El partido comenzó con un ritmo bastante alto de intensidad, con llegadas de ambos equipos, aunque sin un dominador claro, pues ninguno de los dos estaba consiguiendo mantener el balón. Las circulaciones de balón estaban siendo bastantes rápidas, y los dos conjuntos llegaban al área rival con bastante facilidad, pues ambas defensas estaban dejando espacios, y estaban siendo muy poco contundentes cuando llegaba el rival. Tras unos minutos, la cadencia de intensidad bajó ligeramente, y el Schalke tuvo un mayor dominio del balón, a pesar de que no transmitía seguridad en defensa.

Buen ritmo inicial, que cayó estrepitosamente

Después del primer cuarto de hora, el cuadro local empezó a tener más balón, mientras que el equipo de Breitenreiter realizaba una tímida presión  sobre la salida de pelota del rival, un marcaje que estaba siendo fructífero, pues el Mainz estaba cometiendo errores en la entrega, y estaba teniendo más problemas para salir de su campo. Después de un tiempo, el 05 recuperó el control del encuentro teniendo más el cuero, e instalándose en campo rival con él. Meyer, que estaba rindiendo a un buen nivel en los últimos encuentros, estaba muy desaparecido en este, porque estaba sufriendo un gran marcaje jugando de mediocentro ofensivo en un 4-2-3-1 siendo enjaulado en las dos últimas líneas de presión, y no encontraba la solución para poder recibir con cierta comodidad, porque a pesar de que caía en banda siempre tenía un jugador persiguiéndole como mínimo.

El 1-0 llegó por medio Bussmann para los locales, después de que este aprovechara el rechace de un córner para batir a Fährmann con un disparo raso. Tras el gol, descendió tanto el ritmo de juego como el de intensidad en el encuentro, ya que el conjunto minero pasó a controlar el partido, y los locales trataron de ralentizar el duelo lo máximo posible con circulaciones muy lentas, asegurando mucho el pase, y tratando de ganar metros en horizontal. Con la pelota controlada, los laterales del Schalke estaban adelantando la posición, y uno de los mediocentros se estaba incrustando entre los centrales, pasando a cerrar con tres en defensa. El primer acto concluyó con un fútbol lento, concentrado en el segundo tercio de campo y sin ninguna fluidez. 

Dominio del Mainz, ante un Schalke sin ambición

El segundo tiempo comenzó con el gol del empate de Younes Belhanda para el Schalke, tras un centro de Max Meyer desde la banda derecha, y con un tramo de dominio de los visitantes en el que intentaron neutralizar a un Mainz que estaba impreciso a la hora de dar el último pase, y además las salidas en transición rápida estaban siendo cada vez menos frecuentes y menos peligrosas, pues cada vez acompañaban menos jugadores en ataque. El conjunto dirigido por Martin Schmidt se estaba partiendo, y prueba de ello eran las transiciones defensivas tras una recuperación del rival, en las que solo permanecían defendiendo seis. Mientras tanto, el cuadro blanquiazul optó por replegarse y buscar su oportunidad de remontar el encuentro en alguna jugada aislada al contraataque.

Después del primer cuarto de hora, los locales siguieron teniendo los mandos del partido, dominando territorialmente la redonda, con balones frontales que no le estaban llevando a ningún sitio, y a base de tocar y de abusar del ataque posicional, estaba frenando el encuentro aun más. La mejor baza de un Schalke que se mantenía agazapado en defensa estaban siendo los balones largos a Huntelaar, que no estaba consiguiendo cazar ninguno, por otra parte, jugadores de gran poder creativo como Sané o Geis, no conseguían entrar en juego con regularidad, y no tenían protagonismo, pues el primero estaba siendo arrinconado a una banda, y el segundo no estaba asumiendo los galones de creador de juego. El encuentro languidecía, aunque sin embargo, nos dejaba la incertidumbre de saber si alguno de los dos equipos iba a despertar en el último cuarto de hora. 

En los últimos 15 minutos, el partido prosiguió bajo el mismo cauce de los anteriores 75 minutos, aunque los locales se encontraron con el 2-1 tras una gran jugada colectiva en la que Malli le puso el balón a Baumgartlinger que batió a Fährmann con un remate de cabeza. Tras el gol, el equipo de Breitenreiter trató de recuperar un dominio que en algún momento ejerció, pero de manera muy fugaz. Mientras que en los últimos minutos estaba teniendo dificultades para controlar la posesión, y sus llegadas por las bandas estaban siendo inofensivas, pero encontró una buena vía para atacar: el sector izquierdo de la defensa local, donde había llegado en buena posición en un par de ocasiones.