Era como una película de los hermanos Wachoswski. Alemania, la anterior gran potencia del fútbol europeo y gran archirrival de Brasil y Argentina, se encontraba conectaba a una realidad engañosa. La final de la Copa del Mundo de Corea y Japón 2002 había logrado su objetivo: encadenar a toda una nación ganadora a una realidad mentirosa, engañosa y hasta blasfema. Alemania ya no era competitiva. Se sabía desde la Eurocopa 2000 cuando, en una clara sorpresa para todos y tan solo cuatro años después de proclamarse campeona continental, Berti Vogs no pudo evitar una eliminación en primera ronda a manos de Inglaterra, Rumanía y Portugal. Dos años después, Rudi Völler ponía una luz de esperanza, pero, en la Eurocopa 2004, el castillo de naipes se derrumbaba y daba paso a una nueva eliminación en primera ronda, esta vez, ante Holanda, República Checa y Letonia, éste último, el tiro de gracia para toda Alemania con aquel 0-0 que solo Oliver Kahn evitó que se transformara en una caótica derrota.

Era 'El Elegido', como si las profecías del renacer germano se cumplieran en su figura

Así, con la gloria continental cerrada para ellos y la amenaza de un fracaso mundialista en su propia casa, Alemania echó mano de un viejo conocido de su historia goleadora: Jurgen Klinsmann. Sin embargo, junto a él, se divisaba la figura de un joven asistente sereno, callado y muy ensimismado en las sombras, pero quien, con los años, demostraría aquel rumor que corrió por toda Alemania de que era justamente él quien se posicionaba como el verdadero cerebro tras el proyecto de resurección alemana. Era 'El Elegido', como si las profecías del renacer germano se cumplieran en su figura. Se trataba del individuo todo poderoso que los sacaría de las sombras, los liberaría del yugo mentiroso que los oprimía y los devolvería al lugar donde pertenecern: cerca de la gloria o en la gloria misma. No, no era Neo. Era Joachim Löw.

Löw se dio a conocer como el silencioso asistente de Klinsmann. // (Foto de cbc.ca)
Löw se dio a conocer como el silencioso asistente de Klinsmann. // (Foto de cbc.ca)

Eurocopa 2008: Pastilla azul o pastilla roja

Como asistente, Löw integró la selección teutona que disputó en su propia casa la Copa del Mundo de 2006. En ella, mostrando ya las primeras pinceladas de su mutación futbolística, Löw cumplía el rol más táctico y analítico del banquillo, dejando que Klinsmann irradiara su experiencia y motivación a sus jugadores. Dando la cara y lavando las heridas de los últimos 10 o 12 años, Alemania alcanzó un honroso tercer lugar, siendo cortada de la final por la 'Maldición Italiana' en semifinales y siendo una de las escuadras con mejor juego durante el torneo. Las críticas no se hicieron esperar y, tras unos días de meditación, Klinsmann decidió dar un paso al costado y dejar que Löw continuara con el proyecto, ratificándose de forma oficial a 'Jogi' en el cargo un 12 de julio de 2006 en Berlín.

Como entrenador, Löw solo poseía el logro de haber conquistado la DFB Pokal de 1997 con el Stuttgart

Como entrenador, Löw solo poseía el logro de haber conquistado la DFB Pokal de 1997 con el Stuttgart, un torneo que ganó al mando de un equipo que se quedó sin mandamás en media temporada y que recurrió a Löw, asistente en ese momento, como su carta de salvación. Su experiencia se limitaba a países como Turquía y Austria y dejaba la sensación de dudas en una selección que buscaba resurgir de las sombras. Sin embargo, fue como si el destino mismo lo hubiera escogido, como si lo hubiera preservado para una sola misión. No cabía dudas, era 'El Elegido'. No se trataba del entrenador más conocido, no había sido campeón de Bundesliga e, incluso, apenas había dirigido un tiempo al Stuttgart en el fútbol alemán. Pero, rápidamente, las apuestas de Löw comenzaron a notarse en el terreno de juego con un equipo rápido, menos pesado, menos denso, más moderno, hiperactivo en todas sus zonas y diseñando cada vez más transiciones con balón dominado.

Con ese contexto de equipo en evolución, Löw llevó a Alemania a la Eurocopa de 2008 donde pintaba como favorita tras su buen paso por la Copa del Mundo, pero donde aún seguían las dudas sobre sus posibilidades. Su partido inicial terminó con victoria de 2-0 ante Polonia en un partido vertiginoso y mostrando ya las nuevas caras de la Alemania 'Löwista' de esta época. Sin embargo, una caída 1-2 ante Croacia obligó a la Mannschaft a vencer apenas 1-0 a Austria y poder subirse en segundo lugar de su grupo al tren de los Cuartos de Final, donde precisamente sacó su mejor versión y rompíó todo aire de inseguridad. Fue ante Portugal, curiosamente, una selección que se la ha dado de maravillas a Löw.

Klose fue uno de los goleadores de este partido ante Portugal. // (Foto de ronaldoweb.com)
Klose fue uno de los goleadores de este partido ante Portugal. // (Foto de ronaldoweb.com)

Löw fue más que ratificado en el cargo, siendo así como se consagraba su imagen de 'Elegido' para desencadenar la resurección germana

Posesión de balón, rapidez, explosividad, variantes tácticas durante todo el partido y una ambición notable por conquistar y devorar a su rival fueron las claves para que Alemania, después de doblegar a Portugal, hiciera lo mismo ante Turquía con un 3-2 recordado por el gol agónico de Lahm al 90'. Finalmente, el torneo terminaría con la primera final de Löw como entrenador, en la que se topó con el auge español en el fútbol moderno y terminó cayendo 1-0 con aquel famoso gol de Fernando Torres y el error de Lahm en la cobertura defensiva. La derrota caló hondo en el corazón germano, quienes ya soñaban con un torneo más, uno ganado con méritos y fútbol, pero que se les negó únicamente por el momento de éxtasis que vivía España en ese entonces. Regresando a Alemania, Löw fue más que ratificado en el cargo, siendo así como se consagraba su imagen de 'Elegido' para desencadenar la resurección germana.

De 2010 a 2014: la expectativa de algo más

Dos años después llegaba la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010 con un nuevo elemento desafiante para Löw: la lesión de Michael Ballack. Considerado el mejor jugador alemán de la última década, Ballack se lesionó tras una durísima entrada de Kevin-Prince Boateng en un amistoso entre Ghana y Alemania apenas unas semanas antes del inicio del torneo. Esto hizo encender las alarmas en toda Alemania. El gran capitán, el máximo referente de todo el país se quedaba fuera en un torneo que ya había ilusionado a sus aficionados. Curiosamente, Löw volvió a hacerle honor a su tradición de "desencajado" y convocó a un joven bávaro con mucho futuro y poco presente como Thomas Müller, quien heredó el "13" de Ballack y se coló de última hora a un torneo que, desde ese momento, pintaba complicado para Alemania.

Löw volvió a hacerle honor a su tradición de "desencajado" y convocó a un joven bávaro con mucho futuro y poco presente como Thomas Müller

Dicen que la magia de un entrenador es saber sacar fortalezas de sus debilidades. Eso fue justamente lo que Löw hizo ante la lesión de Ballack. Hizo al equipo más rápido, más profundo, más conjuntado. Le entregó el puesto de mediocentro de salida a Bastian Schweinsteiger y le dio paso a un joven Sami Khedira a ser el que rompiera el juego del rival en zona media. Özil se transformó en el mago alemán y dejó que Podolski y Müller abrieran los costados para que Klose tuviera la libertad de movimientos al centro. En defensa, Boateng se transformó en lateral zurdo (un Boateng joven, novato y lleno de errores defensivos) y convirtió la experiencia de Arné Friedrich en un central de garantías junto a la joven promesa de Mertesarcker, complementada con Lahm por derecha y un chico de nombre Manuel Neuer bajo palos. Así, Alemania se volvió la Alemania de Löw, de él y nadie más.

Klose se volvió rápido, inquieto, asociativo, prácticamente un "9" moderno en la piel de un ya veterano de mil batallas

Con un aplastante 4-0 ante Australia, Alemania encendió motores desde el inicio aunque, tal y como sucediera dos años atrás, tropezaría ante Serbia en su segundo duelo y obligaría a Özil a salir al rescate ante Ghana. Ya en Octavos, Alemania dio cuenta de Inglaterra en aquel famoso 4-1 que silenció a todos. Las críticas cesaron y la esperanza creció. Alemania tenía potencial. Müller, el desconocido de muchos, marcaba doblete y Klose se acercaba al récord de Ronaldo. Justamente el "11" histórico de Alemania era la clara muestra de la evolución de Löw. Klose se volvió rápido, inquieto, asociativo, prácticamente un "9" moderno en la piel de un ya veterano de mil batallas. Por su parte, Schweinsteiger mandaba en el campo y Lahm en la cabeza del plantel. Khedira acompañaba y Özil crecía. Boateng se afirmaba, dejaba los fantasmas de sus errores y Mertesarcker era el socio ideal de Friedrich. Esa combinación fue la clave para que silenciaran a Messi en la siguiente ronda y escribieran una de las páginas más gloriosas del fútbol alemán.

El pueblo alemán veía a un equipo poderoso y, sobre todo, joven y fresco. Esa era la gran idea de Löw: juventud y renovación contínua

Aquel 4-0 confirmó las sospechas: Löw hacía evolucionar a Alemania. Rapidez y precisión eran ahora los sustitutos de Fuerza y Potencia. A Ballack lo cubría Schweinsteiger y a Klinsmann lo reemplazaba Klose. Kahn ya no figuraba más en el imaginario alemán porque Neuer dejaba en claro que su futuro sería grande. Era una combinación de químicos inestables que Löw transformó en grandes jugadores. La euforia, contrario al torneo pasado, no decayó una vez que Alemania cayera 0-1 ante España en semifinales con aquel gol de Puyol, sino que volvió a crecer, el pueblo alemán veía a un equipo poderoso y, sobre todo, joven y fresco. Esa era la gran idea de Löw: juventud y renovación contínua. Bajo el mando de 'Jogi' Alemania dejaba de lado su típica fe en los históricos y dejaba sentado el precedente de renovarse o morir, de entender que su error fue pensar que no había más allá, que sus figuras eran eternas en un mundo de talentos presentes y fugaces. Löw cambiaba a Alemania. Ese era su legado.

El partido de Alemania ante Argentina en 2010 fue un precendente en la historia de Löw. // (Foto de bbc.uk)
El partido de Alemania ante Argentina en 2010 fue un precendente en la historia de Löw. // (Foto de bbc.uk)

La ilusión se mantenía y la vista se cambiaba hacia la Copa del Mundo de Brasil 2014

Cerrada la competición con otro tercer lugar en una Copa del Mundo, Alemania viajaba a la Eurocopa 2012 como clara favorita junto a España. Ahora, el reto de Löw era diferente: ya no era más una sorpresa, ahora era una realidad. Como tal, la Fase de Grupos fue claramente afrontada con mano de hierro por los alemanes ante Portugal, Holanda y Dinamarca. Mismo caso fue en Cuartos de Final ante Grecia, donde Löw sacó su magia, cambio radicalmente la alineación y le dio una sorpresa mayúscula a toda Grecia al incorporar elementos jóvenes como Marco Reus, quien hacía su debut con la camiseta alemana y firmaba un gol de gran factura en el partido. Sin embargo, la 'Maldición Italiana' decía presente y con una derrota de 2-1 ante esa gran escuadra azurra de Mario Ballotelli, Joachim Löw veía cómo se le escapaba una Eurocopa más de sus manos. No obstante, la ilusión se mantenía y la vista se cambiaba hacia la Copa del Mundo de Brasil 2014.

Brasil 2014: Sin sufrimiento no hay victoria

La Copa del Mundo de Brasil 2014 fue como si alguien escribiera en el corazón germano la siguiente idea: "Quédate con quien te anhele tanto como Löw a la Copa del Mundo". Desde el arranque, donde se volvieron un torbellino de goles ante una floja Portugal, Alemania dejó en claro que quería el mundial, soñaba con el mundial, se exitaba con la idea de conquistar América y ser el primero europeo en hacerlo. Ni el empate ante Ghana ni la tormenta en la que venció a Estados Unidos mermaron ese deseo, el cual se plasmó en Octavos de Final con un 2-1 sufrido ante Argelia, pero que dejaba las pinceladas evolutivas de Löw. Neuer convertido en un líbero, Lahm reubicado como lateral derecho, pero con más tendencia a ser un mediocentro más para dar amplitud de salida y Müller y Klose alternando su posición de "9" para dar más opciones de ataque.

La Copa del Mundo de Brasil 2014 fue como si alguien escribiera en el corazón germano la siguiente idea: "Quédate con quien te anhele tanto como Löw a la Copa del Mundo"

Para Cuartos de Final, Alemania dio cuenta de Francia por 1-0 y llegaba a Semifinales donde se vería las caras con nadie más que con Brasil. El equipo local, si bien es cierto llegaba con una plantilla menos poderosa que en torneos anteriores, tenía el apoyo total de su hinchada y veía el vencer a Alemania como la posibilidad de soñar con conquistar su mundial y dejar de lado el fantasma del 'Maracanazo'. Sin embargo, Alemania no solo fue un fantasma, sino que fue una de esas pesadillas eternas, de las que despiertas, pero tu cuerpo no se mueve, de las que te muestran cuadros de tortura y dolor que ni la mente más bizarra puediera contemplar. La paliza del 1-7 quedará para la historia como el formateo del 'Maracanazo', pero la instalación directa de un software más doloroso: 'El Mineirazo'. La calidad futbolística de Alemania fue total. La graduación del equipo de Löw se confirmaba y solo tenía que pasar a recibir su título de manos de Lionel Messi y compañía.

Pero Messi y compañía sabían que hacer y planteaban un partido cerrado y ultradefensivo. Higuaían dejaba ir la chance más clara de gol tras un mal pase de Kroos, algo que es el equivalente a decir que cae nieve en el desierto. Kramer, quien llegaba por el lesionado Khedira, salía por un golpe mortal ante Garay y dejaba su paso a Schürrle, más rápido que fuerte. Höwedes estrellaba un frentazo en el poste derecho de Romero a tres minutos del cierre del primer tiempo y Messi recortaba a Hummels pero chocaba con Boateng y Schweinsteiger en todo el segundo tiempo. El partido calentaba y las opciones se cerraban. La lucha era intensa. Argentina se negaba a morir y tiraba de sus mejores armas con Macherano elevado al plano de divino y convertido en el Moisés Argentino que quería encaminar a su pueblo a la Copa Prometida.

Argentina se negaba a morir y tiraba de sus mejores armas con Macherano elevado al plano de divino y convertido en el Moisés Argentino

Con los 90 minutos finalizados, llegaban los 30 minutos extra y la presión aumentaba. Rodrigo Palacios no aprovechaba un pase mágico de Messi y desperdiciaba la segunda gran ocasión argentina en el partido. Mientras tanto, Löw haría el movimiento clave, ese que no levanta mayor expectativa pero que se convierte en el punto de inflexión de todo un partido. Klose dejaba su puesto a Mario Götze. La frase que se recordará por siempre es la de Löw diciéndole a Götze: "Ve y demuestra que eres mejor que Messi". Nadie tampoco podrá olvidar a Klose diciéndole: "Es hora de que nos des la copa". Todas esas anécdotas que un partido de proporciones épicas deja siempre son la anotación clave para entender cómo, en aquel 116', Schürrle devoró la banda a pase de Müller y colocó un centro que Götze pechó y ejecutó de volea en un golazo memorable, histórico y valioso. Löw se lo dijo y Götze lo hizo. Todo parte de una mente poderosa para que el espíritu conquiste sus miedos.

Apuntes finales

La renovación alemana no para. 'El Elegido' sigue haciendo su trabajo: liberar a Alemania de la Matrix y llevarlos por el camino de la redención, la libertad y la salvación

El mundial llegó a Alemania. La cuarta estrella fue una realidad. 8 años después de su nombramiento como primer entrenador, Löw devolvía a Alemania al lugar de los grandes, de los poderosos, de los dioses eternos del fútbol mundial. Actualmente, con la Eurocopa una vez más escapándose de las manos, Alemania ratifica a Löw hasta la Copa del Mundo de Rusia 2018, confiando en su proyecto y soñando con un bicampeonato mundial histórico, volviendo a alcanzar una meta que solo Brasil había conseguido y dando paso a nuevas piezas en este contexto de tiempo. Ya no estan Lahm, Klose ni Mertesarcker. Pero Löw ha dado paso a Kimmich, de una enorme Eurocopa, Höwedes, cada vez más confirmado como pieza clave en la plantilla o a Jonas Hector, quien se ha convertido en el lateral zurdo de toda Alemania. Si falta Reus, Draxler toma el llamado y lo ejecuta de buena forma y si Müller no anota, ahí saltarán figuras como Selke o Sané para apostarle a más futuro. La renovación alemana no para. 'El Elegido' sigue haciendo su trabajo: liberar a Alemania de la Matrix y llevarlos por el camino de la redención, la libertad y la salvación.

Löw ya fue confirmado hasta 2018 como entrenador de Alemania. // (Foto de skysports.com)
Löw ya fue confirmado hasta 2018 como entrenador de Alemania. // (Foto de skysports.com)