El encuentro comenzó con un ritmo alto de intensidad por parte de los locales que estaban llegando más al área rival a base de ímpetu, y presionando arriba, frente a un Borussia Mönchengladbach al que no le duraba, y que tenía dificultades para sacar la pelota jugada desde atrás. Después de unos minutos, el conjunto local siguió llevando la iniciativa del juego llegando por las bandas principalmente, pero no estaba encontrando remate por el centro, frente a un conjunto que no estaba mostrando solidez defensiva ni por el centro, ni por las bandas que estaban siendo un lugar de peregrinaje para todos los jugadores de ataque del combinado rojinegro, especialmente para los laterales que se estaban haciendo con todos los balones divididos ante un Stranzl y un Wendt que no estaban recibiendo ninguna ayuda por la banda, y que tenían que lidiar solos con los llegadores.

Inicio titubeante del conjunto borusser ante un cuadro local impetuoso

Después del primer cuarto de hora de juego, el equipo de André Schubert tuvo más el esférico, pero estaba teniendo muchas dificultades para salir de su campo a causa de la presión de los atacantes rivales, y de las imprecisiones que cometían en los tramos en los que Dahoud no aparecía con regularidad. Tras un tiempo, el cuadro visitante consiguió enlazar varias posesiones largas, y a raíz de ello consiguió frenar el ritmo de los locales, y empezó a instalarse en campo contrario con la redonda. Tras esta fase de posesión de los potros, el Hannover intentó recuperar el control inicial, pero se estaba encontrando con un rival bastante mejor armado en  defensa. Los visitantes estaban cerrando mejor los espacios en defensa, pero sin embargo no estaban presionando al rival en la salida, estaban optando más por replegarse con el 4-4-1-1 con Stindl de segundo punta y con Raffael arriba. 

En los últimos minutos del primer tiempo, el equipo local recobró la velocidad en la circulación de balón, y además de los costados, empezó a llegar por el centro con bastante verticalidad de la mano de los llegadores de segunda línea tras una recuperación. Mientras tanto, el Mönchengladbach estaba realizando las transiciones defensivas con mucha lentitud después de una pérdida, y el equipo se desequilibraba completamente cuando tenía que defender las rapídisimas salidas al contraataque. Por contra, estaba empezando a asentarse en terreno de juego del contrincante, pero se quedaba en la antesala de la llegada a la portería rival por la imprecisión a la hora de dar el último pase. El primer acto concluyó con un ritmo bastante alto de intensidad, pero con un déficit de claridad con el cuero, especialmente en el caso de los visitantes. 

Control de los locales con un ritmo más bajo

El 1-0 para los locales llegó por medio Waldemir Anton que remató en el primer palo un centro desde la banda derecha. Tras el gol, el equipo local siguió controlando la situación, y continuo teniendo la posesión del cuero, y presionando arriba a un Borussia Mönchengladbach que se había quedado noqueado, y que no conseguía mantenerla durante mucho tiempo. Después de un tiempo, André Schubert intentó ponerle remedio al estado shock general en el equipo, introduciendo a dos jugadores tan verticales como Traoré y Herrmann y retrasando la posición de Lars Stindl al doble pivote. A pesar de las sustituciones, el combinado borusser no reaccionó, pues no estaba consiguiendo tener el balón en campo contrario. Cerrando espacios en el centro del campo, el equipo rojinegro consiguió indirectamente ralentizar la cadencia de intensidad, pues era el cuadro blanquiverde el que tenía el balón, pero estaba realizando el juego con circulaciones de balón muy lentas. El 2-0 llegó por medio de Artur Sobiech que batió a Sommer tras un remate repelido por el palo.

Después del segundo tanto, el conjunto visitante siguió llevando el mando del enfrentamiento, pero el Hannover tenía la situación absolutamente controlada, y se dedicó a dormir el encuentro con tramos de circulaciones lentas en campo contrario, en zonas alejadas del campo sin crear ningún peligro. Pasaban los minutos, y la intensidad no subía, pues el Borussia Mönchengladbach no tenía fluidez en la circulación, y estaba cometiendo muchas imprecisiones cuando encontraba espacios en campo contrario. Sin realizar una gran persecución, el conjunto rojinegro estaba recuperando los balones con mucha facilidad cortando las líneas de pase en la salida del balón, y estaba consiguiendo llegar al arco rival con mucho facilidad gracias a Kiyotake que seguía muy participativo, y que estaba dando muchos pases al espacio. 

Los últimos minutos del encuentro, fueron de balones largos, y de posesiones largas absolutamente estériles, pues ninguno de los dos llegaba a la portería del contrincante, al estar el encuentro sentenciado. Los potros estaban entregados, y el Hannover se dedicó a arrinconar la pelota en el costado izquierdo. Los dos conjuntos estaban esperando el pitido final desde hace bastantes minutos, pero aún así siguieron jugando a un buen nivel hasta el final del encuentro.

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Sobre el autor
Tarek Guerrero
Redactor de fútbol inglés en VAVEL España.