El partido comenzó con un mayor dominio por parte del Ingolstadt que estaba llevando la iniciativa en el juego ante un Hamburgo que se mantenía agrupado en su campo, y que optaba por jugar al contraataque. El 1-0 llegó por medio de Josip Drmic que marcó a portería vacía tras recibir un pase de la muerte por parte de Aaron Hunt desde la línea de fondo. Tras el gol, ambos conjuntos mantuvieron el mismo ritmo de intensidad, y los recién ascendidos siguieron controlando la pelota instalados en campo rival, mientras que el equipo visitante seguía dejando espacios en la zona defensiva por mucho que se replegara.

Gol local, dominio visitante

Después de los primeros minutos de juego, el equipo de Hausenhuettl siguió dominando el cuero en campo contrario, mientras que el dinosaurio de la Bundesliga se mantenía replegado en su terreno, y tenía bastantes dificultades para recuperar tanto en campo propio, como en campo contrario. De todas maneras, cuando recuperaba el balón no estaba consiguiendo mantenerlo, y fruto de ello, sus opciones de salir al contragolpe morían al instante. A pesar de que no estaba alcanzando la regularidad en ataque, estaba consiguiendo mantener la pelota a base de realizar posesiones largas, aunque estaba teniendo perdidas en el centro del campo ante un Ingolstadt que estaba persiguiendo al jugador que tenía el balón en el centro del campo.

En los últimos minutos de juego, el equipo de Labaddia tuvo un mayor control del encuentro a base de jugar en largo, y buscar a Rudnevs para que aguante la pelota durante unos segundos, en lo que el equipo se desplegaba en ataque. Mientras tanto, el ritmo de intensidad cayó en el encuentro, y el Ingolstadt empezó a jugar más en largo tras verse interrumpido su ritmo de juego, por los continuos parones por lesión. El Hamburgo se encontró más cómodo sobre el campo replegándose, y buscando a alguno de los extremos al espacio cada vez que recuperaba el balón anticipándose en defensa.

Dominio del Ingolstadt sin continuidad en ataque

El segundo tiempo comenzó con dominio del Ingolstadt, que estaba teniendo el balón en campo contrario ante un Hamburgo que en los primeros minutos optó por replegarse, y aguantar el arreón inicial de un conjunto que a pesar de que estaba dominando, no conseguía crear ocasiones claras. Después de unos minutos, el conjunto visitante siguió llevando el mando del encuentro, y fue consolidando su dominio en campo contrario con una buena presión sin balón. Fruto de ello, logró el empate a uno a la salida de un córner de la mano de Hinterseer, que remató un córner botado por Gross desde el costado derecho.

Después de los primeros minutos de juego en el segundo acto, el Ingolstadt siguió presionando arriba al dinosaurio de la Bundesliga, que estaba teniendo problemas para superar las continuas telas de araña que planteaba el conjunto recién ascendido en forma de líneas de presión. Ambos equipos estaban siendo incapaces de crear ocasiones de gol, pues tenían muy poca fluidez en su juego, y no estaban teniendo profundidad en campo contrario, a pesar de que el Ingolstadt estaba encontrando más opciones de pase en campo contrario a la hora de combinar en los últimos metros frente a una defensa que había perdido la contundencia del primer tiempo.

En los últimos minutos de juego, la cadencia de juego descendió, y el Ingolstadt perdió continuidad en ataque con el balón. Pese a que cedía la iniciativa, el Hamburgo estaba teniendo opciones en ataque llegando por las bandas, aunque no estaba encontrando a Lasogga por arriba. La cadencia de intensidad estaba siendo muy baja, y el Ingolstadt no estaba encontrando la manera de reinstalarse en campo rival ante la segunda línea de presión de los locales que estaban cerrando muchas de las vías de ataque por las que el conjunto visitante estaba llegando anteriormente. En los últimos segundos del encuentro, los dos equipos dieron por bueno el empate, y abandonaron el ataque, pasando a jugar más en horizontal.