Hijo de un futbolista, Hatem Ben Arfa dio luz en un suburbio de la capital francesa, más exactamente en Clamart el 7 de marzo de 1987 donde el joven prodigio empezó a dar sus primeros pasos con el balón. Anduvo la mayoría de este tiempo en academias de fútbol donde tantos otros jugadores franceses han emergido para convertirse en el paso del tiempo en estrellas y referencias a nivel nacional. Desde pequeño mostró la personalidad que siempre lo ha distinguido: por una parte unas cualidades excepcionales con el balón al alcance de los elegidos, pero por otro lado un carácter rebelde rayando con la rebeldía pueril que puede llegar a cortar la carrera de un jugador.

Inicios con los mejores

El Lyon dirigido por un visionario para talentos como Jean Michel Aulas pronto se dejó cautivar por la perla tunecina y a los 15 años firmó para entrar en los equipos juveniles del Olympique. Dos años después llegaría su lanzamiento al estrellato cuando con una maravillosa selección sub-17 de Francia lograban coronarse campeones del europeo de esa categoría junto a compañeros tan prodigiosos como él, en este equipo estaban Samir Nasri, Hugo Lloris, Karim Benzema entre otros.  Precisamente con este último entabló una gran amistad desde la academia del Lyon donde estaban considerados no sólo como los futuros estandartes del Olympique sino de la selección post-Zidane.

Como el Lyon en estas épocas era protagonista de la Champions League era frecuente ver que sus grandes jugadores emigraran hacia otros equipos con más cartel y es por eso que con tan sólo 19 años Ben Arfa se convierte en titular junto a Benzema en el 4-3-3 de Allain Perrin actuando como extremo izquierdo donde era un verdadero dolor de cabeza por la forma increíble de regatear y la conducción a la velocidad de la luz con el balón pegado al cuero. A pesar de renovar en el 2008 con el Olympique, una pelea con Sébastien Squillaci haría plantear el traspaso de la joven promesa.

Ese verano Ben Arfa a pesar de estar codiciado por clubes de la Premier decide hacer las maletas y firmar por el Olympique de Marseille a cambio de tan sólo 12 millones de euros y de palabras poco gratas hacia su antiguo club. Llegaba al equipo más popular de Francia a reemplazar a otro prodigio: Samir Nasri, pero en los primeros entrenamientos chocó contra un volcán llamado Djibril Cissé que después del incidente decidió irse al Sunderland inglés. La joven figura empezó a demostrar que era mejor en el campo que hablando y con actuaciones soberbias asistiendo o anotando despertaba la esperanza de por fin levantar la Ligue 1 en el Velodróme, quedándose cerca del título al ubicarse por detrás del Girondins.

Para la temporada 2009-2010 volvió una vieja gloria como es Didier Deschamps para darle un poco más de jerarquía al equipo pero pronto se dio cuenta que, si bien Ben Arfa es un prodigio con el balón, con sus actitudes en los entrenamientos donde se creía superior a los demás, complicaban todo. Por eso en esta temporada pasó de ser pieza clave a ser el gran revulsivo viniendo desde el banquillo y a pesar de ganar la Ligue 1 (hecho histórico), el jugador empezó a deslizar que estaba aburrido del equipo y que no se llevaba bien con Deschamps y algunos compañeros. 

El círculo vicioso en Inglanterra

Finalmente ambas partes se pusieron de acuerdo para una salida y el destino fue el Newcastle de la Premier League. Ya no era sorpresa que Ben Arfa no consiguiese un club a la altura de su nivel técnico porque su comportamiento era de sobra conocido. Sin embargo, al cambiar de cultura y de hábitos se pensó que el jugador se podría alejar de esas amistades negativas que le hicieron daño en Francia, y todo parecía ir bien hasta que se encontró con el “cirujano” De Jong que prácticamente acabó con la temporada de Ben Arfa al romperle la pierna. Volvió hasta la temporada 11-12 donde dejó para el recuerdo un golazo maradoniano ante el Bolton y ganándose la convocatoria a la Euro de Ucrania y Polonia donde otra vez su comportamiento sería puesto en cuestión por Laurent Blanc. En la cancha un rendimiento pobre jugando como extremo a perfil cambiado ante Suecia en la derrota casi le cuesta a Francia una temprana eliminación.

Newcastle decidió comprar a Ben Arfa pero el jugador rápidamente se ganó la cesión al modesto Hull City donde llegó como un ídolo aunque ya en diciembre del 2014 el entrenador Steve Bruce no sabía dónde se encontraba el jugador por lo que en ese mes fue despedido del equipo y prácticamente se empezaba a diluir el futuro con apenas 28 años para una de las esperanzas de Francia. Sin embargo, iba a llegar el Nice.

Renacer con incertidumbre

En enero del 2015 el Newcastle decide cancelarle el contrato a Ben Arfa por lo que firmó con la única opción seria que le salió. El Nice contra la opinión de muchos fichó al problemático extremo por el resto de la temporada. Al inicio de la campaña 2015-2016 nadie apostaba por el equipo de la costa azul y menos por Ben Arfa. Sin embargo, el extremo se echó el equipo al hombro y firmó una temporada de ensueño con goles increíbles, asistencias de lujo siendo de los mejores jugadores de la Ligue 1 en la temporada 2015-2016. Pronto su llamada a la selección se volvió un clamor nacional por las actuaciones eclipsantes de Ben Arfa sumando una actitud totalmente distinta a la que tenía a todo el mundo acostumbrado. El jugador decía públicamente que había borrado esas amistades nefastas del pasado y había madurado. 

Deschamps decidió llamarlo para los amistosos de Francia en marzo y el jugador mostró una polivalencia para jugar en cualquiera de las tres posiciones que requiere el equipo, ya sea de extremo izquierdo o derecho o como mediapunta, un hándicap sin duda. Pero el entrenador seguro escarmentado por su experiencia con Ben Arfa en el Marseille decidió dejarlo en la lista provisional de siete sustitutos en caso de que alguno de sus 23 jugadores no pueda ir a la Euro.

A pesar de que se le ha relacionado con el Barcelona, es complicado que se cumpla el sueño a Ben Arfa porque, si bien su fichaje saldría económico a los 29 años, sería un fichaje a mediano y corto plazo y quizá el equipo blaugrana opte por una opción más joven, sumado a la fama que el jugador creó la cual puede hacer que se quede en intenciones su fichaje.

Una pena porque la calidad siempre la tuvo pero lástima que Ben Arfa se haya dado cuenta tan tarde de lo que es capaz de hacer por su carrera deportiva, de lo contrario sería un referente para la selección y para el club donde juegue, aun así lo más probable es que no siga en el Nice y los aficionados a su juego esperan verlo en un club que al menos esté en la Champions League para que siga mostrando su cambio mental y de actitud para complementar ese grandioso talento que posee.