Hertha de Berlín y Borussia Mönchengladbach protagonizaron un partido vibrante y con alternativas en el que cualquiera pudo salir victorioso. Finalmente los visitantes que llevaron la iniciativa durante la mayor parte del partido, se acabaron llevando los tres puntos gracias a un eléctrico y desequilibrante Ibrahima Traoré.

Dominio del balón pero no del partido

El partido en el Olímpico de Berlín comenzó muy disputado y sin un dominador claro. Ningún equipo tomó las riendas del partido y cobró protagonismo hasta el cuarto de hora de juego. Pero antes, tras diez minutos sin ocasiones reseñables para ninguno de los dos equipos, Kruse abrió la lata para los visitantes. Los visitantes presionaron la salida de balón de los chicos de Dárdai y Raffael asistió tras robar el balón para que el dorsal número diez del Borussia Mönchengladbach estableciera el 0-1 en el marcador.

No duro mucho la alegría en el bando visitante, sin apenas tiempo de apreciar las reacciones en ambos equipos Valentin Stocker logró el empate para los locales. Haraguchi centró desde la banda y Kalou remató al larguero un balón que el suizo mandó al fondo de la red en el rechace. A raíz de este gol el Hertha se situó en el partido y comenzó a esperar bastante replegado al Borussia. Comenzó a provocar errores en la salida de balón visitante y como consecuencia de estos errores llegaron las ocasiones. La primera la tuvo Stocker pero Sommer desvió el disparo a córner.

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El Borussia no tardó en responder y Xhaka lo intentó desde fuera del área. Sin embargo, Kraft que estuvo muy bien durante todo el partido despejó el disparo. Los locales consiguieron seguir robando balones cuando los visitantes elaboraban y siguieron gozando de ocasiones. Tras un rechace, Pekarik disparó desde la frontal en una posición algo escorada y su disparo se marchó demasiado cruzado.

Tras dos ocasiones clarísimas de Xhaka, un remate de cabeza al larguero en posición anti reglamentaria y un mano a mano con Kraft que envió directamente fuera tras el robo de Fabian Johnson, terminó un primer tiempo en el que el Borussia Mönchengladbach dominó la posesión de balón pero el Hertha de Berlín domino el partido y su contexto.

Con la ruptura del partido se impuso calidad

En el inicio del segundo envite el Hertha de Berlín aprovechando que era el equipo local salió espoleado por su público a por el partido. Durante los primero diez minutos arrolló a su rival pero no consiguió concretar ocasiones claras y su tiempo como dominador se resume en un disparo a la media vuelta de Salomon Kalou que Sommer atrapó sin problemas.

Una vez pasados esos primeros diez minutos, se volvió al contexto de partido vivido en la primera parte. Un Borussia Mönchengladbach que dominaba el balón se veía incapaz de desenredar la tela de araña que habían tejido los locales replegados atrás. La única diferencia apreciable para superar este obstáculo propuesto por el Hertha, era que tanto Kruse como Raffael bajaban para participar en la elaboración del juego. Sin embargo, gracias a que los centrales salían persiguiendo a los delanteros rivales y que las ayudas y las coberturas compensaban esas salidas el Borussia seguí sin conseguir atravesar la barrear defensiva.

Johnson lo intentó de falta directa pero su disparo se marchó rozando el palo. Kruse y Xhaka lo intentaron desde la lejanía pero en ambas ocasiones el disparo se marchó demasiado cruzado. En la única ocasión que el Gladbach consiguió atravesar la defensa local, Langkamp reaccionó a tiempo y consiguió arrebatarle la ocasión a Kruse.

En el último cuarto de hora del partido el encuentro se rompió y Lucien Favre introdujo a Ibrahima Traoré que acabó siendo determinante. Tan determinante como Sommer, que primero detuvo el disparo de su compatriota Stocker y luego cuando tras una contra del Hertha dirigida por Ronny se adelantó a Raffael para llegar antes al balón y salvar a su equipo. Del posible 2-1 se pasó al 1-2 definitivo. Traoré cogía el balón y tras conducir hacia dentro acomodaba con el interior el balón al segundo palo.

El partido acabó con Ibrahima Traoré aprovechando los espacios y haciendo estragos en la defensa del Hertha. Fruto de sus acciones llegaron las últimas ocasiones en las que ni Kruse ni Hazard consiguieron sentenciar el partido.