El encuentro comenzó con dominio de balón del combinado nacional de Alemania que empezó rondando el área rival, a base de circular el esférico, aunque a pesar de que lo intentaba estaba teniendo muchas dificultades para crear espacios en la defensa de un conjunto visitante que se mantenía replegado en pocos metros sobre la frontal del área, y que en los primeros minutos estaba teniendo problemas para recuperar el esférico y coger oxigeno teniendo más posesión. Tras unos minutos de dominio claro de los locales, el equipo que hoy vestía de azul consiguió salir algo más con el balón a raíz del 1-0 de Mario Gómez para la selección germana, desde el punto de penalti.

Gol y retroceso de líneas

Fruto de ese primer gol, el equipo de Joachim Löw retrocedió algo más las líneas, y cedió mucho más la posesión del esférico a un combinado eslovaco, al que únicamente la falta de precisión en el último pase le estaba impidiendo generar ocasiones claras de gol, pues el conjunto visitante estaba consiguiendo sacar la pelota jugada desde atrás, y se estaba acercando a zonas avanzadas en campo contrario, pero el 4-3-3 con el que estaba formando, le estaba perjudicando mucho, pues jugadores de gran calidad y visión de juego como Hamsik, estaban jugando demasiado escorados a un costado. 

El 1-1 llegó por medio de Marek Hamsik que batió al guardameta Leno con un disparo de media distancia que se coló por la escuadra. Tras el empate, la mannschaft se quedó descolocada, y fue la selección de Eslovaquia la que cogió los mandos del encuentro, la que tuvo la posesión, la que llegó con un mayor peligro, y la que puso contra las cuerdas a su rival, a base de presionarle arriba. El segundo gol de los visitantes llegó por medio Michal Duris que remató de cabeza un córner en el primer palo. A partir del segundo gol, se pudo advertir un conato de reacción por parte del conjunto teutón, que gozó de un par de ocasiones a raíz de unas combinaciones en la frontal del área, en las que Götze tuvo mucho protagonismo moviéndose entrelíneas.

Control visitante tras el chaparrón del descanso

El segundo tiempo comenzó con un ritmo mucho más descafeinado que el primero, pues el juego estaba muy condicionado por la gran lentitud a la que circulaba el balón, aunque a pesar de ello, el combinado visitante que se puso 1-3 en el marcador gracias a un gol de Kucka, consiguió imprimirle una velocidad mayor al juego cada vez que disfrutaba de la posesión en campo contrario, donde buscaba espacios en la defensa alemana, a base de atacar por los costados. Por su parte, el equipo de Löw abogaba por replegarse en su campo y salir al contraataque, pues se encontraba mermado psicológicamente tras el gol, y únicamente conseguía crear desequilibrio saliendo al contraataque, especialemnte con Sané que estaba siendo un asiduo por el costado derecho. 

Después de los primeros minutos de juego, el combinado teutón siguió teniendo oportunidades para salir al contraataque, aunque sus jugadas de ataque estaban siendo muy descafeinadas, tanto en las salidas en velocidad, como en las fases de ataque posicional, en las que apenas creaba desborde, a pesar de que estaba encontrando espacios, pues la selección de Eslovaquia se veía hipnotizada ante la lentitud a la que la campeona del mundo circulaba el esférico. Pasaban los minutos, y viendo la ventaja de la que disponían, fueron los visitantes los que cedieron el control del juego, y los que apostaron por salir al contraataque.

Los últimos minutos del encuentro fueron de dominio germano, ante un Eslovaquia que ha sabido manejar la situación en todo momento y que ha tenido bastante posesión del esférico en los instantes finales, ante un rival que le perseguía muy impotente, y con menos energía. El ritmo de intensidad estaba siendo muy bajo, y el encuentro bajó el telón con un tramo de posesiones largas de los visitantes que estaban dando la campanada, imponiéndose a la campeona del mundo que depuso las armas, y no volvió a pisar campo contrario hasta el silbido final, en Augsburgo, en un duelo bastante condicionado por las condiciones climatológicas del descanso que han estado a punto de provocar la suspensión del encuentro.