Arrancó por fin la Bundesliga tras el verano y el Schalke visitaba un campo complicado en la primera jornada, nada más y nada menos que el Weser-Stadion de Bremen para enfrentarse ante el Werder, con la intención de conseguir fuera de casa, los puntos que el año pasado se le escapaban. Para este primer choque André Breitenreiter  salía con todo, Huntelaar, Draxler, Choupo-Moting y el nuevo fichaje, Di Santo, que volvía a la que fue su casa entre pitos de los aficionados.

El encuentro comenzó bien para los visitantes, que dominaban con claridad al Werder, muy encerrado atrás y sin grandes armas ofensivas cuando recuperaba el balón. En este inicio Choupo-Moting monopolizó el ataque de los suyos y llevó peligro en todas las acciones en las que el cuero pasaba por sus botas. Suya fue la primera ocasión con un disparo con su pierna izquierda que se marchaba lejos por encima del larguero. Tan solo un minuto más tarde, Huntelaar iba a tener la ocasión más clara pero Mulongoti, más rápido que él, le birlaba la pelota cuando el holandés se disponía a chutar en el mano a mano.

Lesión de tobillo de Nastasic

Con el partido controlado, llegaba la peor noticia para André Breitenreiter, la lesión de su central Nastasic, que en una acción defensiva clavaba su tobillo y quedaba tendido sin poder apoyar si quiera el pie en el terreno de juego. La lesión enfrió un poco el choque, pero los visitantes seguían dominando con claridad y tenían las ocasiones más claras para poder abrir de una vez por todas el marcador.

Primero era Huntelaar el que no llegaba por poco para rematar a bocajarro y después era Goretzka el que soltaba un latigazo obligando a Wiedwald a emplearse a fondo para mandar el cuero a córner. No obstante, con las cosas que tiene el fútbol, tras tantas jugadas falladas por los visitantes, era Gebre Selassie el que introducía el balón en su propia portería tras fallar en el despeje, para adelantar al Schalke, de manera justa, antes del descanso.

El Werder domina tras el intermedio

Con la misión de mejorar la pobre imagen dada en la primera mitad, los locales salieron a dominar, ayudados por la desidia que muestra el Schalke en muchos tramos del partido, y que le pudo costar caro, en varias ocasiones claras de los de Bremen, incluido un mano a mano que salía rozando el palo izquierdo del guardameta visitante.

Pero al ataque local, respondía su rival con un ataque peligroso e incluso con un gol. Primero era Huntelaar el que fallaba en el mano a mano gracias a la buena actuación del cancerbero del Werder, y después, como broche a su gran partido era Choupo-Moting el que no perdonaba, gracias a un gran pase de Matip entre líneas que el habilidoso jugador controlaba de manera excepcional y colocaba con la izquierda ante la salida del portero, dejando sentenciado un encuentro al que ya no le quedaba mucha historia.

Con todo el Werder volcado e incluso Gálvez de delantero, el Schalke aprovechó para poner la puntilla aprovechando la vertiginosa velocidad de Sané. Balón repelido de un córner que llegaba para el habilidos extremo, que conducía hasta dejar un regalo a Huntelaar para que el holandés, en el mano a mano, resolviera con la calidad propia de él y dejara el choque con un inapelable 0-3.

Victoria fácil del Schalke en su visita a Bremen, en un choque que André Breitenreiter probablemente pensaría que iba a ser mucho más competido. Buena imagen de los visitantes que se mostraron como un equipo muy serio y con mucha pólvora arriba. Por otro lado los locales, deberán mejor mucho su juego de cara a próximos partidos, sobre todo en su faceta ofensiva donde hoy no se dejaron ver en todo el encuentro. 

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Sobre el autor
Manu Méndez Rodrigo
Apasionado del deporte. Fútbol español, internacional y NBA.