Fue un partido de continuas alternancias tanto en el juego como en el marcador, y finalmente fueron los de Ernesto Valverde quienes se llevaron el gato al agua. Climatología gélida la que envolvía el WWK Arena. Eso no impedía que el ambiente en las gradas fuese el de una noche importante para la afición local, necesitada de alegrías esta temporada, ya que su equipo no ha arrancado nada bien en Bundesliga y necesitaban aferrarse a seguir disfrutando de la Europa League.

El Augsburgo confiaba en sacar un buen resultado

Se rozó el lleno en el estadio del Augsburgo. Una victoria o incluso un empate se daban por buenos. Pero enfrente estaba el líder del grupo, un Athletic de Bilbao siempre complicado y que venía ofreciendo una buena imagen en la competición europea.

Ambos entrenadores hicieron rotaciones en sus alineaciones titulares y en los primeros minutos no hubo un dominador claro del partido. Sin embargo no tardó mucho en llegar el primer tanto de la noche, conseguido por Susaeta con un gran disparo desde la frontal cuando corría el minuto 10 del encuentro.

Con el paso de los minutos, el Augsburgo se repuso del disgusto de empezar el partido perdiendo y fue incrementando su presencia en ataque, siendo el exsevillista Trochowski su hombre más peligroso. El balón estaba más en campo del Athletic, merced al empuje de los alemanes, espoleados por los ánimos de su afición. Finalmente llegó el premio al trabajo del Augsburgo, por obra precisamente de Trochowski, quien en el minuto 41 conseguía la igualada. Así se llegó al descanso.

Remontadas con distinto sabor

Aguardaba una segunda parte loca bajo el agua nieve de Augsburgo. Al igual que sucediera en los compases iniciales del primer tiempo, la segunda parte comenzó sin que ninguno de los dos conjuntos impusiese claramente alguna idea de juego. Ji Dong-Won dispuso de una buena ocasión para adelantar a su equipo pero el coreano se encontró con Laporte y no pudo culminar su jugada con gol. Tras esta jugada el Augsburgo comenzó a crecerse y en busca de materializar su dominio Weinzierl dio entrada al siempre peligroso Bobadilla, que entró sustituyendo a Halil Altintop.

Los cambios de Valverde fueron decisivos

Siguieron moviendo el banquillo los dos entrenadores mediada la segunda parte. Los cambios iban a ser decisivos para el devenir de los minutos restantes. El primero en hacer efecto fue el de Bobadilla, que adelantó a su equipo apenas cuatro minutos después de haber entrado en el campo. Todo parecía ponerse de cara para los locales, que festejaron con alborozo el gol del paraguayo.

Pero los cambios que hizo Valverde también iban a dar sus frutos para el Athletic. El técnico vasco había decidido dar entrada a tres habituales titulares: Raul García, Williams e Iturraspe. Con ellos el Athletic mejoró. Y si a esto unimos la actitud siempre incansable de Aduriz, el partido fue basculando del lado de los vascos, aunque cabía la duda de si conseguirían dar la vuelta un marcador que se les había puesto adverso pese a empezar ganando.

Aduriz, otra vez

Iturraspe fue apareciendo cada vez más, y en el minuto 83 puso un gran centro desde la derecha que se encargó de rematar de cabeza Aduriz con su maestría habitual. Apenas tres minutos después, dos de los hombres que había metido Valverde en la segunda parte, Williams e Iturraspe combinaron a la perfección y esta vez fue Williams, quien pasa por un estado de forma excepcional, el que dio la asistencia al sempiterno Aduriz.

El Augsburgo ya sufrió la remontada en el partido de ida

Era el minuto 86 y fue un mazazo insuperable para un desdichado Augsburgo, que veía como de nuevo Aduriz le remontaba un partido que había ido ganando, al igual que ya les sucediera en la primera jornada de este grupo L. Está claro que el conjunto de Weinzierl no tiene suerte esta temporada.

Los bilbaínos aseguraron su pase a dieciseisavos con esta victoria, mientras que el Augsburgo se jugará continuar en Europa en la última jornada ante el Partizan de Belgrado, que ayer ganó al AZ y ahora tiene nueve puntos, frente a los seis de los alemanes. Recordemos que en el partido de ida, los balcánicos se impusieron por 1-3. Complicada misión para los de Weinzierl, y es que está visto que a los equipos pequeños les resulta muy complicado mantener el tipo cuando juegan competiciones europeas, y esto lo acaban pagando también en la competición doméstica.