La derrota es dura y duele más cuando se ha jugado bien durante una competición tan dura como la UCL. Sin embargo la eliminación del PSG no debe llevar al club francés al derrotismo y a la resignación ya que crearía una barrera mental fuerte de cara al futro. Es cierto que se ha invertido un dineral desde la llegada del grupo Qatarí para que el PSG pueda competir con los equipos tradicionales europeos, pero a veces estas inyecciones de capital requieren tiempo y confianza para poder verse reflejadas y más cuando se hacen sobre clubes que hasta el momento están adquiriendo una cultura de juego que han carecido a lo largo de su historia. 

Inicios duros

La primera experiencia para el grupo Qatarí en la UEFA CHAMPIONS LEAGUE fue en la temporada 2012-2013 bajo la dirección técnica de Carlo Ancelotti donde compartió grupo con el Porto, Dynamo de Kyev y el Dynamo Zagreb. A priori un grupo fácil, y el PSG se encargó de demostrarlo haciendo 15 puntos de 18 posibles, esta única derrota fue contra el Porto en el Dragao. El equipo mostró un buen fútbol teniendo como principal referente en el ataque a Zlatan y jugando con un extremo largo como Ménez que tenía a su vez que saber combinar por dentro con los conductores del equipo que fueron Pastore y Verratti. La versión de Matuidi aún era más reactiva que proactiva pero ya dejaba ver formas.

En octavos de final le tocaría contra el Valencia jugando un partido pragmático en Mestalla donde si bien no tuvo la iniciativa en el ataque estático fue letal en las transiciones con un Lavezzi inspiradísimo y un Pastore magistral aprovechando los espacios que dejaba el conjunto che sacaron petróleo y lograron un valioso triunfo para poner el 1-2 con lo cual se hacía complicada una remontada en el Parque de los Príncipes. Sin embargo en la vuelta el PSG se atascó y no logró concretar ante Guaita y el Valencia aplicando lo mismo que los parisinos en Mestalla se puso adelante por medio de Jonas, pero Lavezzi pondría el 1-1 que dejaría muchas dudas de cara a la siguiente fase.

En cuartos le tocaría jugársela contra un Barcelona autogestionado por la penosa enfermedad de su entrenador Tito Vilanova. En la ida el PSG respetó demasiado a los culés que se adelantaron primero por intermediación de Xavi, luego una pequeña reacción que conllevó a un gol de Zlatan pero en el 90 apareció un penal a favor de los catalanes que transformó Messi, sin embargo cuando todo el mundo estaba esperando la victoria un remate furioso de Matuidi se desvió en Bartra y puso el 2-2. En la vuelta en el Camp Nou el PSG jugó 65 minutos magistrales anulando a los locales, tomaron la ventaja con un golazo de Pastore pero apareció el espíritu de un Messi mermado para empatar el juego más con el corazón y dejar a los franceses fuera. En esta ocasión el excesivo respeto en la ida condicionó al equipo.

Cambio de dirección.

Para la temporada 2013-2014 Ancelotti decidió dejar París por Madrid y en su lugar llegaría Laurent Blanc que tuvo un gran paso por el Bordeaux pero que venía de dejar un poco de dudas en la selección. En esta temporada el PSG llegaba como flamante campeón y con más profundidad en su alineación ya que ficharon a jugadores como Marquinhos, Lucas Moura, Thiago Motta y Edison Cavani, adicionalmente llegaron jóvenes prometedores como Digne y Rabiot. De nuevo tuvieron un grupo asequible con Olympiacos, Benfica y Anderlecht, y a pesar de ciertas dudas salieron primeros en el grupo para enfrentar en octavos de final al Bayern Leverkusen al que apalearon en el global 6-1.

En esta temporada explotó Matuidi como el jugador que cambió los ritmos de juego aprovechando el manejo del tiempo de Verratti y la elegancia de Motta para limpiar espacios, con un punta más definido como Cavani, Zlatan pudo jugar más retrasado y aprovechar su clarividencia para asistir o su letalidad para rematar. En cuartos enfrentarían al Chelsea en una serie que se antojaba reñidísima por el nivel y contrastes de los equipos y en verdad que la serie no defraudó. Un arranque furioso y veloz del PSG lo puso adelante pero cuando tenía a merced al Chelsea apareció Hazard para empatar, sin embargo en el segundo tiempo el Chelsea reculó y el PSG le dio la pelota a sus volantes para que con paciencia cercaran el arco de Cech hasta que David Luiz marcó en propia puerta y Pastore en la agonía marcó el 3-1 que podría ser una buena ventaja para Londres.

Sin embargo el PSG en Londres no fue lo que se esperaba y le entregó la iniciativa al Chelsea sabiendo de sus dificultades para sostener un asedio por largo tiempo y a los 32 minutos Schurrle le daba la ventaja a los blues. A la contra el PSG encontró sus mejores opciones pero Cavani y Lavezzi no pudieron hacer lo que hizo Hazard en París y cuando el partido agonizaba apareció de la nada Demba Ba para aplicar un mazazo a los parisinos y mandarlos a casa ante el jolgorio de Mourinho y la impotencia de Blanc. La falta de jerarquía y mala definición condenaban al PSG que no fue inferior a su rival pero pagó caro la mística que tienen los equipos de tradición en estas competiciones y en estas instancias.

La consolidación.

En la temporada 2014-2015 con apenas nuevas incorporaciones (David Luiz y Auirier) el PSG afrontaba de nuevo el reto de conquistar Europa, esta vez compartió el grupo con el Barcelona, el Ajax y el Apoel. Se sabía de antemano que los favoritos eran culés y parisinos pero faltaba definir quien pasaría de primero. En el juego de ida el PSG se fue rápidamente en ventaja pero el equipo catalán se sobrepuso y logró empatar, cuando el juego parecía decantarse para el lado de los visitantes dos errores permitieron al PSG ponerse 3-1 y ya el agónico gol de Neymar sólo serviría para recortar distancias. La vuelta en el Camp Nou mostró a un París más ofensivo yendo a presionar a un Barcelona que salió con 5 centrales pero el tridente culé fue más efectivo y logró un 3-1 un poco largo teniendo en cuenta el desarrollo del juego.

En octavos de nuevo el Chelsea y otra vez prometía ser una serie reñida y de épica. En el Parque de los Príncipes los visitantes se fueron arriba con cabezazo de Ivanovic ante un PSG que no podía batir a Courtois que estuvo espléndido hasta que al minuto 54 Cavani finalmente hizo justicia en el marcador y colocaba un 1-1 con más ventaja para el Chelsea. En Londres Blanc apostó por el mediocampo de ensueño tocando y conservando el balón donde se doctoraron Matuidi y Verratti, pero una irresponsabilidad de Zlatan dejaba con uno menos al PSG que aguantó 81 minutos para ver como Cahill ponía el primer gol blue, sin embargo David Luiz empató el juego cuando se acababa desatando la locura y minando la moral del Chelsea que no encontraba fórmulas para acercarse a Sirigu hasta que una mano infantil de Thiago Silva hacía que Hazard pusiera el 2-1 en la prórroga. Pero cuando todo parecía irse al olvido el brasileño se resarció de su error y en un cabezazo englobado puso a los parisinos en cuartos con total justicia.

Sin embargo la suerte es esquiva y de nuevo le tocaba enfrentarse al Barcelona que no era el mismo de la fase de grupos y que había encontrado el rumbo después de la derrota en Anoeta. Fue una dictadura en París con una actuación memorable de Luís Suárez y en la vuelta un recital de Iniesta y Neymar dejaban sin UCL al PSG, el parcial de 5-1 a favor de los culés lo dice todo: El Barcelona fue claramente superior y contra eso los de Blanc poco pudieron hacer.

En la temporada 2015-2016 llegaba Di María como ese jugador franquicia que faltaba para ayudar a los grandes jugadores que ya se contaba y en verdad el fideo no defraudó. En la fase de grupos quedó detrás del Madrid pero en los dos juegos no fue inferior al conjunto madrileño y la mala suerte hizo que el PSG fuera de nuevo a jugar contra el Chelsea, aunque en esta ocasión se sabía que los de Blanc eran claramente superiores a los de Hiddink.

En la ida el 2-1 fue corto ante la belleza del juego parisino, Blanc le dio libertad al mediocampo para que jugase en corto o en largo aprovechando la polivalencia de sus jugadores y si bien el resultado fue corto en juego no hubo dudas de quien ganó. En la vuelta otro 2-1 a favor de los visitantes hizo que el equipo mostrase esa jerarquía que finalmente se esperaba luego de 3 años de estar al mando Blanc. En cuartos esperaba un City irregular.

Si bien la serie se presentaba a favor de los de Blanc y así se hizo ver en los primeros minutos los errores defensivos del PSG fueron cobrados con dureza por el City, ya que los locales sufrieron bajas importantes como Verratti y si bien el estilo se mantuvo, los intérpretes en ocasiones no ejecutaron bien por lo que los ingleses sacaron petróleo de estos pequeños detalles que cuestan mucho en Europa. Cuando el PSG finalmente se fue adelante con el gol de Rabiot, un error de Aurier permitió empatar a Fernandinho con lo que el City creció en espíritu más no con juego. En Manchester comprobó lo anterior ya que de nuevo la iniciativa fue para el City pero la baja de Verratti y de Matuidi le quitaron mucha calidad al PSG que no pudo nunca encontrar situaciones claras ante Hart y en el 76 veía como en una gran jugada De Bruyne apuntillaba la salida de los parisinos.

Este último año sin lugar a dudas fue el más duro para el PSG porque realmente jugó muy bien al fútbol pero los pequeños detalles, las desconcentraciones claves y las lesiones hicieron que no llegase más lejos en la UCL, ahora tiene que confiar en el proyecto deportivo e iniciar la renovación en puestos claves para tener una nómina con calidad en los recambios y que adquiera la identidad de juego que ha puesto Blanc en el equipo.