El partido tuvo un inicio bastante trabado. El Mónaco taponaba bien la salida de balón de los locales pero una vez recuperaba la posesión tenía dificultades para progresar. Conforme pasaban los minutos, se empezó a jugar más en la mitad de campo del Nantes, que tuvo que renunciar a su salida en corto ante la presión de los de Ranieri.

A las numerosas bajas que ya tenía el Mónaco se unió, a última hora, la de Ferreira-Carrasco y el equipo echó bastante en falta la verticalidad y el desborde en banda del belga. Con un mediocampo muy fuerte, pero sin apenas juego por los carriles exteriores, los visitantes cargaron mucho el juego por la zona interior, pero ni Falcao ni Riviére gozaban de situaciones de gol. Por su parte, el Nantes trató de explotar el perfil izquierdo de su ataque mediante Bessat y las incorporaciones de Veigneau, pero las ayudas defensivas de ese reforzado centro del campo monegasco impedían lsituaciones de dos contra uno en banda.

Riviere tuvo una de las ocasiones más claras de la primera parte, pero el pase de James se quedó atrás y el francés se vio obligado a rematar con la espuela, sin mucha fuerza, aunque obligando a Riou a intervenir.

Ranieri modificó el sistema y le salió bien

Los locales se sentían muy cómodos defendiendo esa zona central, pero el Mónaco se percató y sus laterales empezaron a tener mucha más presencia en ataque, abriendo el campo y también al rival, generando así más huecos para la gente del medio. Sin embargo, las ocasiones seguían sin llegar.

El Monaco mejoró tras la reanudación

Tras el paso por los vestuarios, parecía que el partido se iba a poner más interesante. A los tres minutos, Falcao sirvió a Riviere un balón en boca de gol, pero Veigneau fue más rápido que éste y pudo despejar el balón a córner. Cinco minutos después era Falcao el que desaprovechaba otra clara ocasión, tras una gran asistencia del colombiano James. En menos de diez minutos el Mónaco ya había generado más peligro que en toda la primera mitad.  

El Nantes apenas salía de su campo y, con esas, era de esperar que llegase el gol visitante. Falcao había vuelto a desperdiciar una situación de ventaja en el área y un zurdazo posterior de Raggi obligaba a Riou a emplearse a fondo. La presencia del Mónaco en área rival era cada vez mayor. En una de esas llegadas, Riou volvía a repeler un remate de un jugador del Mónaco, pero tuvo la mala fortuna de que su rechazo fue a caer a las botas de Obbadi. El jugador marroquí conectó un impresionante derechazo que acababa colándose en la meta defendida por Riou tras tocar en Bedoya. Mucho tendría que cambiar el partido para que el Nantes acabara sacando algo positivo.

Poco tiempo para reaccionar tras el gol

Como era de esperar, el Nantes se volcó en busca del gol, pero los de Ranieri no iban a dejar escapar la victoria tan fácilmente. La tuvieron los locales en un córner y, de hecho, el balón acabó entrando, pero la jugada ya había sido anulada.  Poco después, en el minuto 92, un desajuste de la defensa del Mónaco permitía a Bedoya plantarse sólo en el área, pero trató de ajustar su remate con el exterior y erró en el intento. En el último minuto de partido el Nantes había marrado la ocasión más clara del partido que les habría permitido mantenerse a tres puntos de los puesto de Champions League.

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Alonso Gallego
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