Primer partido ligero de alta exigencia para el Paris Saint-Germain de Unai Emey ante un equipo Champions como el AS Mónaco. Ambos equipos llegaban a la cita invictos; los locales, con un empate (2-2 en Guingamp) y una victoria (0-1 ante el Nantes), y los visitantes con dos triumfos (0-1 en Bastia y 3-0 frente al Metz).

Emery apostaba por la alineación habitual con el cambio de Pastore -baja por unas molestias- por Verratti, mientras que Leonardo Jardim presentaba un once con cinco defensas y un solo delantero, como en su anterior visita al Parc des Princes. La víctima de este cambio de sistema ha sido Dirar, que ha empezado el encuentro des del banquillo.

El Mónaco es un equipo que se le acostumbra a atragantar al PSG. Fue su último verdugo en liga (0-2 para los del Principado en la jornada 31 de la temporada pasada) y en los últimos trece partidos frente a los parisinos solo ha perdido una vez (4 victorias y 8 empates). En su primer enfrentamiento de la 2016-17, los monagescos han demostrado que siguen siendo la bestia negra del club de la capital.

El Mónaco coge ventaja 

El partido comenzaba con una presión alta de los locales, que incomodó mucho la salida de balón del conjunto parisino. Poca actividad ofensiva para ambos equipos en los primeros diez minutos, solo alguna tímida ocasión sin mucho peligro para el PSG. Por su parte, el Mónaco sabía que apovechar sus ocasiones iba a ser clave para sacar un buen resultado del encuentro; así, en el primer tiro a puerta para los locales, Moutinho ponía el 1-0 en el minuto 13 tras una buena jugada por banda derecha de Raggi que envió el balón a Sibidé para que éste asistiera al portugés con un centro.

En los minutos posteriores al gol, el Mónaco atacaba con insistencia la portería de Trapp, aunque sin suerte. Los locales se encontraban cómodos y desplegaban un muy buen juego ante un PSG que no despertaba. Antes del descanso, Bernardo Silva trató de poner el 2-0 con dos buenas ocasiones; en una de ellas, David Luiz agarró a Jemerson dentro del área y el árbitro señaló penalti favorable al los del Principado. Fabinho no falló, y colocaba el 2-0 en el marcador justo antes de que Buquet señalara el camino a los vestuarios.

Sentencia ante la reacción parisina

El descanso podía servir al PSG para salir más concentrado en la segunda parte, pero las palabras de Emery al descanso parecían no haber cambiado a sus jugadores y los parisino seguían perdidos, especialmente en el medio campo.  Al igual que al inicio del encuentro, el Mónaco presionaba la salida de balón del PSG.

Los ocasiones iban llegando por parte de los parisinos, y en el minuto 63 Cavani conseguía por fin enviar el balón al fondo de la portería local. Verratti enviaba un balón largo para Aurier dentro del área y con la cabeza el marfileño la ponía al centro de la área pequeña rival para que el delantero urugayo redujera las diferencias.

El 2-1 le vino bien al PSG, que parecía reaccionar y se iba acercando a la portería rival en busca del empate. Cavani primero y Di Maria después tuvieron ocasiones muy calras para colocar el 2-2 en el marcador, la defensa local primero y Subasic después consiguieron evitar el gol parisino.

Con los visitantes abocados al ataque, el Mónaco tenía opciones a la contra. En una de ellas, Bernardo Silva enviaba un balón para la carrera de Sibidé, quien con un pase lateral para Dirar que interceptaba Aurier, provocó que el lateral del PSG se introdugera el balón en su propia porteria, colocando el 3-1 final en el marcador.

Poca cosa más sucedería en un partido que deja al Mónaco en segunda posición con los mismos puntos -siete- que Guingamp (primero) y Niza (tercero). Por su parte, el Paris Saint-Germain no aprovecha la derrota del Lyon para coger ventaja con el que, en principio, se prevé su rival directo para el título, con permiso su rival en esta tercera jornada.