El encuentro comenzó con un ritmo bastante entrecortado de intensidad, aunque fue el Bayer Leverkusen el que llevó la iniciativa del juego con la pelota, pues el conjunto dirigido por Dieter Hecking optó por replegarse y salir en velocidad. A pesar de ello, no estaba entrando mucho en contacto con la pelota, pues los de Roger Schmidt estaban consiguiendo embarullar la salida de balón verdiblanca que se colapsaba por momentos. Después de unos minutos, el conjunto visitante empezó a tener más el balón, y a pesar de que no estaba creando jugadas fluidas, estaba presionando a la defensa rival cuando esta se encargaba de sacarla jugada. La cadencia de juego estaba siendo bastante lenta, y los locales tampoco estaban consiguiendo llegar al área rival con claridad, principalmente por la falta de apoyos cuando un jugador llegaba con el cuero controlado al área.

Dominio de balón inicial de los locales, y repliegue tras el 1-0

Después de los primeros minutos, la posesión siguió siendo del Bayer Leverkusen, y los lobos se replegaron con un 4-4-2, llegando a realizar una tímida presión sobre el jugador que tenía la posesión desde la línea de delanteros, a pesar de que los locales se estaban imponiendo con mucha claridad en la posesión, a base de presionarle al oponente en su propia área. Con el esférico en su poder, el cuadro de la aspirina estaba conformando la línea defensiva con tres efectivos, ya que además de los dos centrales, el lateral Wendell o uno de los mediocentros retrocedía su posición para dar el primer pase. El 1-0 llegó por medio de Hakan Çalhanoglu que batió a Benaglio con un disparo raso y cruzado desde dentro del área. Tras el tanto, el combinado dirigido por Dieter Hecking trató de llevar más la iniciativa en el juego, pero no conseguía imponerse realizando circulaciones de balón muy lentas, por mucho que Draxler entrara más en juego tanto por banda como entre líneas.

Viendo que no estaba encontrando espacios tocando, el equipo de Dieter Hecking estaba optando en algunas fases del enfrentamiento por salir en transición rápida por la banda derecha con Vieirinha y Träsch que de vez en cuando se estaban desmelenando con espacios. El equipo rojinegro se mantuvo replegado en los últimos minutos de juego en vista de la ventaja que tenía en el marcador, y del poco tiempo que quedaba para el descanso, aún así consiguió crear mucho más desequilibrio saliendo en velocidad con tres jugadores, que su rival desplegándose con todo el equipo. El nivel de intensidad no remontaba, y al Wolfsburgo le estaba siendo imposible crear desequilibrio ante una dinámica de juego tan tediosa, pues requería de muchos más espacios, y no conseguía estirar al rival por el campo.

Inicio prometedor, sentencia posterior de un Leverkusen sin rival

El segundo tiempo comenzó con el Bayer Leverkusen controlando la situación, teniendo la pelota, y cerrando muy bien los espacios en el centro del campo, frente a un Wolfsburgo que no estaba consiguiendo superar la línea del centro del campo con la redonda. Los visitantes intentaban salir desde atrás, pero las imprecisiones, y las telas de araña que estaban tejiendo los de Roger Schmidt entorno al jugador que tenía el cuero, convertían a los balones largos en la mejor solución para crear peligro, pues abriendo hacia los costados, el cuadro verdiblanco ya ha encontrado espacios a la espalda de la defensa. A raíz de un par de jugadas peligrosas de las que gozó en los primeros minutos, el equipo dirigido por Dieter Hecking estaba empezando a jugar con mucha más fluidez en ataque, y estaba empezando a crear una cierta sensación de peligro cuando llegaba por las bandas. Mientras tanto, fue el juego de los locales el que se estaba empezando a empañar, pues estaba jugando a trompicones cuando llegaba a los últimos metros, y no estaba encontrando la fluidez por ninguna de las vías.

El nivel de intensidad estaba siendo soporífero, y la supuesta mejora de los visitantes había resultado ser un espejismo, ya que habían vuelto a perder la posesión del cuero, y el Leverkusen se estaba volviendo imponer territorialmente y futbolísticamente ya que estaban encontrando una mina por el costado izquierdo por el que Bellarabi y Chicharito estaban haciéndole sangre a un Robin Knoche que estaba denotando un gran nerviosismo, y estaba cometiendo errores infantiles. Pasaban los minutos, y el conjunto verdiblanco estaba fallando en el último pase, y estaba sufriendo las salidas al contraataque del rival, que no estaba sabiendo defender, al realizar las transiciones defensivas a bastante lentitud. El 2-0 llegó por medio de Chicharito Hernández que batió a Benaglio con un centrochut desde la banda izquierda, al cual el portero suizo no reacciona por la distracción de un rematador.

En los últimos minutos de juego, el combinado local siguió teniendo el mando del duelo, mientras que el equipo de Dieter Hecking agotaba sus últimas opciones de meterse en el encuentro apoyándose en los extremos que no estaban consiguiendo crear ninguna jugada de peligro, pues se estaban confrontando con una defensa bastante sólida que ha tenido pocas fisuras a lo largo del encuentro. El 3-0 llegó por medio de Yurchenko que batió al portero Benaglio con un disparo de media distancia ajustado al palo tras recibir el balón de Chicharito de espaldas a portería. Tras el tercer gol, el Leverkusen se dedicó a mover la redonda para hacer correr el reloj, mientras que el Wolfsburgo que ha luchado contracorriente durante mucho tiempo, ya había bajado los brazos.