El Borussia Dortmund volvió a enfrentarse a un Paderborn con el que solo tenía los precedentes de los dos encuentros de la pasada temporada: un empate a dos goles en la primera vuelta y una victoria por 3-0 de los hombres entonces entrenados por Jürgen Klopp. Esta vez el escenario del encuentro fue la segunda ronda de la DFB Pokal en un Signal Iduna Park lleno y con un ambiente digno de las grandes noches. El equipo no falló y regaló a la afición un triunfo apabullante ante un conjunto visitante que no gozó de mucho protagonismo.

Como podría esperarse, el partido empezó con un Borussia Dortmund que buscaba adueñarse de la posesión para poder controlar el juego e imponer su estilo, amasando la pelota y buscando combinaciones en ataque casi posicional hasta poder encontrar el hueco. Sin embargo, en los primeros compases el equipo de Tuchel dominó el balón pero no generó ninguna ocasión seria, a diferencia de un Paderborn que dispuso de una sola llegada pero que obligó a Bürki a actuar en dos ocasiones para evitar el tanto visitante. Llegados al cuarto de hora, Mkhitaryan finalizó una jugada con muchos recortes dentro del área con un disparo blando que atrapó el guardameta visitante Kruse. El Paderborn dispuso de una réplica una jugada después pero de nuevo el meta borusser atajó un disparo desde la derecha.

El show de Gonzalo Castro deja un error en anécdota

A partir de esa doble ocasión por parte de los dos conjuntos, el partido entró en una fase de más calma cuando los aurinegros consiguieron dominar el ritmo de juego. Los jugadores del Paderborn esperaron atrás su momento de lanzar la contra y, en algunos instantes, dieron síntomas de una presión adelantada para complicar a los locales jugar en campo contrario. En el minuto 20, la presión tan adelantada llegó hasta Bürki, que sucumbió ante Lakic, quién aprovechó un intento de recorte del meta suizo para robarle el balón y poner el 0-1.

El Borussia Dortmund no se vino abajo e intentó, lo antes posible, rehacerse del error. Dos minutos después del tanto visitante, Kagawa finalizó una jugada de combinaciones rápidas con un disparo alto. En el minuto 25, Gonzalo Castro rompió la espalda de toda la defensa con un pase profundo para Adrián Ramos, que se estrenaba como titular. El colombiano recogió el pase en la frontal del área, dribló al portero con mucha rapidez y puso el empate en el luminoso. Cinco minutos más tarde, Gonzalo Castro volvió a ser el protagonista de una jugada que acabó en gol para las abejas: recogió un mal rechace en el punto de penalti y, con una bolea algo mordida, batió a Kruse para culminar la remontada. Poco antes del descanso, de nuevo el centrocampista alemán con raíces españolas regaló un gol tras una combinación con Kagawa. Castro la cedió de tacón y arrastró a los defensas para que el japonés se encontrara solo y batiera a Kruse picando el balón.

Somnífero empache de goles

En la segunda mitad poco a destacar debido a un conjunto borusser que se convirtió en una máquina de destrucción que anuló cualquier intento de rehacerse del Paderborn. Los visitantes nada pudieron hacer ante un conjunto aurinegro que dominó el encuentro de cabo a rabo. Nada más empezar el segundo tiempo, un disparo alto de Ginter demostró que, a pesar de ir 3-1, las abejas querían dar espectáculo. En el minuto 54, Ginter provocó un penalti claro que Gündogan transformó de manera magistral en el 4-1. Pocos minutos después, Gonzalo Castro cerró su mejor partido anotando su segundo tanto de la noche tras recoger un balón de Gündogan en la frontal del área.

Con el 5-1 en el electrónico, el Paderborn desapareció por completo del verde del Signal Iduna Park. Conscientes de que el partido tenía un claro color aurinegro, tanto el conjunto local como el visitante bajaron los brazos y redujeron varias marchas. El Paderborn pudo, entonces, acercase a las inmediaciones de Bürki, pero la falta de acción ofensiva y el buen papel de la defensa borusser hicieron inútil cualquier llegada. A pocos minutos para concluir el partido, Mkhitaryan se inventó un recorte en la banda izquierda del área para poner el balón al segundo palo, donde Piszczek solo tuvo que empujar el balón para poner el 6-1. Un minuto después y en una jugada calcada pero desde la banda derecha, el polaco y el armenio se intercambiaron los papeles para poner el definitivo 7-1 en el electrónico que reflejaba el claro dominio del Borussia Dortmund en el césped.

VAVEL Logo