El partido comenzó con un mayor dominio de balón del conjunto local, que trataba de llevar la iniciativa en el juego, a base de circular el esférico en vertical, siendo bastante más directo que en la era Guardiola, aunque gozando de una menor claridad en el juego, a pesar de que Ribery que estaba jugando como segundo punta escorado por la banda izquierda por detrás de Green en el 4-3-2-1, y estaba bajando a recibir constantemente, para darle una mayor fluidez a la salida de balón. Mientras tanto, en la otra cara de la moneda, teniamos a un Manchester City muy rígido, que ante la ausencia de un jugador para organizar el juego estaba abogando por replegarse y salir en velocidad, aunque con el paso de los minutos, empezó a hacerse con la posesión del balón, adelantando las lineas con el planteamiento de 4-1-4-1 con Fernando de mediocentro, y Fernandinho de interior en paralelo con Zinchenko. 

Un primer tiempo dividido

Después de los primeros minutos de juego, el encuentro mantuvo su bajo ritmo de intensidad, y el equipo de Guardiola siguió manteniendo un mayor control del juego que su rival, cuya única novedad estaba siendo la alternancia de posiciones entre Bernat y Alaba que permutaban entre el lateral izquierdo y el interior. Aunque por otro lado, estaba teniendo mayores dificultades para trazar posesiones largas, pues el combinado inglés estaba cerrando todas las opciones de pase sin ejercer una gran presión, y Xabi Alonso estaba teniendo dificultades para tocar la tecla correcta con el balón, aunque a pesar de ello, estaba consiguiendo crear ocasiones a base de presionar la salida de balón del conjunto rival que no estaba teniendo la claridad a la que acostumbran los equipos de Guardiola.

En los últimos minutos de juego, el fútbol de ambos equipos fue mucho más atropellado, y el último cuarto de hora de juego del primer tiempo, no contó con un dominador claro, pese a que el Bayern tuvo algo más de posesión, y a base de circular el esférico en campo propio, consiguió frenar el escaso ritmo de dominio que tenía el conjunto mancunnian, que perdió el control, sufriendo más para recuperar el esférico, y para mantenerlo con posesiones largas en terreno de juego rival, donde no hacían más que cometer imprecisiones.

Un gol decisivo, en una fase sin intensidad

El segundo tiempo comenzó con un mayor dominio de balón del Manchester City, que empezó a tocar con más claridad en terreno de juego del rival, al tener un delantero referente con la entrada de Wilfried Bony, que al contrario que Iheanacho es un jugador mucho más rígido, y con menor agilidad. Mientras tanto, el equipo dirigido por Carlo Ancelottti, estaba teniendo muchas más dificultades para sacar la pelota jugada desde atrás, y en muchas ocasiones, los jugadores del equipo bávaro se veían obligados a recurrir a las bandas para sacar el cuero jugado. El ritmo de intensidad seguía siendo igual de bajo que en el primer tiempo, a pesar de que el Bayern era el único que hacía esfuerzos por desequilibrar en ataque y adelantarse en el marcador.

Después de los primeros minutos de juego, el Manchester City tuvo un tramo de gran dominio, en el que movió la pelota con mucha calma, alrededor de la portería del Bayern de Munich, y en la que a base de abusar de su juego en horizontal, tuvo dificultades para encontrar a Bony situado en el punto de penalti. Por su parte, el conjunto de Carlo Ancelotti se agazapó en su campo, y abogó por salir a la contra. En una jugada aislada, se encontró con el 1-0 gracias a un disparo desde fuera del área de Erdal Oeztuerk que entró después del desvío de un defensor que batió por completo al guardameta Gunn.

Después del gol, el encuentro mantuvo su soporífero ritmo de intensidad, y siguió contando con el control del conjunto de Manchester que ejerció un dominio estéril, con una circulación del esférico muy lenta, ante un contrincante que mantenía el resultado en los últimos minutos, defendiéndose en campo contrario con las líneas bastante adelantadas, intimidando la salida de esférico del contrincante, que al estar en una prueba, veía innecesario forzar excesivamente la máquina, y concluyó el encuentro con unas fases de posesión larga.