Con esta victoria, el Burdeos podrá empezar a mirar hacia arriba, aunque entrar en puestos europeos este año va a estar muy caro. Por su parte, el Ajaccio sigue hundido en la zona de descenso, colista, aunque empatado a puntos con el Sochaux. Tiene mucho y muy duro trabajo por delante Bracconi para remontar este mal inicio de los corsos.  

Inicio muy intenso del Girondins y gol tempranero 

Arrancó fuerte el Girondins de Burdeos. Encerró al Ajaccio desde el primer minuto de juego y, aunque no llegaron a tener ocasiones del todo claras, el peligro en el área rival estaba latente en todo momento. Le costó mucho a los corsos entrar en el partido. Tanto, que en el minuto ocho de partido ya iban por detrás en el marcador. La fuerte presión local propició la pérdida de balón de Hengbart y, tras un fallo de Dielma a la hora del despeje, Jussiê se plantaba solo ante Ochoa y la ponía ajustada al palo, lejos del alcance del meta mejicano. El Girondins había salido mucho más intenso y rápidamente obtuvo la recompensa.

Obligado a reaccionar, el Ajaccio ganó metros y fue progresivamente adentrándose en campo rival. Justo en el cuarto de hora de partido, un cabezazo de André obligaba a Carrasso a intervenir para  evitar el empate. Mantenía la presión arriba el Burdeos, aunque no tan intensa como en el inicio. Sin embargo, dificultaba mucho la salida de balón de los visitantes, que se veían a menudo obligados a lanzar balones largos para conectar con los atacantes.

Seguían muy bien ordenados los hombres de Gillot, sin correr ningún riesgo con balón y tratando de mantener la posesión para evitar convertir el partido en un correcalles. N’Guemo era clave a la hora de equilibrar, evitando que el equipo se partiese cuando atacaba, ya que Sertic se descolgaba con frecuencia para buscar la llegada desde atrás y los laterales Orbán y Mariano ocupaban posiciones adelantadas. Con esto se llegaba al descanso, con la sensación de que el equipo local controlaba con facilidad el encuentro.

Los locales sentenciaron el partido en el inicio de la segunda mitad

El comienzo de la segunda parte no fue tan intenso, pero de nuevo salió más enchufado el Girondins, que apenas cumplido el minuto cuatro había vuelto a marcar. Sertic, en una de sus constantes llegadas, mandó a la red un balón que procedía de las botas de Maurice-Belay.

Ahora sí, a los corsos no les quedaba otra que lanzarse al ataque, lo que suele desembocar en muchos espacios atrás. Minuto 54 y córner para el Ajaccio; el Girondins despeja y a correr. Le llegó el balón a Obraniak en el área, que la puso con la precisión que acostumbra y sirvió en bandeja el gol a Maurice-Belay. El ex del Sochaux no había participado demasiado en la primera mitad, pero en apenas diez minutos de la segunda ya llevaba una asistencia y un gol.

Pasaban los minutos, pero esta vez el Girondins no se echó atrás, sino que fue en busca de más. El Ajaccio era un equipo apático, hundido por esos dos goles tan seguidos tras la reanudación, mientras que el Burdeos seguía mordiendo. Llegaba otra vez Sertic, aunque esta vez por la banda, y conectaba un buen centro para que Jussiê simplemente tuviera que poner la cabeza, sin espacio para que Ochoa pudiera reaccionar.

Le sobraron muchos minutos al partido, totalmente sentenciado ya con el cuarto gol. El Girondins bajó el pistón y se dejó ir, pero el Ajaccio no pudo hacer nada por revertir la situación.