El Borussia Mönchengladbach, en una dinámica muy positiva, recibía a un sorprendente Ingolstadt que en este primer tramo de la temporada se está mostrando muy sólido. A priori, los locales y con el público a favor, estaban ante un partido cómodo en el que podían sumar tres puntos más que les diera la victoria número 650 en liga. Sin embargo, los de Lucien Favre fueron superaros por un gran planteamiento de los visitantes que en una gran primera parte merecieron irse por delante en el marcador.

De entrada en el Borussia Mönchengladbach no cambiaba nada, el técnico confiaba en los mismo que en la Champions para conseguir el control del partido y con ello la victoria. Pero el Ingolstadt sorprendió con una inteligente presión sobre la salida del balón de su rival y ahogó desde principio a fin a un Borussia incapaz de buscar más alternativas que el balón en largo. Pronto tuvieron la primera los visitantes por medio de Matip que, tras una gran falta botada, remató desviado cuando Sommer estaba superado tras su mala salida y su resbalón.

El Borussia Park empezaba a despertar con tímidos pitos y Raffael pudo silenciarlos con un mano a mano en el que batió a Ozcan pero que sacó Matip sobre la línea de gol. Y hasta ahí la aparición del Gladbach en la primera mitad. Todo lo demás fue dominio del Ingolstadt que parecía el equipo grande del encuentro. Hinterseer pudo adelantar otra vez a los suyos con un chut desde dentro del área que se fue desviado sobre la portería de Sommer. También lo intentó Morales que, en solitario, la mandaba la mandó lamiendo el poste del cancerbero suizo.  Los locales no eran capaces de estirarse y solo por medio de Traoré daban la sensación de poder crear peligro. Ni Raffael ni tampoco Stindl aparecieron en una primera parte en la que lo mejor sin duda fue el resultado de empate a cero.

Los locales despiertan

La película fue diferente en la reanudación de la segunda parte. El Mönchengladbach se fue decidido a por la victoria y gozó de las mejores ocasiones gracias de nuevo a Traoré que estuvo imparable por su banda izquierda. Suyos fueron los dos primeros centros que no acertaron a rematar ni Raffael ni Stindl. Este segundo gozó de una gran ocasión cuando su remate desde la frontal se fue lamiendo el poste. No paró de intentarle los locales que dieron entrada a Drmic para tener más presencia en el ataque. El Suizo, en jugada personal, se fue del defensa y se la dejó a Johnson para rematara desde dentro del área. El estadounidense sacó un buen remate que sacó la defensa debajo de los palos.

El Ingolstadt no llegó casi a la portería rival pero cuando lo hizo pudo de nuevo anotar algún gol. Sommer despejó mal y tuvo que emplearse a fondo para volar y detener el chut de Morales, muy activo en toda la segunda parte. La entrada de Hazard por un Traoré demasiado cansado, volvió a dar mucha peligrosidad a los locales que lo intentaron incluso después de la expulsión de Xhaka por doble amarilla.

Fue el joven belga el que se adelantó al defensa para chutar a bote pronto y cuando todo el estadio cantaba el gol, Ozcan aparecía para sacar una mano prodigiosa que evitaba el tanto. Fue en el añadido cuando llegó la última del Mönchengladbach otra vez por medio de Hazard al segundo palo, pero esta vez el atacante no acertaba a rematar entre los tres palos. Un punto que celebraron los visitantes pero que dejó un mal sabor de boca en un Borussia que ve como en su gran ascenso se deja dos puntos importantes.

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Sobre el autor
Javier Méndez Rodrigo
Comunicación Audiovisual. Aficionado a la NBA y al fútbol nacional e internacional. El talento sin esfuerzo solo sirve para divertirse.