El encuentro comenzó con dominio de balón de la selección alemana que controlaba el juego, y que trataba de llegar al arco contrario a base de circular el esférico a un buen ritmo, y de profundizar por los costados, especialmente por el izquierdo por el que Hector estaba siendo omnipresente, combinando entrelíneas con interiores y mediapuntas, y tratando de crear desequilibrio por los costados, por donde el lateral del Colonia apenas era capaz de crear ocasiones de gol. Por su parte, el combinado nacional de Finlandia, abogaba por mantenerse replegado en su terreno de juego, y por salir al contraataque en alguna recuperación de balón. 

Dominio claro del conjunto local sin remate

Después de unos minutos, el partido mantuvo su bajo ritmo de intensidad, y el combinado visitante consiguió frenar el acelerado ritmo de dominio de los locales, a base de adelantar las líneas y de presionar al jugador que tenía el esférico. Mientras tanto, el equipo entrenado por Joachim Löw mantuvo el dominio del esférico, aunque tuvo sus tramos de posesión larga más alejado del área rival, una circunstancia que ralentizó la circulación de balón del campeón del mundo que trataba de crear ocasiones de gol centrando balones al área desde ambos costados, pero estaba teniendo dificultad para rematar las jugadas con jugadores como Max Meyer y Mario Götze.

En los últimos minutos de juego, el conjunto local cedió la posesión del balón a la selección de Finlandia, que apenas fue capaz de crear peligro, y se replegó en su campo, a la espera del tiempo de descanso, o de algún espacio en la defensa rival, para salir en velocidad tras una recuperación de balón. En los últimos instantes de juego, la mannschaft recuperó la iniciativa del juego, y tuvo unos tramos de posesión estéril en campo contrario, en los que apenas fue capaz de mantener la redonda controlada para crear espacios desequilibrando por velocidad.

Control teutón, con menos dominio y posesión

El segundo tiempo comenzó con el conjunto germano llevando la iniciativa en el juego, intentando acercarse al área rival tocando, y profundizando por el costado izquierdo con unHéctor omnipresente, que era capaz tanto de asociarse entrelíneas, como de desbordar para llegar a línea de fondo y colgar el esférico al área. El 1-0 llegó de la mano de Max Meyer, que remató un centro raso de Mario Götze desde la banda derecha. Tras el tanto, el ritmo de intensidad se desplomó en el partido, a pesar de que el combinado teutón seguía controlando la situación y estaba teniendo un cierto control del juego, aunque únicamente estaba jugando en el centro del campo y cuando perdía el cuero estaba teniendo dificultades para recuperarlo.

Después de los primeros minutos de juego, el combinado nacional de Finlandia tuvo una mayor posesión del balón, aunque estaba siendo realmente inofensivo cuando pisaba terreno de juego rival. Mientras tanto, el equipo alemán se dedicaba únicamente a dominar el esférico, y a acariciarlo hasta dormir el encuentro con posesiones largas en terreno de juego contrario en zonas bastante avanzadas en algunos tramos de juego, aunque a pesar de ello, no se animaba a buscar el ataque con agresividad, rondaba el área contraria tímidamente. El 2-0 llegó por medio de Mesut Özil que remató en el primer palo, un centro de un Mario Götze más participativo, desde el costado izquierdo. 

Los últimos minutos del encuentro, fueron de un control claro por parte del equipo local que tenía la posesión, y que seguía ejerciendo un dominio territorial al realizar gran parte de sus posesiones largas en terreno de juego del oponente, que había retomado la presión alta sobre el conjunto rival sin ningún resultado, pues el cuadro local progresaba sin ninguna dificultad e incluso seguía creando ocasiones de gol profundizando por ambos costados con bastante fluidez. Aún así, el acierto en la definición no estaba acompañando de la misma manera que la precisión, que tampoco estaba acompañando al conjunto visitante cuando llegaba a zonas avanzadas.