El encuentro comenzó con dominio del Borussia Dortmund, que estaba dominando la pelota y la estaba circulando por todo el terreno de juego con mucha fluidez. Aunque, a pesar de ello, no estaba dominando el juego en el campo contrario, sino que estaba creando las jugadas en terreno propio y las estaba concluyendo en los 30 últimos metros con hombres como Mor, Dembélé y Götze, que estaban teniendo un gran protagonismo, pero que no estaban acertando en el último pase. Por su parte, el Friburgo se dedicaba a replegarse y a cerrar espacios como podía en campo propio, pues le estaba costando cerrar espacios ante la avalancha borusser que estaba desplegando todo su arsenal en ataque.

Dominio claro de los locales, que desplegaron todo su arsenal ofensivo

Después de los primeros minutos de juego, el equipo de Thomas Tuchel estaba desplegando su arsenal ofensivo y, gracias a ello, estaba consiguiendo crear ocasiones claras de gol tanto en jugadas de combinación como en balones largos y en saques de esquina. Por su parte, el Friburgo se estaba empezando a desplegar con el balón controlado y estaba tratando de frenar el dominio del esférico del conjunto local, que estaba teniendo una cierta dificultad para recuperar la bola y llegar a la portería contraria con peligro, especialmente tocando, pues estaba fallando en el último pase en la frontal del área.

En los últimos minutos de juego el Borussia Dortmund recuperó el dominio del balón y se empezó a instalar en terreno de juego contrario, circulando el esférico con una mayor lentitud, profundizando menos por las bandas y creando menor desequilibrio, pues Dembélé estaba apareciendo con mucha menos frecuencia, tanto en banda como entre líneas. Aunque a pesar de ello, logró romper la solidez defensiva que estaban empezando a aparentar los visitantes, cuando Götze supo ver el desmarque de Dembélé, le puso un balón entre líneas y éste asistió a Aubameyang con un pase de la muerte para que éste marcara el primer tanto, a placer, en boca de gol.

Control de un conjunto aurinegro mermado en ataque

El segundo tiempo comenzó con control del juego por parte del conjunto dirigido por Thomas Tuchel, que estaba teniendo la pelota y estaba rondando el área contraria con cierto peligro. Piszczek logró marcar el 2-0 tras recoger un rechace en el área contraria y a partir de ahí abogó por retroceder más las líneas de presión y por presionar para salir al contragolpe, únicamente con la línea de delanteros, que estaba conformada por Aubameyang y uno de los mediapuntas. Petersen logró marcar el 2-1 tras batir a Bürki en el mano a mano, tras un despiste defensivo de la defensa local y entonces el conjunto dirigido por Thomas Tuchel despertó y volvió a llevar la iniciativa en el juego en ataque, aunque había perdido el dinamismo del primer tiempo, para convertirse en un conjunto mucho más rígido, sin amplitud cuando combinaba en terreno de juego contrario.

Después de los primeros minutos de juego el conjunto blanquinegro volvió a recuperar el manejo de la posesión y empezó a focalizar la circulación de la pelota de ambos conjuntos en el centro del campo. Y a partir de allí, el Dortmund volvió a sufrir serias complicaciones para llegar al área contraria, ya que solo la movilidad y la gran habilidad técnica que tiene Aubameyang pudieron resolver a la hora de crear ocasiones de gol. Tras un tiempo, el cuadro visitante perdió protagonismo en ataque y el combinado aurinegro empezó a tener unas fases de posesión en el segundo tercio de campo, con las que el conjunto local consiguió controlar el enfrentamiento.

En los últimos instantes de juego el Borussia Dortmund siguió llevando las riendas del encuentro, en un tramo final de juego que estaba sabiendo controlar a la perfección, mostrando una gran solidez y un buen equilibrio con el balón controlado, asegurando la entrega y pisando terreno de juego contrario cuando lo ha necesitado para dominar a su contrincante, que apenas hacía esfuerzos para recuperar la pelota y que parecía estar conforme con el resultado que campeaba en el electrónico del Signal Iduna Park. Pero Raphäel Guerreiro, que había entrado en el lugar de Götze para aportar trabajo en el centro del campo, en un tramo en el que iba a jugar al contraataque, batió a Schwolow en el mano a mano en el interior del área.