Después de una intensa jornada intersemanal, la Bundesliga volvía a escena con el enfrentamiento entre Colonia e Ingolstadt, que inauguraría la séptima jornada del campeonato. Un partido ineresante de la zona media de la clasificación, entre dos clubes muy igualados, que habían calcado sus resultados en los seis rimeros choques. Además, ambos conjuntos venían de perder su partido de entre semana, ante Hertha y Hamburgo respectivamente, lo que sumaba aún mayor trascendencia al choque.
Fútbol germánico
El encuentro arrancó muy intenso y ya desde pronto quedó claro que se vislumbraría un partido muy germánico. Dos equipos fuertes, intensos y aguerridos, en un choque muy abierto, donde el juego directo sería se abriría paso incesante. En esa línea, arrancaron mejor los locales. Con un Risse muy participativo desde la derecha y Modeste bajando todos los balones que sobrevolaban su zona, los carneros no tardaron en encimar al Ingolstadt. Su idea de juego era más bien básica: balones directos, aperturas a banda y centros continuos. Un hecho que no restaba eficacia.
Dos equipos fuertes, intensos y aguerridos, en un choque muy abierto de juego directoTras un aviso de Osako, Modeste pondría tierra de por medio en el marcador muy pronto, en el diez de la primera mitad. El omnipresente Risse subió su costado, centró al área, Matip resbaló y el tanque francés cabeceó inapelable dentro de la portería. El Colonia, dominante hasta el momento, hacía bueno su plan. Con el tanto, el Ingolstadt se vio obligado a dar un paso al frente. Los visitantes tampoco desarrollaron un juego excesivamente elaborado, teniendo en las salidas rápidas tras pérdida su gran arma.
Solo diez minutos después del tanto de Modeste, un saque de esquina permitiría a los bávaros empatar el partido. Levels la puso en el corazón del área, la mala defensa zonal del Colonia dejó solo a Matip y el central se resarció de su resbalón en el primer tanto con otro cabezazo inapelable. Vuelta al comienzo. El empate igualó mucho las tornas y el encuentro se estabilizó. El Colonia lo intentaría un poco más (siempre con la misma idea), pero acabó acusando su falta de precisión en la creación. Por su parte, el Ingolstadt gozaría a la contra de alguna otra opción, pero no surtió y el encuentro se marchó al descanso.
Sin brillo
El segundo tiempo comenzó del mismo modo que lo hizo el primero. O al menos eso pareció en un principio. El Colonia quería llevar el peso del partido y salió a dominar, nuevamente, con las constantes y peligrosas subidas de Risse por banda. Subidas que, todo sea dicho, no siempre daban con la mejor opción. No obstante. Ese punch inicial del Colonia se disolvería en un corto espacio de tiempo, volviendo el encuentro a las andadas del final de la primera mitad: pocas ideas, ataques muy neutros y simples, y defensas muy bien plantadas, desprovistas de cualquier sufrimiento.
Pocas ideas, ataques muy neutros y simples, y defensas muy bien plantadasJugando en casa y ante un recién ascendido, parecía lógico que el cuadro renano fuera el que mostrara más urgencias por ganar, sin embargo, esa sensación acabó por desvanecerse. Sin nadie que pusiera esa chispa en ataque, ese punto de calidad, el Colonia fue plano, y el Ingolstadt apenas sufrió en lo que restó de encuentro. Los cambios no surtieron efecto y solo al final, tras una jugada a balón parado, Osako pondría el “uy” en las gradas. El Ingolstadt, que se dedicó a esperar y hacerse sólido atrás, tuvo un final plácido y el choque murió en su segunda mitad con muy poquito que echarse a la boca.
Empate 1-1 entre Colonia e Ingolstadt en un partido en clara línea descendente. Tras un inicio fulgurante de ambos, con goles, alternancia y vértigo, la situación se estabilizó y el choque fue perdiendo nivel paulatinamente. Nadie fue capaz de poner algo de magia en la sosa noche en Colonia y las defensas de ambos equipos lograron llevarse el gato al agua. Empate justo entre dos equipos que demostraron tener, a día de hoy, argumentos muy similares.