominio bávaro hasta que, al 56', un enorme contragolpe de Bernat le permitió sacarase a Durm y Bender de encima y enfilar hacia la puerta de Langerak. El español, inteligentemente, aguantó el empuje y cedió para Lewandowski, quien hizo el control orientado con derecha y remato de zurda, pero el intento impactó contra el larguero. El rebote lo tomaba Thomas Müller, quien se sacaba a Schmelzer de encima y, cuando enfilaba solo ante Langerak, el lateral zurdo del Dortmund tocó claramente el balón con su mano derecha para interrumpir la jugada, a lo que Gagelmann no sancionó nada y dejó continuar las acciones.

La acción fue reclamada por todo Allianz Arena. Incluso Guardiola saltó rápidamente para exigir la pena máxima ante la clara mano de Schmelzer, algo que había sucedido también en el primer tiempo, pero no con la claridad con que se producía esa acción. El partido regresó a la normalidad aunque, curiosamente, tras esa jugada, el Bayern perdió parte del control que había mantenido del partido y comenzó a dejar que el Dortmund se encimara peligrosamente a su área sin poder reaccionar de buena forma al contragolpe.

El Bayern perdió parte del control que había mantenido del partido y comenzó a dejar que el Dortmund se encimara peligrosamente a su área

Tras la jugada, Thiago lo intentaría al 60' desde fuera de área y Bernat haría lo suyo desde la izquierda al 63', antes de que Aubamayenag conectara un cabezazo a manos de Neuer al 65' y Reus no pudiera encontrar a Kagawa al 68'. Viendo la explosividad que ganaba cada vez su rival, Guardiola pensó que era hora de darle el lugar a Robben, quien regresaba de una lesión, en sustitución de Thiago Alcántara, que quedaba resentido de su muslo derecho tras un choque fuerte con Hummels. El partido daba vistos de ganar verticalidad y vértigo, sin embargo, Robben no encajaba de la mejor manera y el Bayern perdió toda noción del balón, algo que terminó costándole la ventaja.

La jugada llegó al 74', tras un despiste defensivo entre Rafinha y Weiser, que le permitió a Mkhitaryan, recién ingresado, penetrar por el sector izquierdo. El armenio mandó un centro largo que se fue pasado del despeje de Boateng o del cierre de Reus, pero que era bien aprovechado por Aubameyang que se barría aflictivamente para conectar con el balón. El disparo salió hacia puerta y tomó mal parado a Neuer, quien aún así alcanzó a reaccionar para intentar despejar el balón pero éste ya había cruzado la línea de gol y colocaba la paridad en el marcador.

El empate fue la reacción total del Borussia Dortmund. La ola dorada se vino sobre la puerta bávara, la cual se encomendó a la mejor versión de Manuel Neuer para evitar la caída en los minutos finales del tiempo reglamentario. Mkhitaryan exigía a Neuer desde fuera de área al 79' y, al 81', era Marco Reus quien penetraba por entre Benatia y Boateng y scaba un disparo de derecha que el meta bávaro tapaba de excelente forma y salvando la puerta de su equipo de una caída colosal. Al 84', Reus volvía a comerse a la defensa local y conectaban un disparo curzado que Neuer reaccionaba a tiempo para mandar a tiro de esquina y Boateng al 87' llegaba a tiempo para cerrar una acción que dejaba solo a Mkhitaryan ante Neuer.

El empate fue la reacción total del Borussia Dortmund

El partido cerraba con un leve intento del Bayern por empujar a base de centros a su rival, pero Schweinsteiger, recién ingresado, no lograba pescar ninguno y Lewandowski mandó por encima de portería el único que pudo interceptar. Con esas acciones, se cerraba el tiempo reglamenterio y se venía el alargue en un partido digno de un 'Der Klassiker', con emociones desbordadas, polémica, fútbol exquisito y la única nota negra de una nueva lesión de Robben, quien dejó su lugar a Götze, luego de apenas haber tocado el balón. El holandés no mostró estar en su mejor forma y su ingreso terminó con una recaída de su lesión.

La maldición comienza con Schweinsteiger

Para el alargue, Klopp daba paso a Kampl para imprimirle velocidad a su ataque y a Kehl por Bender para refrescar su zona media, mientras Guardiola se limitaba a reorganizar su línea defensiva a una de cuatro defensores con Rafinha de vuelta al lateral derecho. El extratiempo iniciaba con un centro raso de Lewandowski al 91' que Götze no podía interceptar y un pésimo control del héroe del Maracaná al 95', que permitía la reacción rápida de Hummels.

Para entonces, el Dortmund pareció diluirse y perder todo rastro de intensidad. Como si las fuerzas los abandonaran, el equipo de Klopp optó por replegarse en su sector y aguantar lo más que pudiera las embestidas bávaras, confiando en alguna genialidad de Reus o Aubameyang en el frente de ataque. Por su parte, el Bayern adelantaba líneas y encontraba un cabezazo de Benatia al 98' que se iba apenas desviado y un clarísimo centro de Xabi Alonso, al 100', que era capturado por Schweinsteiger solo ante Langerak, pero el cabezazo de 'Fussballgott' se iba apenas encima del larguero ante la incredulidad en la mirada de los bávaros.

El Bayern encimaba y veía en la cabeza de Schweinsteiger la posibilidad de evitar los penales

El Bayern encimaba y veía en la cabeza de Schweinsteiger la posibilidad de evitar los penales, sin saber que el desaciaerto iniciaría justamente en esa ruta. Para mayores problemas de Klopp, Kampl perdía la concentración y generaba una falta infantil que derivaba en su expulsión. Con diez hombres, el Dortmund renunció por completo al ataque y dejó que el Bayern hiciera el trabajo de venir y acorrarlarlos llegando incluso a parar a Boateng y Benatia en tres cuartos de cancha del equipo dorado, en una clara muestra de deseo por evitar la pena máxima.

Pero, como empezaba a notarse, la cabeza de Schweinsteiger no era la mejor vía y, al 112', un nuevo centro de Bernat desde la izquierda encontraba solo a Schweinsteiger en punto penal, quien cabeceaba hacia abajo y cuando el balón batía ya la resistencia de Langerak, fue lo último del botín izquierdo del meta australiano lo que terminó por desviar la trayectoria del esférico y sacarlo por línea final para el asombro de todo el Allianz Arena. 'Schweini' se disponía a gritarlo, la gente empezaba a corearlo, pero Langerak terminaba por taparlo. Era un mal presagio. Era un mal recuerdo. Era la realidad.

El extratiempo cerraba con una nueva polémica al 116', tras un centro de Boateng que Lewandowski anticipaba pero encontraba también el puño de Langerak sin que Gagelmann decretara el penal. Un nuevo reclamo airoso se produjo por parte del Bayern, mientras Lewandowski quedaba desorientado a causa del golpe. Las acciones se reanudaron sin cobro alguno y el Bayern ya no encontró más que dos aproximaciones peligrosas de Götze y Weiser por las bandas sin generar un mayor peligro. La historia nos enviaba a los aterradores doce pasos de Allianz Arena, que ya le habían amargado una noche de gloria a su propio equipo.

La historia nos enviaba a los aterradores doce pasos de Allianz Arena, que ya le habían amargado una noche de gloria a su propio equipo

Con el sorteo realizado, el primero en ubicarse en punto penal era Philipp Lahm. El gran capitán, con toda su experiencia y calidad, resbalaba en su cobro y su tiro terminaba por irse totalmente por encima de la portería de Langerak. En respuesta, Gündogan engañaba por completo a Neuer y firmaba la ventaja para los borussers. El segundo en cobrar era Xabi Alonso pero, como si de un acto maquiavélicamente demoníaco se tratara, el español resbalaba de la misma forma y ejecutaba de igual manera que Lahm su disparo, para que Kehl colocara de gran categoría el 0-2 en penales y comenzara a cavar la tumba del 'RédkorMeister'.

Era el turno para Mario Götze, quien pareció preocuparse más de no resbalar como sus antecesores y conectó su suave y muy anunciado disparo a la derecha de Langerak que el meta australiano tapó de gran forma. Sin embargo, Neuer daría una luz de esperanza a su equipo al tapar el cobro de Hummels y revivir las aspiraciones de los locales. Con 0-2 abajo, Neuer tomaría el balón para ejecutar el cuarto disparo, sabedor que un fallo suyo era la eliminación de su equipo. El destino es cruel cuando queire serlo y, paradójicamente, Neuer estrellaba su balón al larguero ante la mirada incrédula de todo Allianz Arena y provocaba la euforia total en Jürgen Klopp y sus jugadores. Cuatro cobros, cuatro fallos. El destino se carcajeaba de una nueva desgracia bávara ante su gente.

Xabi Alonso fue uno de los que resbaló al momento del cobro. // (Foto de fcbayern.de)

El lamento local era evidente. Las lágrimas comenzaron a rodar en el equipo de Guardiola y en el catalán mismo. Schweinsteiger se postraba en el césped así como lo hiciera aquella fatídica noche de Champions League ante el Chelsea de Di Matteo. Los doce pasos no son una ruta a la Gloria en Allianz Arena para el Bayern. Son una puerta al infierno. El Dortmund, por su parte, celebraba a todo pulmon su triunfo y veía en Berlin la posibilidad de cerrar el ciclo de Klopp, uno de los más fantásticos de su historia, con un título de Pokal que premiara todas las alegrías que el entrenador alemán ha entregado a su gente. El Bayern cierra así sus posibilidades de triplete y el Dortmund abre su vía hacia la Europa League. Las noches más tristes pueden vivirse en casa. Las tristezas más amargas también pueden quedar a solo doce pasos de nuestros destinos. Así de cambiante es la vida. En el fútbol, también lo es así.