Con el Volkswagen-Arena predispuesto a vivir una de sus grandes noches europeas, se preparaba el partido en la ciudad de Wolfsburgo. Ambos equipos sabían de su necesidad de cosechar algo positivo para no depender de una hipotética derrota del PSV, por lo que no fue de extrañar que el encuentro que se viese un partido muy abierto. El Manchester llegaba mermado de bajas, algo que le costó tener que juntar en el campo a tres novatos como Cameron Borthwick-Jackson, Guillermo Varela y Nick Powell. Por su parte, el Wolfsburgo se agarraba a la opción Draxler, que tan bien funcionó en la ida.

¿Qué misterio habrá?

Germanos e ingleses salieron con ganas de tener el balón y proponer con él, y no tuvieron ningún reparo en desprotegerse e ir con todo desde el inicio. En esa tesitura, antes de llegar al 10 de juego, Martial asestaría el primer golpe. Mata recibió muy cómodo entre líneas, el francés precoz ganó la espalda a Naldo y, tras encarar a Benaglio, adelantó a los red devils. El inicio de partido lobo, pese al tanto encajado, no había sido malo, por lo que el Wolfsburgo no tardaría en recomponerse. Menos aun cuando, tres minutos después, Ricardo Rodríguez puso un cuero delicado al corazón del área, Naldo llegó sólo y, con una excelente volea al primer toque, empató la contienda.

El frenesí continuo, volvió a ser el mejor aliado del estilo Hecking

No se había llegado al 15, y los dos equipos ya habían dado un estacazo. El partido había nacido roto, y tras los dos tantos, el frenesí ya fue inevitable. Un frenesí que el estilo Hecking ha demostrado saber manejar a la perfección, como así denotarían los minutos precederos. Con un Draxler en modo líder, y ante la pobre zaga bretona, el Wolfsburgo  se vino arriba y empezó a crecerse como hacía tiempo no se recordaba. El ambiente era embelesador, y el propio Draxler terminó de convertirlo en mágico. En una arrancada suya desde la derecha, donde destapó todas las flaquezas red, tiró una pared con Kruse en la frontal, recibió dentro del área y sirvió el 2-1 a Vieirinha en bandeja.

Vieirinha, tras gran acción de Draxler, adelantaba a los suyos. Imagen: Getty Images

Era el minuto 30. El Wolfsburgo estaba desatado. Pocos minutos después Draxler volvería a protagonizar una excelente acción en el área, pero De Gea andaría ávido de reflejos. Entre tanto, Fellaini pondría por primera vez a prueba a Benaglio, pero éste se lució sobre la línea, dando así inicio a su noche. He aquí donde nos vemos obligados hacer un breve inciso sobre el propio Benaglio. Y es que el suizo es un portero particular. Un portero capaz de, en medio de una línea irregular de rendimiento, llegar a un nivel de motivación y confianza tal, que le conviertan en el mejor portero del mundo durante breves lapsos de tiempo. Lo sufrió el Sporting en UEFA el pasado curso, y en esta noche de Champions lo sufrió un Manchester, que se iría perdiendo al descanso tras ser anulado un gol en fuera de juego.

Fue su gran noche

Los primeros compases del segundo tiempo fueron los más relajados de partido. Una fase que no se extendería en exceso. El Manchester, con el empate momentáneo del PSV, necesitaba sumar al menos un punto para seguir vivo, por lo que se lanzó al ataque. Los de Louis van Gaal empezaron a arrinconar a los lobos, forzando acciones a balón parado muy peligrosas a la postre. Memphis enviaría fuera por poco una falta muy peligrosa, y pocos minutos después, el propio Memphis se topó con Benaglio cuando tenía todo a su favor.

El Wolfsburgo resistió y resistió todos los envites red

Fueron los peores minutos de un Wolfsburgo que resistió y resistió todos los envites en la red, con un Dante sobrehumano a la hora de achicar balones. No obstante, ante lo que no tendría respuesta sería ante el desafortunado cabezazo de Guilavogui hacia su propio arco, que empató el choque y desencadenó los acontecimientos. El gol metía a ambos, hasta que llegó el tanto en Holanda, el cual clasificaba al PSV. Y segundos después, el segundo gol de Naldo. El brasileño remató a placer un saque de esquina, para dejar así al borde del K.O. al Manchester United. Era el minuto 86, y pese a las intentonas, el Manchester ya no lograría revertir la situación.

Van Gaal, hundido ante la eliminación de su equipo | Imagen: Sergio Santomé

Fue una sucesión de acontecimientos cruel, donde los ingleses pasaron, en apenas tres minutos, de estar clasificados a verse a dos tantos del pase. Finalmente, el Wolfsburgo resistió. En su segunda participación en la máxima competición de clubes, los lobos lograron vengarse de sus dos anteriores verdugos, convirtiéndose en octavo-finalistas por primera vez en su historia. Por su parte, el United confirma un nuevo curso de proyecto torcido, que no pudo ante un Wolfsburgo que sí. Que después de De Bruyne. Después del escándalo de la Volkswagen, vivió, por fin, su gran noche europea. 

El Wolfsburgo se mete en octavos de la UCL por primera vez en su historia. Imagen: Getty Images