El encuentro comenzó con un ritmo bajo de juego, y con el Gladbach intentando dominar el cuero, mientras que el conjunto visitante le presionaba arriba. La cadencia baja de intensidad persistía, pero el cuadro hanseático no estaba conseguiendo manejar la pelota, también, al igual que su rival estaba siendo presionado en la salida de pelota, lo que le estaba obligando a salir en largo desde atrás. Después de unos minutos, los visitantes empezaron a dominar la pelota en campo propio sin progresar más allá del centro del campo. El 1-0 llegó por medio de Lars Stindl que recibió una asistencia de Thorgan Hazard que le puso un centro raso desde banda derecha, tras recibir a su vez, un pase de Dahoud que realizó una gran jugada individual.

Dominio local, ante una defensa esperpéntica

Tras el gol, se mantuvo el mismo ritmo de intensidad en el duelo, y el conjunto dirigido por André Schubert siguió manejando la situación y sus jugadores de mayor calidad seguían teniendo una participación activa en ataque. Además, el combinado contaba con la participación en zona avanzada de los centrocampistas, que estaban pisando la frontal, y estaban dando buenos pases entre líneas. Tras un tiempo, los potros perdieron algo de la posesión de balón que tenían, y por ende perdieron continuidad en ataque, ante un cuadro verde que se estaba acercando a la portería rival, y estaba creando peligro con disparos de media distancia. Los locales estaban realizando unas muy buenas transiciones rápidas cuando recuperaban la pelota, desplegándose ordenadamente por delante de la línea de balón.

El 2-0 del Gladbach llegó por medio de Christensen que remató a portería vacía tras una jugada de combinaciones dentro del área, y un centro cerrado de Mohamed Dahoud cuyas intervenciones estaban siendo decisivas a pesar de no ser muy numerosas. Los de Schubert seguían controlando el partido, pero no podían evitar que los del norte de Alemania llegaran a la portería con peligro. Pese al resultado adverso, el conjunto de Viktor Skripnik seguía sacando la pelota desde atrás tocando, y en alguna jugada conseguía llegar al último cuarto de campo en buenas condiciones, mientras que los locales se replegaban esperando el pitido final.

Dominio visitante, sentencia local

El segundo tiempo comenzó con el Werder Bremen llevando la iniciativa, e intentando llegar a la portería rival. El 3-0 llegó por medio de Christensen que remató en el centro del área un saque de esquina botado por Dahoud. Tras el tercer tanto, el equipo blanquinegro empezó a dominar la pelota, y ha gustarse en espacios sin muchos jugadores contrarios, mientras que los visitantes, trataban de recomponerse, con posesiones largas en el centro del campo. El 3-1 llegó por medio de Claudio Pizarro que engañó a Sommer desde los once metros. Después del tanto, el cuadro visitante, empezó a dominar la pelota, y ha volcar el juego del lado de su campo. Mientras que los potros se mostraban algo desencajados cuando veían como llegaban los rivales y como estaban dominando el partido.

El cuadro hanseático estaba presionando a su rival en la salida de balón, mientras que estos estaban defensiéndose con mucha contundencia y gran perplejidad, ante un dominio que se estaba convirtiendo en una realidad. Los de Schubert se estaban embotellando cada vez más en su campo, y no estaban encontrando la posibilidad de salir al contraataque, hasta que Stindl consiguió provocar un penalti de Vestergaard, que Raffael transformó en el 4-1 con un lanzamiento que Wiedwald estuvo a punto de blocar. Tras el gol, el Bremen siguió manejando la pelota, y siguió buscando un gol con el que meterse de nuevo en el encuentro.

En el último cuarto de hora de juego, el ritmo de intensidad descendió aún más, y los de Skripnik siguieron rondando la portería rival por los costados centrando balones al área. El Gladbach se mantenía agrupado atrás, y se dedicaba única y exclusivamente a salir en velocidad por las bandas. Después de un tiempo, el conjunto local retomó la presión sobre la defensa rival, y volvió a llegar con cierta facilidad por los costados. El 5-1 llegó por medio del centrocampista defensivo noruego que batió a Wiedwald con un disparo de media distancia que realizó un efecto extraño. Tras consumarse la manita, el conjunto local tuvo la redonda en los últimos segundos segundos.